Dt. 17,
14. Cuando llegues a la tierra que Yavé, tu Dios, te da, cuando la conquistes y habites en ella, tal vez digas: «Quiero tener un rey como todas las naciones vecinas.»
15. En todo caso pondrás a tu cabeza un rey elegido por Yavé de entre tus hermanos. No pondrás a tu cabeza un rey extranjero que no sea hermano tuyo.
16. Que tu rey no tenga muchos caballos, no sea que traiga de vuelta a Egipto a su pueblo con el fin de tener más caballos. Pues Yavé te ordenó que no volvieras jamás por aquel camino.
17. Tampoco se buscará muchas mujeres, no sea que se pervierta su corazón. Y que tampoco se haga rico en oro y plata.
18. Cuando suba al trono, deberá copiar para su uso esta ley, del libro de los sacerdotes levitas.
19. La llevará consigo, la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Yavé, guardando todas las palabras de la Ley y poniendo en práctica sus preceptos.
20. Así no mirará en menos a sus hermanos, y no se apartará de estos mandamientos ni a la derecha ni a la izquierda, y él y sus hijos prolongarán los días de su reinado en medio de Israel.
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