Ap 7:
9. Después de esto vi un gentío inmenso, imposible de contar, de toda nación y raza, pueblo y lengua, que estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.
10. y gritaban con voz poderosa: «¿Quién salva fuera de nuestro Dios que se sienta en el trono, y (fuera) del Cordero?»
13. Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: «Esos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde vienen?»
14. Yo contesté: «Señor, tú lo sabes.» El Anciano me replicó: «Esos son los que vienen de la gran persecución; han lavado y blanqueado sus vestiduras con la sangre del Cordero.
15. Por eso están ante el trono de Dios y le sirven día y noche en su templo. |