“Las vocaciones nacen en la oración
y de la oración;
y sólo en la oración pueden perseverar y fructificar”.
dijo el Papa Francisco el 21/4/2013 Domingo del Buen Pastor

Hoy, aquí en la Plaza hay muchos jóvenes.
Quisiera preguntarles: ¿han escuchado a veces la voz del Señor que a través de un deseo, una inquietud, les invitaba a seguirlo más de cerca ? ¿Han tenido ganas de ser apóstoles de Jesús?

Es necesario jugarse la juventud por grandes ideales”.
El Santo Padre exhortó a cada joven a que pregunte “a Jesús qué cosa quiere de ti y sé valiente”.

El Papa dijo que “a veces Jesús nos llama, nos invita a seguirlo, pero quizás sucede que no nos damos cuenta que es Él, justo como le pasó al joven Samuel”.

El Papa indicó también que “detrás y antes de cada vocación al sacerdocio o a la vida consagrada, está siempre la oración fuerte e intensa de alguien: de una abuela, de un abuelo, de una madre, de un padre, de una comunidad… Es por esto que Jesús ha dicho: ‘¡Rueguen al dueño de los sembrados –o sea a Dios Padre- que envíe trabajadores para la cosecha!’.

¡La voz de Jesús es única! Si aprendemos a distinguir, Él nos guía en el camino de la vida, una vía que va más allá del abismo de la muerte.

A veces Jesús nos llama, nos invita a seguirlo, pero a lo mejor resulta que no nos damos cuenta de que es Él, así como le sucedió al joven Samuel.

Hay muchos jóvenes hoy aquí en la plaza. Son ustedes muchos, ¿verdad? Se ve, ¡eso sí! Son tantos los jóvenes hoy en la plaza... Déjenme preguntarles esto: ¿Han escuchado a veces la voz del Señor, que a través de un deseo, una inquietud, los invitaba a seguirlos más de cerca? ¿Lo han escuchado? ¡No escucho…! ¡Bien!

¿Han tenido algún deseo de ser apóstoles de Jesús? La juventud hay que “meterla en juego” en pos de nobles ideales. ¿Piensan en esto? ¿Están de acuerdo? Pregúntale a Jesús lo que quiere de ti ¡y sé valiente! ¡Pregúntale!

Detrás y delante de toda vocación al sacerdocio o a la vida consagrada, siempre está la fuerte e intensa oración de alguien: de una abuela, un abuelo, de una madre, un padre, de una comunidad...

Por eso Jesús dijo: "Rueguen, pues, al Dueño de la mies -es decir, Dios Padre--, que envíe obreros a su mies" (Mt. 9,38). Las vocaciones nacen en la oración y de la oración; y solo en la oración pueden perseverar y dar fruto.

 

Vocación y vocaciones