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LA “ESTRELLA” DE LOS REYES MAGOS

¡Qué pintoresca es la historia de los Tres Reyes Magos!  “Historia” porque, aunque algunos detalles puedan parecer fantasía, hay documentos que confirman muchos de los datos sobre ellos y su jornada.

Por un lado, sus restos mortales se encuentran en la Catedral de Colonia.  Y hay datos históricos oficiales que dan crédito a que el llamado “Relicario de los Tres Reyes” que está en dicha Catedral contienes los huesos de Melchor, Gaspar y Baltazar.

Es bueno aclarar por qué se les llama “magos”.  La palabra viene del persa que significa sacerdote.  Deben haber sido astrónomos (que no astrólogos) estudiosos de las escrituras religiosas.

La Biblia nos da pocos detalles, pero nos deja intuir muchos más.  Resumiendo el Evangelio, San Mateo nos cuenta que vinieron de Oriente guiándose por una estrella que los condujo hasta la Cueva de Belén.

Los tres Reyes venían de diferentes sitios: lo dicen sus respectivas razas.  El blanco debía venir de Europa, el Negro de África y el mestizo posiblemente de Persia.  ¡Cómo es posible que  los tres vieran la Estrella brillar en el Oriente!

“Hemos visto SU Estrella en el Oriente y venimos a adorarlo” (Mt 2, 2)

Se ha tratado de dar explicaciones científicas a ésa SU Estrella:  que si una conjunción de estrellas o de planetas, que si un cometa, que si meteoritos… Pero analizando bien los detalles de esta historia, parecería claro que no podía ser un objeto astronómico por más grande que fuera.

¿Cómo podría esa Estrella moverse para guiarlos a cada uno por separado hasta encontrarse los tres en un sitio?  Luego, una vez reunidos ¿cómo los guía precisamente hasta Jerusalén?  ¿Cómo desparece o aparece según fuera conveniente?  Suponemos que no debe haber estado a mucha altura, si era capaz de llevarlos a sitios tan determinados.  Porque … ¿cómo podía luego guiarlos justo hasta Belén que queda a poca distancia de Jerusalén?  ¿Cómo podía guiarlos hasta la misma Cueva?

Desde el punto de vista físico, debía ser una Estrella dispuesta por Dios para guiarlos así.  Ahora bien, esa guía no fue sólo astronómica, sino de gracia.

Primeramente suponemos que el viaje no fue fácil.  El inicio tampoco.  Ellos eran reyes, pero buscaban a un “Rey” que era mucho más que ellos.  De otra manera, ¿cómo podían buscarlo con tanto ahínco?  Y lo buscaban no sólo para un saludo o para brindarle presentes, sino –sobre todo- para adorarlo?

¿Cómo esos reyes poderosos y ricos que eran, se postran en adoración ante este Niño, reconociéndolo como Rey de reyes.  Eso es sólo fruto de la Gracia Divina.

¿Cómo fueron inspirado para llevar regalos proféticos referidos a lo que era ese Niño?  Oro para el Rey.  Incienso para Dios. Mirra para su entierro (representando su humanidad mortal).

Si a los Pastores de Belén les anunció un Ángel, ¿no podría ser que la “Estrella” de los Reyes Magos fuera uno o varios Ángeles?

Más aún:  ¿Quién brilla en Oriente? El propio Sol de Justicia brilla en el Oriente. ¡Podía ser hasta Dios mismo!