Jue 16:
6. Entonces Dalila preguntó a Sansón: «Dime, por favor, ¿de dónde sacas esa fuerza tan grande y cómo podrían amarrarte para dominarte?»
7. Sansón le contestó: «Si me ataran con siete cuerdas de arco, nuevas y todavía húmedas, perdería mi fuerza y sería como cualquier hombre.»
8. Los jefes de los filisteos mandaron a Dalila las siete cuerdas nuevas y sin secar y con ellas Dalila ató a Sansón.
9. Ella tenía gente escondida en su habitación y le gritó: «¡Sansón, aquí vienen los filisteos!» Pero Sansón rompió las amarras como se rompe el hilo quemado y no supieron de dónde le venía tanta fuerza.
10. Entonces Dalila dijo a Sansón: «Te burlaste de mí y me contaste mentiras. Dime, ¿cómo te podrían sujetar?»
11. Sansón le contestó: «Si me ataran esta vez con siete cordeles nuevos trenzados, que nunca se hayan usado, perdería mi fuerza y sería como cualquier hombre.»
12. Dalila, pues, lo ató con siete cordeles trenzados, pero, cuando gritó: «¡Aquí vienen los filisteos!», él nuevamente se soltó. Así que Dalila le dijo:
13. «¿Hasta cuándo te burlarás de mí y me contarás mentiras? Dime cómo te podrían sujetar.» El le respondió: «Si me tejieras las siete trenzas (de mi cabellera) en la urdimbre de un telar, apretándolas con un peine, yo perdería mi fuerza.»
14. Ella lo adormeció, tejió las siete trenzas de su cabellera en la urdimbre y las apretó con el peine. Luego gritó: «¡Aquí vienen los filisteos!» Sansón despertó y arrancó la urdimbre con sus trenzas. Y así Dalila no conoció el secreto de su fuerza.
15. A la tercera vez Dalila le dijo: «Tú dices que me amas, pero tu corazón no está conmigo. Pues por tres veces te burlaste de mí y no me confiesas de dónde te viene tanta fuerza.»
16. Y como Dalila insistía y lo molestaba todos los días con sus preguntas, llegó un momento en que Sansón se sintió morir de hastío.
17. Entonces le dijo la verdad: «Nunca me han cortado el pelo porque soy nazireo, consagrado a Dios, desde el seno de mi madre. Si me cortaran el pelo perdería mi fuerza y sería como cualquier hombre.»
18. Dalila comprendió que esta vez había dicho la verdad y llamó a los jefes de los filisteos diciendo: «Vengan, porque Sansón me ha descubierto su secreto.» Vinieron y le entregaron el dinero prometido.
19. Dalila adormeció a Sansón sobre sus rodillas y llamó a un hombre que le cortara las siete trenzas de su cabellera. Inmediatamente empezó a debilitarse y se le fue su fuerza.
20. Cuando Dalila le gritó: «¡Sansón, los filisteos!», él despertó y pensó que se salvaría, como en las otras ocasiones. Pero no sabía que Yavé no estaba con él. |