OBJETIVO
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PREGUNTAS |
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Ateísmo teórico es la postura del tradicionalmente llamado ateo, que sostiene que Dios no existe. Es una postura similar a la de una persona que niega la existencia de su bisabuelo simplemente porque no lo conoció. Y, como podemos observar a nuestro alrededor, este ateísmo intelectual es sostenido hoy en día por una escasa minoría. Ahora bien, modernamente se considera que ese ateísmo es una postura bastante irreal, ya que ... ¿por qué han de discutir con tanta fuerza sobre la inexistencia de algo que -para ellos- ni siquiera existe? ¿Por qué darle tanta importancia a alguien que no existe? A veces también el ateo intelectual o teórico muestra un odio marcado contra ese Ser que sostienen no existe. ¿Por qué el odio hacia algo inexistente? De allí que algunos digan que no existen verdaderos ateos. Más preocupante es el ateísmo práctico. Vastas mayorías, millones de seres humanos son ateos prácticos; es decir, que practican el ateísmo. Estos son contradictorios en su postura: dicen que Dios existe, pero viven como si Dios no existiera. Viven a espaldas de Dios, sin siquiera pensar en El, y actuando en contra de Dios, de sus leyes y su Voluntad. | ||||||||
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Explicar la existencia del universo por la casualidad es un absurdo. Tan absurdo como que la estatua de Simón Bolívar se hubiera podido ir haciendo por la acción del viento y la lluvia en un trozo macizo de bronce que fuera colocada en el centro de la Plaza que lleva el nombre del Libertador. O que una computadora pudo haberse formado al lanzar al aire como papelillos una cantidad de piezas metálicas y plásticas, y éstas al caer, se colocaron en tal forma que quedaron estas partes perfectamente ensambladas en forma de computadora. Si en una computadora existe programación, orden, leyes, normas y organización, en el universo y en los seres que en él vivimos existen mucho más estas condiciones. Si el universo funcionara por casualidad, los viajes espaciales no podrían programarse con la precisión y la exactitud con que lo hacen los astronautas y los programadores de tierra. ¿O podrían los astrónomos predecir -por ejemplo- los eclipses con la puntualidad con que lo hacen? (Ver Catecismo Iglesia Católica #282, #283, #284, #286, #289) |
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Falso. Aunque la Teoría del Big Bang fuera cierta, ésta no explica de dónde salió la materia que comenzó a explotar. Hay algunos científicos que sostienen que antes del Big Bang que dio inicio a nuestro universo hubo un número infinito de otros big bangs o explosiones o colapsos, o universos anteriores explotando y colapsando. Aun si esto fuera cierto queda en el aire un problema que requiere explicación: ¿De dónde salió el material que explotaba y colapsaba? ¿De dónde salió toda esa masa inmensísima de materia? Como el universo no puede explicar su propia existencia, la explicación tiene que estar fuera del universo. Y esa explicación requerida es un Alguien que no depende del universo. Un Alguien que -de hecho- no depende de nada ni de nadie. Estas teorías- la casualidad y el Big Bang- nos llevan a lo que se llama en Teología la causalidad: hay una Causa Primera o Causa no-causada. Y también nos lleva a darnos cuenta de que debe existir un diseñador inteligente que con intención creó o dio origen al universo. Esa Causa Primera y ese Diseñador Inteligente es -por supuesto- Dios. |
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Primero que nada porque Dios nos lo ha dicho y El se nos ha revelado. Lo sabemos por la Sagrada Escritura. Dios se revela a nosotros en la Biblia: Yo soy: YO-SOY (Ex.3, 14). Yo soy el Alfa y el Omega (Ap.1, 8); es decir, el Principio y el Fin de todo lo que existe. Y no falta el reproche de Dios para los que se resistan a creer en su existencia: La incapacidad natural del hombre se revela en su ignorancia de Dios. Todo lo que admiran por su valor no los llevó a conocer al Que Es. ¡Se quedaron con las obras y no reconocieron al Artesano (Sb. 13, 1). ¡Mentira, Dios no existe! dijo en su corazón el insensato (Sal. 14, 1). Y San Pablo nos dice en la Sagrada Escritura que es posible descubrir a Dios al observar el universo: Lo que es y que no podemos ver ha pasado a ser visible gracias a la creación del universo, y por sus obras captamos algo de su eternidad, de su poder y de su divinidad (Rm. 1, 20). Catecismo Iglesia Católica # 50, #51, #68, #69, #70, #71 y #72. Entonces, aparte de la Biblia, podemos conocer de la existencia de Dios por nuestra inteligencia, regalo de Dios, la cual es capaz de razonar al observar el universo y de darse cuenta de que en éste existe un orden y un diseño que sólo puede causar un Ser muy superior, un Ser Supremo, que existe por sí mismo -es decir, Dios.
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Existe un principio comprobable fácilmente por el que nos damos cuenta que para toda cosa que existe hay otra que la ha causado: no existe nada que no haya sido causado por otra causa. Si vemos un huevo sabemos que fue causado por una gallina. Si vemos una computadora sabemos que ha sido causada por un ser inteligente que la diseñó. Este principio filosófico es muy sencillo: no existe nada que se haya causado a sí mismo. Cualquier cosa que hay en el mundo fue causado por algo o alguien. Hay cadenas de causas. Por ejemplo, un libro está hecho de hojas de papel. Ese libro no se originó por casualidad ni por sí mismo. El papel que lo compone viene de la pulpa de madera. La madera viene de los árboles o de un árbol. El árbol creció, entre otras cosas, por la influencia de los rayos solares. El sol ¿de dónde viene? Y así podemos llegar al comienzo de la cadena. Podemos seguir viendo ejemplos y siempre observaremos que cada cosa tiene su causa. Y podemos establecer una grandísima serie de causas que nos llevan a una Causa Primera o Causa no-causada que está al comienzo de la cadena. Esa Causa existe por sí misma, es independiente de todas las demás causas, no fue causada por ninguna otra causa. Esa Causa Primera es lo que nosotros llamamos Dios. No puede despacharse fácilmente este principio de la causalidad, aduciendo -por ejemplo- que el primer ser viviente vino de seres inferiores. Pero ... ¿de dónde vinieron los seres inferiores? Algunos pueden sostener que la vida proviene del sol. Pero ... ¿de dónde sale el sol? ¿De dónde obtiene su poder de mantener la vida? La generación espontánea ya fue demostrada como una falsedad por Pasteur. Ya hemos descartado la casualidad. Así que la vida tiene que provenir originalmente de una Causa Viva, palabras que de alguna manera describen a Dios. Es así como, por más que sigamos y sigamos en esa cadena de causas causadas a lo largo del tiempo hacia atrás, en algún momento nos topamos con ese Ser no-causado que es Dios. Los seres humanos podemos creer o no, es decir, podemos aprovechar o desaprovechar las gracias que Dios continuamente nos proporciona para tener Fe. (Ver Catecismo Iglesia Católica #160 y #180)
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Apologética viene de apologia = defensa o justificación. Es la ciencia teológica que prueba la razonabilidad de las verdades de la fe; es decir que éstas no son contrarias a la razón. La Apologética responde al llamado de San Pedro: siempre estén dispuestos para dar una respuesta acertada al que les pregunte acerca de sus conviccciones (1 Pe. 3, 15-b). La Apologética no pretende comprobar con certeza matemática las verdades de la Fe. Certeza matemática es, por ejemplo, la realidad de que una parte de una torta es menor que la torta entera (dicho en términos matemáticos: el todo es mayor que una de sus partes. Pero un hecho real, como la resurrección de Cristo, no tiene una evidencia tan exacta como ese axioma matemático, pero puede demostrarse, por ejemplo, históricamente o inclusive confirmarse científicamente. La Apologética, entonces, se relaciona solamente con la inteligencia, mientras que la Fe se refiere tanto a la inteligencia como a la voluntad y a la gracia divina. En resumen: la Apologética no puede producir la Fe, pero es una herramienta útil para explicarnos y explicar a otros algunas verdades de la Fe. |
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ES
NECESARIA NUEVA APOLOGETICA Vaticano, (ACI) 13-4-02.- El Papa Juan Pablo II habló de la importancia de desarrollar una nueva Apologética. En un mundo en el que la gente está continuamente sujeta a la presión cultural e ideológica de los medios de comunicación y a la actitud agresivamente anti-católica de las sectas, la Iglesia está llamada a proclamar la verdad absoluta y universal al mundo, en una época en la que en muchas culturas hay una profunda incertidumbre sobre la posibilidad de que exista esa verdad absoluta. Por eso la Iglesia debe expresarse con claridad. Juan Pablo II subrayó que hablar con claridad significa que es necesario explicar comprensiblemente la verdad de la Revelación y las enseñanzas de la Iglesia que derivan de ella. Es necesaria una nueva Apologética que tenga en cuenta que nuestra tarea no es vencer con los argumentos, sino conquistar almas, con la humildad y compasión necesarias para comprender las ansiedades y los interrogantes de las personas. |
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ORACION Gracias, Señor, por las luces de tu sabiduría que me has comunicado en la lectura de estos temas teológicos. Quiero estar abierto a Ti a través de la oración. Enséñame, Señor, en la oración y enséñame a orar, para conocerte y amarte mejor, y para mejor poder comunicar tu Verdad a los demás. Amén. |
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