LECCION # 2

CONOCER A DIOS

1. ¿ES IMPORTANTE CONOCER A DIOS?
¿POR QUÉ? ¿QUÉ ES LO QUE TODOS DESEAMOS…LO QUE TU MAS DESEAS?

Dios nos hizo para ser felices. Pero el secreto de la verdadera felicidad está en Dios. Por eso es importante buscar a Dios, encontrar a Dios, porque sólo Dios puede llenar ese deseo de felicidad que El mismo ha puesto en el corazón de cada uno de los seres humanos. Sólo amando a Dios sobre todas las cosas, podremos ser verdaderamente felices.

Ahora bien, no se ama a quien no se conoce. Hay personas con quienes uno se encanta desde el momento de conocerlas. Si eso es así entre los seres humanos, que estamos llenos de defectos, ¡cómo será con Dios que es infinitamente perfecto y sin defecto alguno! De allí que sea importante conocer a Dios para poder amarlo -si es que aún no lo amamos- o para amarlo más y mejor –si es que ya hemos comenzado a amarlo.

Dios es poco amado, porque es poco conocido. Si nosotros lo conocemos y lo amamos, ese testimonio nuestro de amor a Dios puede servir para que otros lo amen también.

2. ¿QUIEN ES DIOS?

Dios es un Ser que existe por Sí mismo. Que existe desde siempre. Que es absolutamente simple Espíritu. Dios es infinitamente perfecto. Es el Creador de cielo y tierra, y –como Creador- es soberano Señor de todas las cosas.

Esta definición, incluye la esencia misma de Dios, pero no es una definición completa, pues no incluye todos los atributos divinos o cualidades de Dios. Eso lo veremos con más detalle en cursos posteriores más adelante.

Sin embargo, con esta definición comenzamos a colocarnos en nuestro lugar ante el Ser perfecto, omnipotente e infinito que es Dios. Y colocarnos en nuestro lugar significa darnos cuenta de nuestra realidad: si Dios es todo eso y mucho más, ¡qué poca cosa somos nosotros, sus creaturas!

3. ¿COMO ES DIOS? Esencia Metafísica de Dios

La esencia de Dios, o lo que se llama en Teología “la esencia metafísica de Dios” es su “aseidad”. Aseidad viene del latín “a se” (por Sí, por Sí mismo) que nos indica que Dios existe por Sí mismo.

Dios no necesita de nada ni de nadie para existir, Dios se basta a Sí mismo, es decir, Dios es auto-existente y auto-suficiente.

Como Dios es infinito y perfecto, ningún ser creado puede comprender plenamente su naturaleza. Dios, por tanto, resulta incomprensible, inaccesible a nosotros, seres humanos imperfectos y limitados. Así dice San Pablo de Dios: “Al Unico Soberano, Rey de Reyes y Señor de los Señores, al único inmortal, que vive en una Luz inaccesible y que ningún hombre ha visto ni puede ver, a El sea el honor y el poder por siempre jamás” (1 Tim. 6, 15-16).

TEMARIO BIBLICO

ADAN Y EVA

4. ¿PARA QUE ESTAMOS AQUÍ EN LA TIERRA? ¿PARA QUE FUIMOS CREADOS? ¿Sólo para estar aquí en esta vida?

Comenzamos diciendo que Dios nos hizo para ser felices.
Pero… ¿aquí en la tierra se puede ser feliz? … ¿Se puede ser plenamente feliz?
En realidad fuimos creados para la felicidad plena y eterna en el Cielo. Plena, porque allá será la felicidad total. No como la felicidad de aquí en la tierra que no puede ser plena y total. Y allá será eterna: para siempre, sin fin.

Nuestra meta no es aquí en la tierra, en esta vida. Aquí estamos de pasadita. Nuestra meta es allá. Nuestro verdadero hogar está en el Cielo. Esta vida es una preparación para la otra Vida: la del Cielo

5. ¿CÓMO LLEGAMOS A ESA META? ¿QUÉ TENEMOS QUE HACER?

Amar a Dios aquí en la tierra. La respuesta es sencilla y fácil de decir. Pero ….

6. ¿QUÉ SIGNIFICA AMAR A DIOS? ¿QUÉ HAY QUE HACER PARA AMAR A DIOS?

1º Conocerle

2º Confiar en El … aún en las adversidades, problemas, contrariedades, etc.

3º Hacer su Voluntad. El no nos obliga, pues nos ha hecho libres de aceptar su Voluntad o no. Pero amarlo es hacer su Voluntad.

7. ¿QUÉ ES HACER SU VOLUNTAD?

1º Cumplir sus Mandamientos.

2º Hacer lo que creemos que nos pide.

3º Aceptar lo que permite para nosotros.

Aquí de seguro surge una pregunta muy común. ¿Cuál creen que es esa pregunta? ¿POR QUÉ EL SUFRIMIENTO? ¿Por qué nos suceden cosas “malas”?

¿Ustedes creen que Dios deja de amarnos cuando nos suceden cosas malas?

Ciertamente, Dios nos ama ... y nos ama mucho, muchísimo más de lo que podemos imaginarnos, pues nos ama infinitamente. Pero sucede que a veces creemos que Dios no nos ama, porque no nos ama como nosotros creemos que nos debe amar.

¿Se recuerdan ustedes cuando no les gustaba o no les gusta una medicina o un tratamiento médico como una inyección, por ejemplo, o una operación?

Es lo que sucede con Dios. Cuando nuestros padres no nos dan todo lo que queremos, eso no nos gusta. Y posiblemente protestamos y reclamamos por eso. Lo mismo cuando nos prohiben una actividad, también protestamos, ¿no? O como cuando nos causaban un dolor necesario para curar una enfermedad: una medicina desagradable, un tratamiento doloroso, etc. ¡Cómo protestábamos y protestamos aún y nos oponemos a esas cosas “malas”, que en realidad eran “buenas”. ¿No es así?

Dios también es Padre. Y es un Padre infinitamente más amoroso e infinitamente más sabio que nuestros padres terrenales. Sólo El sabe lo que más nos conviene. Y a veces las cosas que consideramos “malas” son todo lo contrario: muy buenas. Tal vez mucho mejores que las que consideramos “buenas”.

No podemos medir las cosas de Dios con medidas terrenas, sino con medida de eternidad. Dios sabe mucho mejor que nosotros. Si nuestros padres sabían lo que más nos convenía cuando éramos niños, y lo que nos conviene ahora ¡cómo no confiar en que Dios es el que sabe lo que nos conviene a cada uno!

El problema es que los planes de Dios son a largo plazo, a muy largo plazo, a plazo de eternidad. Y nosotros queremos reducir a Dios a nuestro plazo que es muy corto, muy cortico. Queremos reducir a Dios a esta vida terrena, que es muy cortica, si la comparamos con la vida en la eternidad.

Para poder comprender, aunque sea un poquito, los planes de Dios tenemos que comenzar a ver nuestra vida aquí en la tierra con anteojos de eternidad. Así, tal vez, podamos comenzar a comprender cómo los planes de Dios sí tienen sentido y cómo las cosas que creemos “malas” no son tan malas, sino buenas.

¡Cómo nos cuesta aceptar un sufrimiento, una enfermedad! Y en el plan de Dios mucho bien proviene del sufrimiento. Veamos a Jesucristo: su sufrimiento nos trajo la salvación. Por la muerte de Cristo todos tenemos derecho a esa vida de felicidad plena y total para toda la eternidad de que hemos hablado.

 

Sufrimiento de Jesús y su Santa Madre por nuestra salvación

 

 

 

Por cierto, no fue así al comienzo. Dios no creó a los seres humanos para el sufrimiento. Pero al oponernos a Dios por el pecado, entró el sufrimiento al mundo, así como la muerte y las enfermedades. Y Dios que es infinitamente bueno, cambia las cosas “malas” en buenas, cambia el sufrimiento en ganancia ... para la vida eterna. El sufrimiento es un misterio. Como todo misterio no es posible explicarlo satisfactoriamente. Sólo lo comprenderemos después de esta vida. Allá en la eternidad comprenderemos los planes de Dios mucho mejor que ahora. Mientras tanto, confiemos en Dios. El es el que sabe.

¿Buscar en la Biblia y MEMORIZAR texto y cita:
“Así como el cielo está muy alto por encima de la tierra, así también mis caminos se elevan por encima de los caminos de ustedes, y mis planes son muy superiores a los de ustedes” (Is. 55, 8)

Entonces … ¿Cuáles son las actitudes que tenemos ante una situación de sufrimiento?

En cuanto aparecen los primeros síntomas de sufrimiento, la tendencia inicial es de oposición y viene entonces una pregunta que nunca falta: ¿Por qué? ¿Por qué a mí? Y esta pregunta no tiene respuesta-al menos en un primer momento cuando miramos el sufrimiento desde el ángulo meramente humano.

El misterio del sufrimiento es un proceso. Luego de esa oposición y cuestionamientos iniciales viene un momento de impotencia en que algunos recurren a Dios, también preguntándole por qué. Y Dios tampoco responde. La respuesta divina es más bien una invitación, una llamada de Cristo a recurrir a El ... pues El nos alivia.

Cristo nos dice: “Vengan a Mí los que están cansados y llevando cargas pesadas, que Yo los aliviaré.” (Mt. 11, 28).

Y ante esta invitación, podemos seguir oponiéndonos, actitud que no ayuda, pues el sufrimiento se hace más pesado.

Pero los que han sufrido y han entregado su sufrimiento a Cristo saben por experiencia que, al recurrir a Dios y al unir su sufrimiento al de Cristo, enseguida el sufrimiento se aliviana. ¿Por qué se aliviana? Porque Cristo mismo nos ayuda a llevarlo. El nos ha prometido aliviarnos si vamos a El.

Y, al unir nuestro sufrimiento al de Cristo, no es que desaparece la causa del sufrimiento, pero nuestro sufrimiento parece diluirse en los sufrimientos de Cristo. También ... un misterio. Pero prueba, prueba si estás sufriendo, trata de entregar y de ofrecer tus sufrimientos a Cristo ... y verás.

Entonces podemos comenzar a entender para qué es el sufrimiento: para colaborar con Cristo en la salvación del mundo y en nuestra propia salvación. Por eso se oye hablar de ofrecer el sufrimiento por alguien, por la conversión de las almas, por la propia conversión.

Así lo hicieron muchos santos, algunos de los cuales al principio también pudieron haberse rebelado. Sabemos que muchos, de hecho, se convirtieron y comenzaron su camino de santidad por una situación de sufrimiento.

El sufrimiento, entonces, es un misterio, un misterio que se convierte en una invitación de Cristo a seguirle y a colaborar con El en la salvación del mundo y en nuestra propia salvación.

¿QUÉ HACER ANTE EL SUFRIMIENTO? ¿QUÉ NOS DICE JESUS?

Buscar en la Biblia y MEMORIZAR texto y cita:

“Vengan a Mí los que están cansados y llevando cargas pesadas, que Yo los aliviaré.” (Mt. 11, 28)

versión resumida de esta lección

Temario
del Curso

3.- Pecado Original - Bautismo - Pecados

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