SEÑALES EN EL CAMINO 2ª Señal 4.6 Oración según
La oración de corazón puede ayudar a silenciarnos. La oración de corazón, llamada así en la tradición católica oriental, es una oración en la que se silencia la mente. Es esa oración en recogimiento de que hemos hablado. Algunos tienen esa capacidad por gracia especial. Otros la tienen que trabajar. Para representar los diversos grados de dificultad o de facilidad para el silencio, Santa Teresa de Jesús decía, refiriéndose al silencio y el recogimiento, que algunos tienen que ir a buscar agua al pozo, otros les llega por una canal y otros les baña como la lluvia. En cualquiera de los casos, debemos disponernos a ese silencio interior con el que puede advenir la “oración del corazón”. Los que les cuesta pueden usar una o varias frases de un Salmo, alguna jaculatoria o alguna palabra, con la que se va silenciando la mente. Puede ser la oración de Jesús que dijo el ciego Bartimeo: Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador (Mc 10, 47). Esa oración encierra mucho: la Trinidad (porque al nombrar al Hijo está sobreentendido el Padre, y nadie puede decir que Jesús es Hijo de Dios, sino por medio del Espíritu Santo). Nos reconocemos necesitados de Dios al pedir piedad, y nos reconocemos también lo que realmente somos: pecadores. Pero no es recomendable pensar en todo el significado que esta oración encierra mientras se repite, pues eso puede más bien distraer de la oración de corazón. También pueden usarse algunas estrofas de un Salmo que nos lleguen al corazón como espada de doble filo (Hb 4, 12). Por ejemplo: El Señor es mi Pastor, nada me falta (Sal 23, 1). O cualquier otra u otras frases que nos hayan llegado muy dentro y movido especialmente. Puede ser una oración de adoración: Señor Tú eres mi Creador, yo tu creatura. Tú mi Hacedor, yo tu hechura. Tú mi Dueño, yo tu propiedad. Aquí estoy para hacer y aceptar tu Voluntad.
CONDICIONES RUDIMENTARIAS . Buscar el silencio y recogimiento. . Dejar las preocupaciones de lado. . No ocuparse de estar recibiendo . Humildad. . Templanza y auto-disciplina en todo. Son condiciones difíciles, pero es que dichas condiciones son también frutos de la oración de corazón. |
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