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¿Se recuerdan en otra de las clases pasadas el milagro de la Transfiguración? ¿Qué sucedió? ¿Quién habló de manera muy solemne? Dios Padre. ¿Qué dijo? “Este es mi Hijo amado…Escúchenlo”. Hubo otra vez en que el Padre dijo lo mismo. ¿Alguien sabe cuándo fue? Antes de Jesús comenzar a predicar, fue al Jordán, donde San Juan Bautista predicaba y bautizaba. Cuando Jesús se acercó para que San Juan Bautista lo bautizara, Juan no quería, porque sabía que Jesús no tenía ningún pecado. Pero Jesús convenció a San Juan Bautista, porque lo que quería Jesús era tomar sobre Sí Mismo todos los pecados del mundo. El bautismo de San Juan Bautista consistía en que la gente se arrepentía de sus pecados y se sumergían en el agua, como señal de penitencia.
Y sucedió que al salir Jesús del agua se oyó la voz del Padre que decía lo mismo que en la Transfiguración: “Este es mi Hijo amado”. Vamos a buscar en la Biblia: Mateo 3, 13-17 a ver el Bautismo de Jesús en el Jordán. Pero … además de la Voz del Padre, hay algo más. ¿Qué es? El Espíritu de Dios, el Espíritu Santo, bajó sobre Jesús en forma de paloma. ¿Quiénes, entonces, están en el Jordán, además de San Juan Bautista? Son Tres Personas: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Dios Padre que habla. Dios Hijo, Jesús, que sale del agua. Y Dios Espíritu Santo, que se muestra aleteando sobre Jesús. ¿Quién sabe cómo se llama ese Misterio de Tres Personas y un solo Dios? Es el Misterio de la Santísima Trinidad. Trinidad que viene de Trío, de Tres. Vamos a ver entonces. ¿El Padre es Dios? Sí. ¿Entonces son tres dioses? No. Un solo Dios en Tres personas. ¿Cómo puede ser eso? Es un Misterio que no podemos comprender, porque es tan grande como grande es Dios. Es el Misterio de la Santísima Trinidad. ¿Puedes pensar en una comparación de tres cosas en una sola? Es difícil. Pero piensen un momento
en tres fósforos. Los encendemos. Ahora unimos las llamas. ¿Cuántas
llamas son? Una sola. ¿Cuántos fósforos son? Tres
fósforos. Estaba caminando por una playa pensando en esto. Y entonces se encontró un niñito jugando en esa playa. Ustedes saben cómo les gusta a ustedes jugar en la playa ¿no? ¿Y qué hacía el niñito? Corría del mar a la arena, echando poquitos de agua en un huequito que había abierto en la arena. San Agustín se distrae de su pensamiento sobre la Santísima Trinidad y se pone a hablar con el niñito, que era muy lindo. Y le pregunta: Oye, ¿qué estás tratando de hacer con esos poquitos de agua del mar? Y ¿qué se imaginan que le dice el niño? Estoy tratando de meter todo el mar en este hoyito. San Agustín se ríe y le trata de explicar al niño que eso no es posible. Y el Niño le responde: Agustín eso que trato de hacer es más posible que lo que tú estás tratando de hacer, que es meter el Misterio de la Santísima Trinidad en tu cabeza. Ya saben quién era el Niño ¿no? Entonces ¿qué creen ustedes que es un Misterio?Es una verdad que creemos porque Dios nos la ha revelado, pero que no podemos comprender, porque es más grande que la inteligencia humana. ¿Han ido alguna vez a un Bautizo? ¿Qué dice el Sacerdote cuando pone el agua en la frente del bebé? Yo te bautizo en el nombre el Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. ¿A quienes está nombrando el Sacerdote?A las Tres Divina Personas, a la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. ¿Y por qué creen ustedes que cuando nos bautizan ésas son las palabras que utiliza el Sacerdote? Vamos a buscar al final de Evangelio de San Mateo: “Vayan, pues y hagan de todos los pueblos mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” Mt. 28, 19.¿En qué momento nosotros nombramos a la Santísima Trinidad? Cuando hacemos la Señal de la Cruz. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
¿Cómo creen que debemos santiguarnos? ¿A la ligera? ¿Por salir del paso? ¿Haciendo cualquier garabato en nuestra cara? Debemos santiguarnos con mucha reverencia, porque estamos llamando al mismo Dios y es un acto de gran significación y de gran contenido. Estamos invocando a la Santísima Trinidad. Estamos recordando este misterio tan grande, que es tan grande como grande e infinito es Dios. Invocamos a la Santísima Trinidad con laspalabras que decimos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Pero ¿qué gesto hacemos? ¿Qué señal marcamos sobre nuestra cara y nuestro pecho? Es una Cruz. Entonces también estamos recordando que Jesús, que en el Jordán cargó con los pecados del mundo, después murió en la Cruz por nosotros, para salvarnos. Al santiguarnos, entonces, estamos llamandoa Dios y recordando que Jesús murió por nosotros en la Cruz. Ahora vamos a persignarnos y santiguarnos: ¿Qué significa lo que decimos al persignarnos? ¿Se han fijado alguna vez? ¿Quiénes son nuestros enemigos? ¿Los ladrones? ¿A qué enemigos se refiere esta oración tan importante? A los enemigos de Dios, que son enemigos nuestros. A los enemigos de nuestra alma. ¿Quién es el principal Enemigo de nuestra alma? El Demonio y los demonios. Esos son nuestros enemigos. Más adelante, en otras clases, vamos a ver cómo el Demonio y nuestros enemigos quieren que nos separemos de Dios. Hoy aprendemos que la Señal de la Cruz, el persignarnos y el santiguarnos, tiene un gran poder de rechazar al Demonio y de salvarnos en tentaciones y peligros para nuestra alma.
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