LECCION # 22

EL MESIAS IV
Última Cena – Condena a muerte

Versión Resumida

*          ¿Por qué no hay cordero en la Última Cena?

Para darle sentido suyo propio a su Última Cena Pascual, Jesús sigue la tradición judía, pero cambia las palabras y las oraciones.  Además, no hay cordero.

Ninguno de los Evangelistas menciona que comieran cordero.      

Porque Jesús hace una cosa imprevista:  sustituye el cordero pascual por Sí mismo. 

Mateo 26:
            26.       Mientras comían, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen y coman; esto es mi cuerpo.»
            27.       Después tomó una copa, dio gracias y se la pasó diciendo: «Beban todos de ella:    
            28.       esta es mi sangre, la sangre de la NuevaAlianza, que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de sus pecados.»

Jesús se entrega como “verdadero Cordero Pascual” (Prefacio de la Misa de Pascua), a ser sacrificado en la Cruz al día siguiente.

Y San Pablo: Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado. (1 Cor 5, 7)

Por eso decimos justo antes de recibir a Jesús: “Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros”.

Podemos entender entonces, por qué Jesús quiso instituir el Sacramento de su Cuerpo y su Sangre durante la Cena Pascual.  Esa era su hora: el momento de la celebración de su Última Cena Pascual en la tierra.  Así cerró la Antigua Alianza y abrió la Nueva Alianza. 

Pero hay algo más: los israelitas debían, no sólo sacrificar el cordero, sino también comer el cordero pascual esa noche, para quedar libres de la esclavitud del Faraón y de Egipto.  En cada Santa Misa se reactualiza la Última Cena y el sacrificio de Cristo en la Cruz.  Y comer nuestro Cordero Pascual nos hace libres de la esclavitud del Demonio y del pecado. 

*          ¿Qué significa esto es mi sangre, la sangre de la Nueva Alianza, que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de sus pecados.»?

La sangre era un elemento esencial de las alianzas.  Cuando Moisés selló la Antigua Alianza entre Yavé e Israel, lo hizo con sangre:  Entonces Moisés tomó la sangre con la que roció el pueblo, diciendo: «Esta es la sangre de la Alianza que Yavé ha hecho con ustedes, conforme a todos estos compromisos.» (Ex 24, 8)

Son la misma palabras que se repiten para la Consagración en la Santa Misa:  Esta es la Sangre de la Alianza Nueva y Eterna, que será derramada por ustedes para el perdón de los pecados.

Con la Sangre de Cristo se sella esta Nueva Alianza en esta nueva Pascua que trae la salvación, no de la esclavitud del Faraón y de Egipto, sino de la esclavitud del Demonio y del pecado.

*          Además del agradecimiento y de recibir lo más dignamente posible la Sagrada Comunión ¿de qué otra manera podemos mejor participar en la Eucaristía?  ¿Cómo podemos ofrecernos mejor a Dios?

Cuando el Sacerdote en el Ofertorio de la Misa ofrece el Pan y el Vino a ser consagrados, nos está ofreciendo también a nosotros junto con Cristo

El Ofertorio es muy importante, pues en ese momento debemos ofrecernos nosotros, poniendo todo nuestro ser –lo que somos y tenemos- allí en el altar, junto con las especies eucarísticas.  Y ese Pan y ese Vino luego serán transformados en Cristo mismo y dado a nosotros en la Comunión, para alimentar nuestra alma. 

Pero, mucho más significativo es que esa gotita de agua representa la humanidad de Cristo y nuestra propia humanidad.  Esa mezcla de Vino y agua representan la Unión Hipostática de la Divinidad y la humanidad de Cristo, pero allí en el Cáliz también estamos representados nosotros. 

*          ¿Cómo funciona la Sagrada  Comunión al nosotros recibirla?

Este “Pan” es un pan especialísimo, pues lo comemos, pero quien actúa es Cristo resucitado, no el pan ingerido.  Y Cristo actúa asimilándonos a El.  Al recibirlo es El quien nos transforma y nos une a El.  “Nos unimos a El y nos hacemos con El un solo cuerpo y una sola carne” (San Juan Crisóstomo).

Diferente a cuando comemos alimentos corrientes, en la Comunión, más que asimilar el Pan y el Vino consagrados, somos asimilados a Cristo.  Asimilar en ambos significados: semejanza y asimilación de sustancia.

*          ¿Qué cosas importantes les dijo Jesús esa noche a sus Apóstoles?

Jesús dio su último discurso, lo que se llama la Oración Sacerdotal de Jesús, la cual contenía los siguientes temas:

   .           El mandamiento nuevo: Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Ustedes deben amarse unos a otros como Yo los he amado.  En esto reconocerán todos que son mis discípulos, en que se amen unos a otros.» (Juan 13, 24-15)                 

.          Conforta a los Apóstoles acerca de su partida: En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. De no ser así, no les habría dicho que voy a prepararles un lugar. (Jn 14, 2)

          Les dice cómo ir a donde El se va: Para ir a donde Yo voy, ustedes ya conocen el camino.»             Entonces Tomás le dijo: «Señor, nosotros no sabemos adónde vas, ¿cómo vamos a conocer el camino?» Jesús contestó: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.  Nadie va al Padre sino por Mí. (Juan 14, 4-6)

.           Promete el Espíritu Santo: Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos, y Yo rogaré al Padre y les dará otro Protector que permanecerá siempre con ustedes (Jn 14, 15-16)Para recibir el Espíritu Santo hay que amar a Dios guardando sus Mandamientos.

.           Vuelve a prometer el Espíritu Santo: Les he dicho todo esto mientras estaba con ustedes.  En adelante el Espíritu Santo, el Intérprete que el Padre les va a enviar en mi Nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que Yo les he dicho. (Jn 14, 25-26) 

.           Si no estamos unidos a El, morimos: Permanezcan en Mí como Yo en ustedes. Una rama no puede producir fruto por sí misma si no permanece unida a la vid; tampoco ustedes pueden producir fruto si no permanecen en Mí.  Yo soy la vid y ustedes las ramas. El que permanece en Mí y Yo en él, ése da mucho fruto, pero sin Mí, no pueden hacer nada. (Jn 15, 4-5)

.           Ratifica el mandamiento del amor: Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como Yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos, y son ustedes mis amigos, si cumplen lo que les mando.  (Jn 15, 12-1) Amar como El nos ha amado significa estar dispuesto a dar la vida por el otro: poner las necesidades del otro por encima de las propias e, inclusive, llegar al martirio, si fuera necesario

.           Anuncia persecuciones:    Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más que su patrón. Si a Mí me han perseguido, también los perseguirán a ustedes. ¿Acaso acogieron mi enseñanza? ¿Cómo, pues, acogerían la de ustedes?  Les harán todo esto por causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió. (Jn 15, 20-21)

.           Jesús ora por sus Apóstoles: ) Yo ya no estoy más en el mundo, pero ellos se quedan en el mundo, mientras Yo vuelvo a Ti.  No te pido que los saques del mundo, sino que los defiendas del Maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. Así como Tú me has enviado al mundo, así Yo también los envío al mundo.(Jn 17, 11 y 15-18).           Jesús ora por la Iglesia y por la unidad de todos con Dios y entre nosotros: No ruego sólo por éstos, sino también por todos aquéllos que creerán en Mí por su palabra.  Que todos sean uno como Tú, Padre, estás en Mí y Yo en Ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que Tú me has enviado.  Yo les he dado la Gloria que Tú me diste, para que sean uno como Nosotros somos uno: Yo en ellos y Tú en Mí. Así alcanzarán la perfección en la unidad, y el mundo conocerá que Tú me has enviado y que Yo los he amado a ellos como Tú me amas a Mí. (Jn 17, 20-23)

*          ¿Qué sucede después de la Ultima Cena?

Jesús se va con sus Apóstoles al Huerto de los Olivos y allí tiene lugar la ORACION (AGONIA) DE JESUS EN EL HUERTO.

Cuando terminó de hablar, Jesús pasó con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón. Había allí un huerto, y Jesús entró en él con sus discípulos. (Jn 18, 1)

Lc 22:
            41.       Después se alejó de ellos como a la distancia de un tiro de piedra, y doblando las rodillas oraba     
            42.       con estas palabras: «Padre, si quieres, aparta de Mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.»
            43.       (Entonces se le apareció un Ángel del cielo para animarlo.   
            44.       Entró en agonía y oraba con mayor insistencia. Su sudor se convirtió como gotas de sangre que caían hasta el suelo.)

Dejó a ocho de los Apóstoles a la entrada del Huerto y sólo se llevó a los tres que habían sido testigos de la Transfiguración, pues la agonía o lucha que iba a tener esa noche podía escandalizar a los que no habían tenido la experiencia que Pedro, Santiago y Juan vieron en el Tabor.

*          ¿Por qué Jesús le reclama a los Apóstoles el no haber velado con El en oración?

La lucha que Jesús tuvo esa noche previa a su muerte le hizo sentir la necesidad del consuelo de sus creaturas. 

Para entender la agonía de Jesús en el Huerto de los Olivos –y también los posteriores sufrimientos de su Pasión y Muerte- debemos recordar que la naturaleza divina de nuestro Señor Jesucristo no podía sufrir:  sólo podía sufrir su naturaleza humana. 

Más aún, su naturaleza humana, siendo inseparable de su naturaleza divina, sólo podía sufrir en la medida de que El permitiera que sufriera.  Jesucristo entró a su Pasión por su propia voluntad y dejó que el tormento y el temor tomaran su corazón sólo cuando estaba a suficiente distancia de los ocho apóstoles que dejó a la entrada.  A los otros tres los había preparado con la Transfiguración. 

Pero para que su naturaleza humana pudiera sufrir, su divinidad se apartó de ella, “la dejó de su cuenta”, –por así decirlo, a falta de una mejor manera de describir este misterio- y le impidió todo tipo de consuelo interior, como bien puede verse en la narración que todos los Evangelistas nos dan sobre lo ocurrido esa noche. 

A tal punto se abajó el Dios-Hombre, que tuvo necesidad de buscar consuelo en las creaturas: los Apóstoles y los Ángeles. 

En este momento del comienzo de su Pasión, Jesús nos quiere dejar constancia que, como Hombre, El sufría todo intensamente, y que el temor, el dolor y el horror le causó tanta angustia como pudiera causarle a cualquier ser humano. 

De allí su oración al Padre por tres veces: «Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.»

*          ¿Cuáles eran las causas de la profunda tristeza y la terrible lucha de Jesús en la Oración en el Huerto?

.           Vio ante El todos los muchísimos e inhumanos tormentos a que iba a ser sometido.

  .           Jesús tomó los pecados de todos los seres humanos sobre El.  Y en ese momento invadieron su Alma y la llenaron de una horrible e intensa aversión y repulsión.         

  .           Nuestro Señor sabía de antemano que muchas almas iban a despreciar toda la entrega y esfuerzo de su dolorosa Pasión y Muerte, porque se perderían eternamente al no creer en El y al no amarlo.  Muchos piensan que el consuelo que le trajo el Ángel en esos momentos fue la visión de todas las almas que sí se salvarían por su Pasión y Muerte.

*          ¿Qué debemos imitar de la Oración de Jesús en el Huerto?

Su entrega y abandono, aún ante la más atroz perspectiva que le esperaba en pocas horas: no se haga mi voluntad sino la tuya, Padre.   Así debe ser nuestra oración: entregada y confiada a los designios de Dios.

Al meditar esta escena en el Primer Misterio Doloroso, podemos unirnos a la Oración de Jesús en el Huerto: no se haga mi voluntad, sino la tuya, Padre.

*          ¿Qué hicieron con Jesús?

Jn 18:
            12.       Entonces los soldados, con el comandante y los guardias de los judíos, prendieron a Jesús, lo ataron            
            13.       y lo llevaron primero a casa de Anás. Este Anás era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año.
Mt 26:
            57.       Los que tomaron preso a Jesús lo llevaron a casa del sumo sacerdote Caifás, donde se habían reunido los maestros de la Ley y las autoridades judías.   59.       Los jefes de los sacerdotes y el Consejo Supremo andaban buscando alguna declaración falsa contra Jesús, para poderlo condenar a muerte.

Ya habían decidido dar muerte a Jesús, pero presentaban testigos para dar apariencia de justicia y para poder pasar una sentencia legal.  

Mt 26:
            60.       Pero pasaban los falsos testigos y no se encontraba nada. Al fin llegaron dos         
            61.       que declararon: «Este hombre dijo: Yo soy capaz de destruir el Templo de Dios y de reconstruirlo en tres días.»

La acusación pudo haber sido unánime, pero no era veraz.  Jesús no dijo  “Yo voy a destruir el Templo”, sino “Destruyan este Templo”, refiriéndose a Sí mismo, a su Cuerpo.  Como no le servían estos testimonios, Caifás indujo a Jesús a que hablara, esperando que sus palabras lo incriminaran:

Mt 26:
            62.       Entonces el sumo sacerdote se puso de pie y preguntó a Jesús: «¿No tienes nada que responder? ¿Qué es esto que declaran en contra tuya?»          
            63.       Pero Jesús se quedó callado. Entonces el sumo sacerdote le dijo: «En el nombre del Dios vivo te ordeno que nos contestes: ¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios?»       
            64.       Jesús le respondió: «Así es, tal como tú lo has dicho. Y Yo les digo más: a partir de ahora ustedes contemplarán al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Dios Todopoderoso, y Lo verán venir sobre las nubes del cielo.»
            65.       Entonces el sumo sacerdote se rasgó las ropas, diciendo: «¡Ha blasfemado! ¿Para qué necesitamos más testigos? Ustedes mismos acaban de oír estas palabras blasfemas.    
            66.       ¿Qué deciden ustedes?» Ellos contestaron: «¡Merece la muerte!»

Así que fue por su propio testimonio que Jesús fue condenado a muerte.  Como no pudieron conseguir nada en su contra, convirtieron  su propio testimonio de ser Hijo de Dios en un crimen.  Por parte del Sanedrín, Jesús  fue condenado a muerte debido a que dio testimonio de su Divinidad!  Porque, por parte de los Romanos, la causal fue otra.

Jn 18:
            28.       Llevaron a Jesús de la casa de Caifás al tribunal del gobernador romano. 
31.       Pilato les dijo: «Tó menlo y júzguenlo según su ley.» Los judíos contestaron: «Nosotros no tenemos la facultad para aplicar la pena de muerte.»

Sí podían aplicar la pena de muerte por blasfemia, pero la muerte hubiera  sido por lapidación, apedreado, como mataron a Esteban y como habían tratado de matar a Jesús en varias ocasiones.  Pero querían la peor de las muertes posibles, la que lo rebajara más: la crucifixión, para que sus seguidores se sintieran avergonzados y desistieran de seguirlo. 

Por eso, ante Pilato, que era quien podía dar la orden de crucificarlo,  tenían que cambiar la causal: de blasfemo pasaba a agitador en contra de Roma y de oponerse al pago de los impuestos:

Lc 23:
            2.         Allí empezaron con sus acusaciones: «Hemos comprobado que este hombre es un agitador. Se opone a que se paguen los impuestos al César y pretende ser el rey enviado por Dios.»
Jn 18:
            33.       Pilato volvió a entrar en el palacio, llamó a Jesús y le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?»
            36.       Jesús contestó: «Mi realeza no procede de este mundo. Si fuera rey como los de este mundo, mis guardias habrían luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reinado no es de acá.»

  El Reino de Cristo es su Iglesia, que está en el mundo y es para el mundo, pero no es del mundo.  La Iglesia viene del Cielo y es un Reino de Verdad y de Gracia.  La Iglesia es su Reino, pero no de este mundo, porque su finalidad no es de este mundo, sino del Cielo: la santificación y la salvación de las almas.   

Lc 23:
            4.         Pilato se dirigió a los jefes de los sacerdotes y a la multitud. Les dijo: «Yo no encuentro falta alguna en este hombre.»     
            5.         Pero ellos insistieron: «Está enseñando por todo el país de los judíos y sublevando al pueblo.
Jn 18: 
            39.       (Les dijo Pilato): Pero aquí es costumbre que en la Pascua yo les devuelva a un prisionero: ¿quieren ustedes que ponga en libertad al Rey de los Judíos?»
            40.       Ellos empezaron a gritar: «¡A ése no! Suelta a Barrabás.» Barrabás era un bandido.         
Lc 23:
            18.       Pero todos ellos se pusieron a gritar: «¡Elimina a Éste y devuélvenos a Barrabás!  
            19.       Este Barrabás había sido encarcelado por algunos disturbios y un asesinato en la ciudad.
            20.       Pilato, que quería librar a Jesús, les dirigió de nuevo la palabra,      
            21.       pero seguían gritando: «¡Crucifícalo, crucifícalo!»  
            22.       Por tercera vez les dijo: «Pero, ¿qué mal ha hecho este hombre? Yo no he encontrado nada que merezca la muerte; por eso, después de azotarlo, lo dejaré en libertad.»         
            23.       Pero ellos insistían a grandes voces pidiendo que fuera crucificado, y el griterío iba en aumento.  
            24.       Entonces Pilato pronunció la sentencia que ellos reclamaban.        
            25.       Soltó al que estaba preso por agitador y asesino, pues a éste lo querían, y entregó a Jesús como ellos pedían.

*          ¿Por qué es condenado Jesús y no Barrabás?

Jesús es acusado de rebelión, pero el rebelde es Israel. 

La tergiversación sigue siendo clara: Jesús es inocente de insurrección y Barrabás es culpable y había sido encarcelado por algunos disturbios y un asesinato en la ciudad. (Lc 23, 19).

Lo de Barrabás va mucho más allá que un hombre por otro.  Barrabás representa la revolución violenta.  Barrabás personifica la creencia que tenían de que el reino vendría al sacudirse violentamente a los Romanos. 
Jesús personifica y ofrece una doctrina totalmente distinta.  Su camino es de perdón y de paz.  El Reino vendrá no derrotando al César, sino derrotando a Satanás. 

Al rechazar a Jesús, han rechazado el camino de la paz.  Y al escoger a Barrabás han abrazado el camino de la revolución violenta.  Y violencia tendrán: menos de 40 años después, en el año 70 dC Jerusalén es totalmente destruida.

Al soltar a Barrabás se voltean los papeles: se libera al culpable y se crucifica al inocente. 

Pero Jesús no toma el puesto de Barrabás solamente.  Jesús toma el puestode todo Israel.

*          Pero … ¿por qué debe morir Jesús para que Israel viva?

La respuesta bíblica es la Alianza.  Israel y Yavé habían celebrado una alianza solemne.

Así que, Israel no podía retractarse de las promesas que había jurado como parte de la Alianza.  La Alianza contemplaba que Israel tenía que ser exilada y destruida por su infidelidad, a menos que una de las partes muriera. (ver Dt 28, 15-68)

Con respecto a las consecuencias de la ruptura de la Alianza: La muerte de Israel no resolvería el problema, pues todo se acabaría. Y Dios no podía morir.  O… tal vez sí???   Y eso es exactamente lo que hace Dios a través de su Hijo Único, Jesús.  Dios se hace ser humano en Jesús para tomar sobre Sí todas las maldiciones de la Alianza.  Las maldiciones de la Antigua Alianza las acaba Jesús en la Cruz.

Es lo que nos quiere decir San Pablo: Ustedes estaban muertos por sus pecados, … pero Dios los hizo revivir junto a Cristo: ¡nos perdonó todas nuestras faltas! Anuló el comprobante de nuestra deuda, esos mandamientos que nos acusaban; lo clavó en la cruz y lo suprimió. (Col 2, 13-14).  Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición de la Ley, al hacerse maldición por nosotros, como dice la Escritura: Maldito todo el que está colgado de un madero. (Gal 3, 13)

*          ¿Y qué sucede con los que no pertenecían a Israel?

No sólo Israel estaba sometida a las maldiciones.  El resto de las naciones también estaban con este problema debido a Adán, que es el padre de todos los vivientes.<

Adán había sido desterrado del Paraíso y del Árbol de la Vida, que le daba inmortalidad. Pero ahora Jesús al morir en la Cruz nos abre las puertas del Paraíso eterno y nos da su alimento para la Vida Eterna que es su Cuerpo y su Sangre.

El demonio venció por el Árbol del Bien y del Mal, al tentar a Adán y Eva, pero va a ser vencido por el Árbol de la Cruz.  Con el primer árbol comenzó el pecado; con el segundo árbol va a realizarse la Redención

Jesús va a vencer y nos va a salvar a todos, mediante un precio altísimo: su propia vida.

*          ¿Qué ordena Pilato para tratar de evitar la Crucifixión?

Entonces Pilato tomó a Jesús y ordenó que fuera azotado. (Jn 19, 1)

Pilato ordena para Jesús la flagelación.   El “flagelo” era una vara que tenía en la punta unas correas de cuero que terminaban con cadenillas de metal, bolas de plomo o garfios pequeños.  La flagelación se hacía en público y debió tener lugar en el patio del Pretorio.  

Esto sucede entre las 9 y 10 de la mañana.  Y Jesús sufrió este castigo especialmente para satisfacer por nuestros pecados contra la castidad y la pureza.

*          ¿Qué otra cosa le hacen a Jesús?

Mt 27:
            27.       Los soldados romanos llevaron a Jesús al patio del palacio y reunieron a toda la tropa en torno a él.            
            28.       Le quitaron sus vestidos y le pusieron una capa de soldado de color rojo.     
            29.       Después le colocaron en la cabeza una corona que habían trenzado con espinos y en la mano derecha le pusieron una caña. Doblaban la rodilla ante Jesús y se burlaban de él, diciendo: «¡Viva el rey de los judíos!»         
            30.       Le escupían en la cara, y con la caña le golpeaban en la cabeza.

Pilato no había ordenado esta burla que hacían los soldados porque oyeron que el condenado se había querido hacer pasar por rey.

La coronación de espinas sucede más o menos entre 10 y 10:30 am.  La llevó en su cabeza también en la cruz y tuvo este castigo para satisfacer por nuestros pecados de orgullo y sus derivados.  

*          ¿Por qué Pilato finalmente cede ante la presión de los judíos?     

Jn 19:
            12.       Pilato todavía buscaba la manera de dejarlo en libertad. Pero los judíos gritaban: «Si lo dejas en libertad, no eres amigo del César; el que se proclama rey se rebela contra el César.»  
            13.       Al oír Pilato estas palabras, hizo salir a Jesús al lugar llamado el Enlosado, en hebreo Gábbata, y lo hizo sentar en la sede del tribunal.            
            14.       Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Pilato dijo a los judíos: «Aquí tienen a su rey.»         
            15.       Ellos gritaron: «¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!» Pilato replicó: «¿He de crucificar a su Rey?» Los jefes de los sacerdotes contestaron: «No tenemos más rey que el César.»            
            16.       Entonces Pilato les entregó a Jesús y para que fuera puesto en cruz.

*          ¿Qué significado tenía que los Jefes de los Sacerdotes dijeran «No tenemos más rey que el César.»?

Los Fariseos detestaban el yugo romano y al Emperador, pero su odio a Jesús era mucho mayor.  El decir «No tenemos más rey que el César.», significaba que no aceptaban al Mesías como rey.

  Los representantes del Pueblo escogido de Dios, solemnemente renunciaron a su Mesías, repudiaron al “Hijo de David” y rechazaron a Jesucristo, al declarar que el César, rey romano pagano, era su señor, su rey.

La condena a muerte debe haber sucedido como a las 11 am. 

Pareciera que los esfuerzos de Pilato para salvar a Jesús no hayan sido fruto de su idea de justicia, sino más bien por miedo.  Termina Pilato por sucumbir ante el miedo, cuando los jefes de  los sacerdotes lo ponen en el dilema  de traicionar la justicia o enemistarse con el César.  Pilato terminó siendo depuesto por el César y desterrado a Viena, donde murió suicidándose. 

 

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