ATRIBUTOS DIVINOS
UNICIDAD DE DIOS

Unicidad no es lo mismo que unidad. Unidad significa que Dios es uno. Unicidad significa que es único.

Un ser puede ser uno sin ser único. Si en el mundo no existiera sino un solo ser humano, ése sería no solamente un ser humano, sino que sería el único.

Dios, entonces, es uno y, además, es único, pues existe solamente un Dios. No existe más que un solo y verdadero Dios.

Desde el comienzo de la humanidad ha habido la tendencia a negar este atributo divino. Harto conocido es el politeísmo, error que admite varios o muchos dioses.

El Politeísmo se presenta en varias formas:

Demonolatría: culto a espíritus malignos (considerados buenos y malos) común en griegos y romanos, subsiste hoy en algunos orientales y en Oceanía, y revitalizada en nuestros días por el New Age (canalizaciones, comunicación con supuestos “ángeles”, maestros ascendidos, etc.)

Sabeísmo: culto a los astros, corriente en Persia, con algunos adeptos en Grecia.

Antropolatría: culto a los hombres (Júpiter y Saturno en Grecia, los emperadores en Roma y los antepasados en China). También revitalizada por el New Age (culto a maestros y gurúes).

Zoolatría: culto a los animales, propio de Caldea, Egipto y la India.

Fetichismo: culto a la naturaleza inanimada, como los ríos, la tierra, el fuego, árboles, ídolos, etc., practicado por los egipcios y aún hoy por algunas tribus indígenas y africanas. Idem con el New Age (por ejemplo, Gaia o madre tierra)

Otro error con respecto de la unicidad de Dios es el dualismo, por medio del cual se admite un doble principio supremo: uno del bien, del que proceden todos los bienes, y otro, del mal, del que proceden todos los males.

   Dualismos hay el persa, el egipcio, el hindú, etc. En la actualidad se encuentra muy revitalizado este error también con el New Age, haciendo ver que el bien y el mal forman parte de una misma unidad dualista (yin/yan).

En el campo teológico, está el Maniqueísmo, herejía dualista introducida en Persia por Mani, contra la cual luchó arduamente San Agustín, proponía dos deidades: Dios y Satanás.

Entre las sectas modernas, el mayor y más fantasioso atrevimiento dualista lo trae el Mormonismo, el cual -entre otros muchos errores- iguala a Cristo y Satanás.

 

Citas bíblicas sobre la Unicidad de Dios:

Antiguo Testamento:

“Y porque lo has visto, ahora sabes que Yavé es Dios y que no hay otro fuera de El” (Dt. 4, 35).

“Escucha, Israel: Yavé, nuestro Dios, es Yavé- único” (Dt. 6, 4).

“Ven ahora que Yo, sólo Yo soy, y que no hay más Dios que Yo. Yo doy la muerte y la vida, y hiero, y soy Yo mismo el que sano, y no hay quien se libre de mi mano” (Dt. 32, 39).

“Así habla el Rey de Israel y su redentor, Yavé de los Ejércitos: ‘Yo soy el primero y el último; no hay otro Dios fuera de Mí. ¿Quién es igual a Mí? Que se pare y lo diga, que me cuente y me demuestre que anunció lo que debía pasar y nos dijo con anticipación las cosas futuras. No se asusten ni tengan miedo ¿no es cierto que se lo había anunciado desde hace tiempo? Ustedes ahora son mis testigos: ¿hay acaso otro Dios fuera de Mí? ¡No! No existe otra Roca, que Yo sepa’” (Is. 44, 6-8).

“Yo soy Yavé, y no hay otro igual, fuera de Mí no hay ningún otro Dios” (Is. 45, 5).

Nuevo Testamento:

“Jesús le contestó: ‘El primer mandamiento es Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es un único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas” (Mc. 12, 29-30).

“Esta es la vida eterna: conocerte a Ti, único Dios verdadero, y al que Tú has enviado, Jesús, el Cristo” (Jn.17, 3)

“Sabemos que un ídolo no es nada en realidad y que no hay más Dios que el Unico” (1 Cor. 8, 4b).

“Un solo cuerpo y un mismo espíritu, pues ustedes han sido llamados a una misma vocación y una misma esperanza. Un solo Señor, una sola Fe, un solo Bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos” (Ef. 4, 4-6).

Aunque la unidad y la unicidad de Dios consta en todos los Concilios desde el de Nicea (325), en el cual se redactó el Credo Niceno-Constantinopolitano, el Concilio Vaticano I (1870) declara firmemente:

“Si alguno negare al único y verdadero Dios, Señor y Creador de las cosas visibles e invisibles, sea anatema” (Denz. 1801).

(“Anatema”: en el A.T. aquello que es o que debe ser separado; luego, pasó a significar la excomunión o exclusión de la Iglesia; actualmente se usa en declaraciones para significar aquello que la Iglesia rechaza).

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Tema # 11
Conocer a Dios

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Omnipresencia
de Dios

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