TEMA # 12

LA REVELACION DE DIOS

9. DIOS, PADRE TODOPODEROSO

50. ¿Qué significa que Dios es Todopoderoso?

Dios se ha revelado como «el Fuerte, el Valeroso» (Sal 24, 8), aquel para quien «nada es imposible» (Lc 1, 37). Su omnipotencia es universal, misteriosa y se manifiesta en la creación del mundo de la nada y del hombre por amor, pero sobre todo en la Encarnación y en la Resurrección de su Hijo, en el don de la adopción filial y en el perdón de los pecados. Por esto la Iglesia en su oración se dirige a «Dios todopoderoso y eterno» («Omnipotens sempiterne Deus...»). (Catecismo de la Iglesia Católica # 268-278)

51. ¿Por qué es importante afirmar que «en el principio Dios creó el cielo y la tierra» (Gn 1, 1)?

Es importante afirmar que en el principio Dios creó el cielo y la tierra porque la creación es el fundamento de todos los designios salvíficos de Dios; manifiesta su amor omnipotente y lleno de sabiduría; es el primer paso hacia la Alianza del Dios único con su pueblo; es el comienzo de la historia de la salvación, que culmina en Cristo; es la primera respuesta a los interrogantes fundamentales sobre nuestro origen y nuestro fin. (Catecismo de la Iglesia Católica # 279-289 315)

52. ¿Quién ha creado el mundo?

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son el principio único e indivisible del mundo, aunque la obra de la Creación se atribuye especialmente a Dios Padre. (Catecismo de la Iglesia Católica # 290-292 316)

53. ¿Para qué ha sido creado el mundo?

El mundo ha sido creado para gloria de Dios, el cual ha querido manifestar y comunicar su bondad, verdad y belleza. El fin último de la Creación es que Dios, en Cristo, pueda ser «todo en todos» (1 Co 15, 28), para gloria suya y para nuestra felicidad. (Catecismo de la Iglesia Católica # 293-294 319)

«Porque la gloria de Dios
es el que el hombre viva,
y la vida del hombre es la visión de Dios» (San Ireneo de Lyon)

54. ¿Cómo ha creado Dios el universo?

Dios ha creado el universo libremente con sabiduría y amor. El mundo no es el fruto de una necesidad, de un destino ciego o del azar. Dios crea «de la nada» (–ex nihilo–: 2 M 7, 28) un mundo ordenado y bueno, que Él transciende de modo infinito. Dios conserva en el ser el mundo que ha creado y lo sostiene, dándole la capacidad de actuar y llevándolo a su realización, por medio de su Hijo y del Espíritu Santo. (Catecismo de la Iglesia Católica # 295301 317-320)

55. ¿En qué consiste la Providencia divina?

La divina Providencia consiste en las disposiciones con las que Dios conduce a sus criaturas a la perfección última, a la que Él mismo las ha llamado. Dios es el autor soberano de su designio. Pero para realizarlo se sirve también de la cooperación de sus criaturas, otorgando al mismo tiempo a éstas la dignidad de obrar por sí mismas, de ser causa unas de otras. (Catecismo de la Iglesia Católica # 302-306 321)

56. ¿Cómo colabora el hombre con la Providencia divina?

Dios otorga y pide al hombre, respetando su libertad, que colabore con la Providencia mediante sus acciones, sus oraciones, pero también con sus sufrimientos, suscitando en el hombre «el querer y el obrar según sus misericordiosos designios» (Flp 2, 13). (Catecismo de la Iglesia Católica # 307-308 323)

57. Si Dios es todopoderoso y providente ¿por qué entonces existe el mal?

Al interrogante, tan doloroso como misterioso, sobre la existencia del mal solamente se puede dar respuesta desde el conjunto de la fe cristiana. Dios no es, en modo alguno, ni directa ni indirectamente, la causa del mal. Él ilumina el misterio del mal en su Hijo Jesucristo, que ha muerto y ha resucitado para vencer el gran mal moral, que es el pecado de los hombres y que es la raíz de los restantes males. (Catecismo de la Iglesia Católica # 309-310 324, 400)

58. ¿Por qué Dios permite el mal?

La fe nos da la certeza de que Dios no permitiría el mal si no hiciera salir el bien del mal mismo. Esto Dios lo ha realizado ya admirablemente con ocasión de la muerte y resurrección de Cristo: en efecto, del mayor mal moral, la muerte de su Hijo, Dios ha sacado el mayor de los bienes, la glorificación de Cristo y nuestra redención. (Catecismo de la Iglesia Católica # 311-314 324)

(tomado del Compendio
del Catecismo de la Iglesia Católica)


¿Por qué si Dios nos ama
nos suceden cosas malas?

¿Por qué Dios permite que triunfen los malos?

Dios no es indiferente ante el mal (Juan Pablo II)

La Divina Providencia y la libertad del hombre

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El Creador de lo visible y lo invisible