Lección # 4

JESUCRISTO MURIO Y RESUCITO
PARA SALVARNOS,
PARA HACERNOS HIJOS DE DIOS y
PARA ABRIRNOS EL CIELO


JESUCRISTO murió:
Hoy veremos que antes de resucitar, Cristo, por supuesto, tuvo que morir.

Recordemos lo que vimos sobre Adán y Eva.
1. ¿Qué tenían que hacer Adán y Eva para poder vivir en el Paraíso?


Cuando Dios creó a Adán y Eva los puso en un sitio maravilloso, llamado El Paraíso o el Edén. Y hubieran podido estar para siempre en el Paraíso, tener sus hijos allí y hacer una gran familia y llenar la tierra, como Dios les ordenó: “Sean fecundos, multiplíquense y llenen la tierra (Gn. 1, 28).

Pero tenían que aprender una lección muy importante. Por eso, Dios les puso una solita condición. ¿Cuál fue?

Ellos podían comer de todos los árboles del jardín, menos de uno. Si comían de ese árbol, morirían. (Ver Gn. 2, 17)

2. ¿Cuál creen ustedes que era la lección que Dios quería enseñarle a Adán y Eva con esa pequeña condición?

Dios quería enseñarles a obedecerle. Igual que con Adán y Eva, nuestra vida depende de nuestra obediencia a Dios.

3. ¿Cómo se llama el pecado que cometieron Adán y Eva?

Se llama PECADO ORIGINAL.

4. ¿En qué consistió ese pecado de Adán y Eva?

En querer ser como Dios. Veamos el texto en el primer libro de la Biblia, Génesis 3, 4-5. El Demonio les metió la mentira de que, desobedeciendo a Dios, iban a igualarse a Dios, iban a saber tanto como Dios.

Así son las tentaciones del Demonio: mentiras para que nos opongamos a Dios, para que dejemos de amar a Dios, para que no sigamos lo que Dios quiere para nosotros, que es lo mejor para nuestro bien espiritual y material.

5. ¿Qué perdieron Adán y Eva al darle la espalda a Dios?

Perdieron todos los dones que Dios les había dado. Y los perdieron para ellos y para todos sus descendientes, que constituimos la raza humana. Perdieron ellos y todos nosotros: la Gracia, el Paraíso, y muchas otras cosas más.

A partir de ese momento, los seres humanos tendríamos debilidades físicas: moriríamos, enfermaríamos, envejeceríamos. Y lo peor, tendríamos debilidades espirituales: en vez de una tendencia natural al bien, tendríamos más bien una inclinación más fuerte al pecado.

6. ¿Qué sucedió después de que Adán y Eva cometieron el primer pecado, el llamado Pecado Original? ¿Qué hizo Dios?

Al hacer lo que el Demonio les había propuesto, Adán y Eva cayeron en las redes del Maligno. Pero Dios no abandonó a Adán y Eva, sino que les prometió un Redentor, un Salvador, alguien que vendría para rescatar a todos los seres humanos de las redes del Demonio.

7. ¿Quién fue ese Alguien que vino para salvarnos?

Jesucristo, el Hijo de Dios, vino para salvarnos. Jesucristo es el Redentor que Dios prometió a Adán y Eva.

8. ¿Qué significa que Cristo nos salva?

Significa que Cristo nos da la posibilidad de tener vida de nuevo, de no morir para siempre. Cierto que tenemos que morir a esta vida terrena, pero tenemos la posibilidad de tener Vida Eterna en el Cielo.

Adán y Eva, y nosotros sus descendientes, perdimos el don de la inmortalidad del cuerpo. Después del Pecado Original, ellos y todos nosotros, morimos.

La inmortalidad del alma no la perdimos: nuestro cuerpo muere, pero nuestra alma no muere al separarse de nuestro cuerpo.

Que Cristo nos salva significa que podemos tener Vida Eterna en el Cielo, después de nuestra vida aquí en la tierra.

Eso sí: no podemos hacer como Adán y Eva, que desobedecieron a Dios. Nuestra vida futura en el Cielo depende de nuestra obediencia a Dios en esta vida terrena.

9. ¿Cómo nos salvó Jesucristo?

Para salvarnos, Cristo sufrió mucho y murió en la cruz.

10. ¿Cristo murió y se quedó muerto?

Cristo, después de morir por nosotros en la Cruz, resucitó para salvarnos, para darnos nueva vida.

11. ¿Cuál es esa Vida que Cristo nos da con su Muerte y Resurrección?

La Vida de la Gracia: la Vida de Dios en nuestra alma.

12. ¿Cómo perdimos la Vida de la Gracia?

La perdimos con el Pecado Original.
Esa Vida que perdieron Adán y Eva –y también nosotros sus descendientes- Cristo nos la devuelve con su Muerte y Resurrección.

13. ¿Cómo se borra el Pecado Original que nosotros heredamos de Adán y Eva? ¿Qué dispuso Dios para librarnos de esa mancha?

Con el Sacramento del Bautismo. El Bautismo nos borra el Pecado Original y nos devuelve la Gracia que perdimos por ese pecado de Adán y Eva.

14. Veamos qué cosas nos da el Bautismo. ¿Saben algunas?

1º. La Gracia Santificante: la vida de Dios en nosotros

2º. Nos hace hijos de Dios.

3º. Nos da derecho al Cielo, a la Vida Eterna..

4º. Nos hace miembros de la Iglesia que Cristo fundó: la Iglesia Católica.

5º Nos da el don de la Fe, para creer en Dios, en la Iglesia, en lo que nos enseña la Biblia y la Iglesia.

15. ¿Se dan cuenta de lo maravillosa que ha sido la salvación que nos vino a traer Jesucristo?
¿Nos damos cuenta el gran regalo que es el poder ser hijos de Dios?
¿Nos damos cuenta que es un grandísimo privilegio poder llamar a Dios “Padre”
?

MEMORIZAR texto y cita: Juan 1, 11-12

“Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron ... Pero los que lo recibieron, que son los que creen en su Nombre, les concedió ser hijos de Dios” (Jn. 1, 11-12).


“El nos eligió en Cristo para que fuéramos sus hijos” ( Ef. 1, 5)

Ahora bien, todo hijo tiene derecho a una herencia: cuando mueren los padres, a veces los hijos heredan cosas buenas, pero a veces heredan deudas y problemas.

Como hijos de Adán y Eva nuestra herencia era muy mala: expulsados del Paraíso, pérdida de la Gracia, muerte para siempre.

16. Pero con la salvación de Cristo, que nos hace hijos de Dios, ¿cuál es nuestra herencia?

Nuestra herencia es el Cielo, donde podemos tener vida de felicidad plena para siempre, para toda la eternidad. ¡Algo mucho mejor aún que el Paraíso Terrenal!

Ya Cristo nos ganó esa herencia. El ya nos abrió las puertas del Cielo. Pero para llegar a allí, hay que imitar a Cristo, no a Adán y Eva.

17. Resumiendo: ¿Para qué, entonces, murió y resucitó Cristo?

. Para salvarnos.
. Para darnos nueva vida.
. Para abrirnos las puertas del Cielo.
. Para vivir eternamente felices con Dios en el Cielo.

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Se ora por nuestros difuntos: no se ora a los difuntos.

Ellos necesitan nuestras oraciones si aún no han llegado al Cielo.

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