Dice el Catecismo de la Iglesia Católica:

Dotada de alma espiritual, de entendimiento y de voluntad, la persona humana está desde su concepción ordenada a Dios y destinada a la bienaventuranza eterna. Camina hacia su perfección en la búsqueda y el amor de la verdad y del bien. (CIC #1711)

La verdadera libertad es en el hombre el "signo eminente de la imágen divina". (CIC #1712)

El hombre debe seguir la ley moral que le impulsa "a hacer el bien y a evitar el mal". Esta ley resuena en su conciencia. (CIC #1713)

El hombre, herido en su naturaleza por el pecado original, está sujeto al error e inclinado al mal en el ejercicio de su libertad. (CIC #1714)

El que cree en Cristo tiene la vida nueva en el Espíritu Santo. La vida moral, desarollada y madurada en la gracia, alcanza su plenitud en la gloria del cielo. (CIC # 1715)