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1. ¿Cuál es el Primer Mandamiento? Amar a Dios sobre todas las cosas. 2. ¿Y saben cómo le expresó Dios a Moisés este Primer Mandamiento y hasta lo escribió El mismo en las tablas de piedra? Vamos a ver cómo expone el mismo Jesucristo este Mandamiento, cuando fue tentado por el Demonio en el desierto. Jesús le respondió a una de las tentaciones con este mandamiento enunciado así: “Adorarás al Señor tu Dios y a El sólo servirás” (Mt. 4, 10) (de Dt 6,13-14). 3. ¿Qué significará eso de Adorar a Dios? Se recuerdan que en el Desierto el Demonio quiso que Jesús lo adorara ¿no? Ahí vimos que el Demonio fue tan osado que quería que Jesús se sometiera a El, como si el Demonio fuera el Dueño de Dios. Entonces...¿qué significa Adorar a Dios? Es saber que Dios nos ha creado (no olvidar nunca esto). Y, si nos ha creado, El es nuestro Dueño. ¿Sí o no? Vamos a ver, si alguno de ustedes fabrica un objeto, planta una matita, prepara un postre... ¿quién es el dueño de eso? El que lo hizo ¿no? Y para fabricar nosotros algo, tenemos que contar con materiales que no hemos hecho nosotros, sino que nos han llegado de alguna manera. Ahora imagínense ustedes ... ¡si
Dios nos hizo a cada uno y nos hizo de la nada! Y nos hizo por Amor,
porque quería compartir con nosotros su Amor Infinito y su Felicidad
Perfecta. ¿Quién es el Dueño, entonces? 4. Si El es nuestro Creador y nuestro Dueño ... ¿qué somos nosotros? Si nos ha creados, somos sus creaturas (porque nos ha hecho) y sus criaturas (porque nos cría, nos sigue cuidando y alimentando). Si es nuestro Dueño, somos de Dios. Somos posesión de Dios. Yo le pertenezco a Dios. 5. Vamos, entonces a ver con más detalle en qué consiste Adorar a Dios... Adorar a Dios es darnos cuenta que dependemos totalmente de El. Esto no lo podemos olvidar. ¿Te has dado cuenta de que cada latido de tu corazón depende de Dios y no de ti? (!!!) ¿Tú puedes hacer latir tu corazón si llegara a pararse? Y si dependemos de El y El es nuestro Dueño, no nos queda más que entregarnos a su Voluntad, a lo que El quiere de nosotros. Y sabemos, además, que Dios lo que desea para nosotros es nuestro mayor bien. Su Voluntad será siempre lo mejor para nosotros. Jesús siempre hizo la Voluntad del Padre, y la Virgen también. También lo han hecho los Santos. Y lo debemos hacer nosotros, que queremos ser santos ¿no?. Y ¿qué es ser santo? Simplemente seguir la Voluntad de Dios. 6. ¿Cómo adorar? Vamos a revisar la escena de los Reyes Magos ante el Niño Jesús. Ellos se postraron y Lo adoraron. En algunos cuadros los pintores los pintan quitándose sus coronas ante el Niño Jesús. Vamos a buscarlo en la Biblia: “Vieron al Niño con María y, postrados, le adoraron” (Mt. 2, 11). 7. ¿Quiénes creen ustedes que eran esos Reyes que vinieron a conocer y a adorar al Niño Jesús? Eran, lo que dice la palabra: Reyes, es decir gobernantes de otras naciones distintas a Israel. Y vinieron a ver al Rey de Israel. Y, aún siendo reyes, adoraron al Rey de los Judíos. Y nos dice la Biblia que se postraron y le adoraron. 8. ¿Qué creen ustedes que significa eso de quitarse sus coronas y postrarse? ¿Ustedes han visto a algún Rey hacer eso ante otro Rey o ante otra persona? Al quitarse las coronas y postrarse estaban reconociendo la superioridad de ese Rey, que es el Rey Máximo, pues es el Rey, no de un país, sino de toda la tierra. Y no sólo de toda la tierra, sino ¡del Cielo y la tierra! Entonces, si los Reyes que fueron a visitar al bebecito Jesús, Rey de Israel, se postraron y lo adoraron, ¿qué queda para nosotros? Nosotros ni siquiera somos reyes y, aunque lo fuéramos, eso no significa nada, y también tendríamos que hacer como ellos. 9. ¿Cómo podemos imitar a los Reyes Magos en eso de postrarnos y quitarnos nuestras coronas? Debemos inclinarnos, arrodillarnos, postrarnos ante Dios. Eso significa sentirnos verdaderamente inferiores a Dios, que dependemos de El, que El es lo máximo, nuestro Creador, nuestro Dueño. Significa rendirnos ante Dios, reconocernos dependientes de El en todo: .
desde los latidos de nuestro corazón para tener vida física,
Adorar a Dios es tomar conciencia de nuestra dependencia de El y de la consecuencia lógica de esa dependencia: entregarnos a El y a su Voluntad. No tener voluntad propia, sino hacer que nuestra voluntad sea igual a la Voluntad de Dios. Adorar a Dios es
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