SEÑALES EN EL CAMINO 6ª Señal
Para saber cómo amar a los demás como Dios nos ama tenemos que responder una pregunta: ¿Cómo nos ama Dios? El primer detalle es que Dios ama a todos sin importar si somos bonitos o feos, simpáticos o antipáticos, populares o impopulares, santos o pecadores aún. Más aún: nos ama aunque no lo amemos a El (!!!) Dios nos ama sin importarle si lo amamos a El o no. Y, para coronar su Amor, Jesús nos amó mucho más que a sí mismo, dando su vida por nosotros. Amar así parece imposible. Pero sabemos que Dios es la fuente de todo amor ... y no sólo eso, sino que Dios es el Amor mismo (cfr. 1 Jn. 4, 8). Y podemos amar con el amor con que El nos ama. Como no podemos amar por nosotros mismos, sino que Dios nos ama y con ese Amor con que Dios nos ama, podemos nosotros amar, debemos pedir al Señor que nos enseñe a amar con Su Amor, como El me ama a mí y como El ama a los que yo debo amar. Esta oración es importante porque ambos mandamientos -el amor a Dios y el amor al prójimo- están unidos. Uno es consecuencia del otro. Y hay que amar con el amor de Dios. No podemos amar al prójimo sin amar a Dios. Y no podemos decir que amamos a Dios si no amamos al prójimo, pues el amor a Dios necesariamente se traduce en amor al prójimo. “La característica de la civilización cristiana es la Caridad: el Amor de Dios que se traduce en amor al prójimo … el amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables” (Benedicto XVI, 19-10-2008). Así es el “mandamiento nuevo”: Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Ustedes deben amarse unos a otros como Yo los he amado. En esto reconocerán todos que son mis discípulos, en que se amen unos a otros.» (Juan 13, 34-35)
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