Resumen Bíblico

ISAAC Y REBECA

Abraham, muy anciano, llamó un día al más viejo de sus servidores para darle un encargo muy importante. No quería que su hijo Isaac se casara con una mujer de Canán. Sara ya había muerto.

El viejo criado tomó diez camellos cargados con ricos presentes y emprendió un largo viaje hacia Caldea. Después de muchas jornadas, un atardecer, llegó a las puertas de la ciudad de Jarán.


Mapa de Canaán a Jarán

Junto a la fuente detuvo los camellos, y se dispuso a esperar a que las muchachas de la ciudad vinieran a llevarse agua.

Llegó una hermosa doncella. Llenó su cántaro y, cuando ya se iba, el viejo criado le pidió que le diera de beber de la vasija que acababa de llenar. La joven no sólo le dio agua a él, sino que empezó a llenar el abrevadero para que los camellos también bebieran.

Aquella muchacha era la elegida. Lo que acababa de hacer era la señal que había pedido el anciano criado para que Dios se la diera a conocer.

-Dime cómo te llamas y de quién eres hija -pidió él.

-Soy Rebeca, hija de Batuel, el hijo de Najor -contestó ella.

Al viejo le dio un vuelco el corazón. Najor era hermano de su señor, Abraham, y por tanto Rebeca era prima de Isaac.  Le obsequió un pendiente y dos brazaletes de oro. La muchacha corrió a contar en casa lo sucedido.

Su hermano Labán fue en busca del anciano y lo invitó a que se hospedara en su casa. Contó que venía a buscar, de parte de su señor Abraham, una esposa para su hijo Isaac, entre los parientes de la casa de su padre.

Rebeca y su familia aceptaron el ofrecimiento. Al día siguiente emprendió el regreso con la muchacha y su criada.

Cuando Isaac vio a Rebeca, la aceptó inmediatamente como esposa.

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