1. ¿Qué sucedió después de los discursos sobre la destrucción de Jerusalén y el Juicio Final y el fin del mundo? Mateo 26: 2. ¿Cuál fue el último discurso público Esto que nos informa San Juan que dice en alta voz: Juan 12: 3. ¿Qué nos narran los Evangelios después de este discurso? Jesús manda a Pedro y Juan a preparar la Cena Pascual. Estos Apóstoles quizá estarían preguntándose intrigados: “¿será ésta la Cena Pascual en que sucederá el nuevo Éxodo, la redención de Israel, la liberación de Israel de los Romanos? La relevancia del momento también la sentía Jesús, pues relacionaba esta Pascua con su Pasión: «Yo tenía gran deseo de comer esta Pascua con ustedes antes de padecer.» (Lc 15, 22) En la Cena Pascual del Antiguo Testamento se revivía el acontecimiento del Éxodo. Por eso Jesús esperó el momento de la celebración de la Pascua judía para su Muerte: ésa era su hora, porque la Redención sería el nuevo Éxodo. En esa Cena Pascual habían cuatro copas de vino mezcladas con agua, había un cordero que se comía y se contaba la historia de la liberación de Egipto. De allí que el Catecismo nos diga: “Al celebrar la Última Cena con sus Apóstoles durante el Banquete Pascual, Jesús dio su sentido definitivo a la Pascua judía” (#1340) Para darle sentido suyo propio a su Última Cena Pascual, Jesús sigue la tradición judía, pero cambia algunas palabras y oraciones. 4. Pero ¿por qué decimos que Cristo es el Cordero? Porque Jesús hace una cosa imprevista en la Ultima Cena: sustituye el cordero pascual por Sí mismo Mateo 26: Jesús se entrega como “verdadero Cordero Pascual” (Prefacio de la Misa de Pascua), a ser sacrificado en la Cruz al día siguiente. Nos lo explica San Pedro: No olviden que han sido rescatados … pero no con un rescate material de oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha ni defecto. (1ª Pe 1, 18-19) Y San Pablo: Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado. (1ª Cor 5, 7) Por eso decimos justo antes de recibir a Jesús: “Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros”. Podemos entender entonces, por qué Jesús quiso instituir el Sacramento de su Cuerpo y su Sangre durante la Cena Pascual. Esa era su hora: el momento de la celebración de su Última Cena Pascual en la tierra. Así cerró la Antigua Alianza y abrió la Nueva Alianza. Pero hay algo más: los israelitas debían, no sólo sacrificar el cordero, sino también comer el cordero pascual esa noche, para quedar libres de la esclavitud del Faraón y de Egipto. En cada Santa Misa se reactualiza la Última Cena y el sacrificio de Cristo en la Cruz. Y comer nuestro Cordero Pascual nos hace libres de la esclavitud del Demonio y del pecado. 5. ¿Qué significa esto es mi sangre, la sangre de la Nueva Alianza, que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de sus pecados?». La sangre era un elemento esencial de las alianzas. Cuando Moisés selló la Antigua Alianza entre Yavé e Israel, lo hizo con sangre: Entonces Moisés tomó la sangre con la que roció el pueblo, diciendo: «Esta es la sangre de la Alianza que Yavé ha hecho con ustedes, conforme a todos estos compromisos.» (Ex 24, 8) Son las mismas palabras que se repiten para la Consagración en la Santa Misa: Esta es la Sangre de la Alianza Nueva y Eterna, que será derramada por ustedes para el perdón de los pecados. Pero hay algo más: los paganos consumían la sangre de los animales sacrificados con la idea de participar de la “fuerza vital” del animal. La ley judía prohibía el consumo de sangre animal (Lev 17, 14).Esto era así porque la sangre significaba vida y tomar la sangre de algún animal era participar de esa vida animal. Comer la carne sí estaba bien, porque eso significaba compartir la muerte del animal, o sea, morir a la naturaleza animal. Entonces, tomar de la Sangre de Jesús, del Dios-Hombre, era participar de su Vida Divina. Con la Sangre de la Nueva Alianza se cumple una de las profecías más significativas del Antiguo Testamento. Jer 31: Con la Sangre de Cristo se sella esta Nueva Alianza en esta nueva Pascua que trae la salvación, no de la esclavitud del Faraón y de Egipto, sino de la esclavitud del Demonio y del pecado. La Sangre de Cristo borra nuestra identidad de pecadores para darnos la nueva identidad de hijos de Dios. 6. ¿Qué significará «Y les digo que desde ahora no volveré a beber del jugo de las uvas, hasta el día en que lo beba nuevo con ustedes en el Reino de mi Padre.» (Mt 26, 29)? Leer: Las Cuatro Copas Jesús se refiere al banquete final, que es el Banquete de las Bodas del Cordero, el cual de acuerdo a las parábolas que Jesús nos contó, tendrá lugar en el Cielo. La Eucaristía, la Pascua de Jesús, es un abrebocas de ese otro Banquete. El Apocalipsis de San Juan nos da una breve descripción de lo que será ese Banquete de Bodas, la cual coincide con las parábolas de Jesús al respecto. Y nos dice: Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, «Escribe: Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero.» (Ap 19, 7-9) Por eso antes de recibir la Sagrada Comunión se nos dice: “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dichosos los llamados a esta Cena”. Cada Misa y Comunión es preludio de la Cena escatológica. PARALELISMOS
7. Además del agradecimiento y de recibir lo más dignamente posible la Sagrada Comunión ¿de qué otra manera podemos mejor participar en la Eucaristía? ¿Cómo podemos ofrecernos mejor a Dios? Cuando el Sacerdote en el Ofertorio de la Misa ofrece el Pan y el Vino a ser consagrados, nos está ofreciendo también a nosotros junto con Cristo. El Ofertorio es muy importante, pues en ese momento debemos ofrecernos nosotros, poniendo todo nuestro ser –lo que somos y tenemos- allí en el altar, junto con las especies eucarísticas. Y ese Pan y ese Vino luego serán transformados en Cristo mismo y dado a nosotros en la Comunión, para alimentar nuestra alma. Más aún, en la preparación del cáliz, el Sacerdote vierte el Vino y luego coloca una gota de agua también, recuerdo de las copas de vino con agua de la Pascua judía. Pero, mucho más significativo es que esa gotita de agua representa la humanidad de Cristo y nuestra propia humanidad. Esa mezcla de Vino y agua representan la Unión Hipostática de la Divinidad y la humanidad de Cristo, pero allí en el Cáliz también estamos representados nosotros. Por eso el Sacerdote dice: “Por la mezcla de esta agua y vino podamos participar de la divinidad de Aquél que se dignó a participar de nuestra humanidad”. El Ofertorio no es un momento superfluo en la Santa Misa. Aunque estén recogiendo la ofrenda monetaria, hay que estar pendiente de unirnos a todo lo que está sucediendo en el altar y ofrecernos junto con el Pan y el Vino. 8. ¿Por qué llamamos a todo esto “Eucaristía”? Eucaristía significa gracias, agradecimiento en griego. San Lucas nos dice: Después tomó pan y, dando gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía.» Hay una oración de acción de gracias hecha por Jesús. Y el agradecimiento es lo que debe brotar por este augusto Sacramento que Jesús nos ha dejado. La Eucaristía es una oración de acción de gracias a Dios Padre por todo los que nos ha dado en su infinita Bondad, especialmente por habernos dado a su Hijo. 9. ¿Cómo funciona la Sagrada Comunión al nosotros recibirla? A lo largo de su vida pública Jesús continuamente dio de Sí mismo, sanando, enseñando, predicando, incansablemente, casi sin tiempo para descansar. Pero en la Cena Pascual no sólo dio de Sí mismo, sino que se dio a Sí mismo. La Eucaristía es Jesús mismo con todo su ser de Hombre y todo su Ser de Dios. Este “Pan” es un pan especialísimo, pues lo comemos, pero quien actúa es Cristo resucitado, no el pan ingerido. Y Cristo actúa asimilándonos a El. Al recibirlo es El quien nos transforma y nos une a El. “Nos unimos a El y nos hacemos con El un solo cuerpo y una sola carne” (San Juan Crisóstomo). Diferente a cuando comemos alimentos corrientes, en la Comunión, más que asimilar el Pan y el Vino consagrados, somos asimilados a Cristo. Asimilar en ambos significados: semejanza y asimilación de sustancia.
En tiempos de Jesús se comía recostado sobre unos divanes con cojines al lado de la mesa en vez de comer sentados. Los pies quedaban hacia afuera y era costumbre que un esclavo se los fuera lavando a los comensales. Jesús quiere darnos ejemplo de servicio y humildad, haciendo algo que hacía un esclavo. Eso explica la reacción de San Pedro: Juan 13: 11. ¿Qué significado tienen estas palabras de Jesús sobre el lavatorio de los pies? Juan 13: Que está purificando a los Apóstoles antes de darles la Comunión. También descubrió el pecado de Judas: no estaba limpio, porque estaba en pecado, aunque le fueron lavados los pies también. Para nosotros significa que hay que estar purificados antes de recibir a Jesús en la Sagrada Comunión, pero que no basta confesarse para comulgar, sino que hay que estar de veras arrepentidos de los pecados, para estar suficientemente limpios. Si no, la gracia del perdón que nos da Jesús en la Confesión rueda (por así decirlo) sobre nuestra alma no arrepentida. 12. ¿Qué cosas importantes les dijo Jesús esa noche a sus Apóstoles? Jesús dio su último discurso, lo que se llama la Oración Sacerdotal de Jesús, la cual contenía los siguientes temas: . El mandamiento nuevo: . Conforta a los Apóstoles acerca de su partida: . Les dice cómo ir a donde El se va: . Promete el Espíritu Santo: . Vuelve a prometer el Espíritu Santo: . Si no estamos unidos a El, morimos: . Ratifica el mandamiento del amor: . Anuncia persecuciones: . Jesús ora por sus Apóstoles: . Jesús ora por la Iglesia y por la unidad de todos con Dios y entre nosotros: 13. ¿Qué sucede después de la Ultima Cena? Jesús se va con sus Apóstoles al Huerto de los Olivos y allí tiene lugar la ORACION (AGONIA) DE JESUS EN EL HUERTO. Cuando terminó de hablar, Jesús pasó con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón. Había allí un huerto, y Jesús entró en él con sus discípulos. (Jn 18, 1)
Mt 26: Lc 22: Mt 26: Lc 22: Jn 18: Jesús cruzó el Valle del Cedrón, que es un arroyo que separa la ciudad de Jerusalén del Monte de los Olivos y llegó al Huerto de Getsemaní a orar. La facilidad con que Jesús entraba a aquel jardín ha hecho suponer a algunos historiadores que el lugar era propiedad de la familia de su Madre. Otro indicio de que era un huerto propio es que se cree que la Santísima Virgen pudo haber sido sepultada allí y los muertos solían sepultarse en terrenos pertenecientes a la familia. En el siglo V comienza a haber testimonios escritos que hablan del sepulcro de María. Uno de éstos, Breviarius de Hierusalem, de un autor anónimo, al describir los Santos Lugares del valle del Cedrón, escribe lo siguiente: “Allí se ve la Basílica de Santa María y en ella está su sepulcro. Allí entregó Judas a Nuestro Señor Jesucristo.” Aquí vemos esta pintura titulada La Asunción de la Virgen María, donde puede verse el sepulcro de la Virgen en el Huerto de Getsemaní: Dejó a ocho de los Apóstoles a la entrada del Huerto y sólo se llevó a los tres que habían sido testigos de la Transfiguración, pues la agonía o lucha que iba a tener esa noche podía escandalizar a los que no habían tenido la experiencia que Pedro, Santiago y Juan vieron en el Tabor. 14. ¿Por qué Jesús le reclama a los Apóstoles el no haber velado con El en oración? La lucha que Jesús tuvo esa noche previa a su muerte le hizo sentir la necesidad del consuelo de sus creaturas. Para entender la agonía de Jesús en el Huerto de los Olivos –y también los posteriores sufrimientos de su Pasión y Muerte- debemos recordar que la naturaleza divina de nuestro Señor Jesucristo no podía sufrir: sólo podía sufrir su naturaleza humana. Más aún, su naturaleza humana, siendo inseparable de su naturaleza divina, sólo podía sufrir en la medida de que El permitiera que sufriera. Jesucristo entró a su Pasión por su propia voluntad y dejó que el tormento y el temor tomaran su corazón sólo cuando estaba a suficiente distancia de los ocho apóstoles que dejó a la entrada. A los otros tres los había preparado con la Transfiguración. Pero para que su naturaleza humana pudiera sufrir, su divinidad se apartó de ella, “la dejó de su cuenta”, –por así decirlo, a falta de una mejor manera de describir este misterio- y le impidió todo tipo de consuelo interior, como bien puede verse en la narración que todos los Evangelistas nos dan sobre lo ocurrido esa noche. A tal punto se abajó el Dios-Hombre, que tuvo necesidad de buscar consuelo en las creaturas: los Apóstoles y los Ángeles. En este momento del comienzo de su Pasión, Jesús nos quiere dejar constancia que, como Hombre, El sufría todo intensamente, y que el temor, el dolor y el horror le causó tanta angustia como pudiera causarle a cualquier ser humano. De allí su oración al Padre por tres veces: «Padre, si quieres, aparta de Mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.» 15. ¿Cuáles eran las causas de la profunda tristeza y la terrible lucha de Jesús en la Oración en el Huerto? . Vio ante El todos los muchísimos e inhumanos tormentos a que iba a ser sometido. . Jesús tomó los pecados de todos los seres humanos sobre El. Y en ese momento en que ya estaba a punto de completar la Redención, la abominación y la culpa de todos los pecados de todos los seres humanos de todos los tiempos, invadieron su Alma y la llenaron de una horrible e intensa aversión y repulsión. . Nuestro Señor sabía de antemano que muchas almas iban a despreciar toda la entrega y esfuerzo de su dolorosa Pasión y Muerte, porque se perderían eternamente al no creer en El y al no amarlo. Este conocimiento hacía el cáliz mucho más amargo y torturaba su Corazón, porque su Amor por ellos era infinito. Así que su sufrimiento no era sólo por El, sino por todos los que ser perderían. Muchos piensan que el consuelo que le trajo el Ángel en esos momentos fue la visión de todas las almas que sí se salvarían por su Pasión y Muerte. 16. ¿Qué debemos imitar de la Oración de Jesús en el Huerto? Su entrega y abandono, aún ante la más atroz perspectiva que le esperaba en pocas horas: no se haga mi voluntad sino la tuya, Padre. Así debe ser nuestra oración: entregada y confiada a los designios de Dios. Al meditar esta escena en el Primer Misterio Doloroso, podemos unirnos a la Oración de Jesús en el Huerto: no se haga mi voluntad, sino la tuya, Padre. 17. ¿Qué hicieron con Jesús? Jn 18: Anás había sido Sumo Sacerdote desde al año 6 al 15 dC. Depuesto por el Procurador Romano anterior a Pilato, tenía aún un gran prestigio, casi como si siguiera siendo Sumo Sacerdote, ya que sus cinco hijos habían ocupado el puesto sucesivamente, y luego lo fue su yerno Caifás, desde el año 18 hasta el 35. Le correspondía por tanto a Caifás presidir el Sanedrín, formado por 71 dirigentes del pueblo judío. Anás no tenía ninguna autoridad para sentenciar a Jesús, pero su casa estaba en el paso y posiblemente lo llevaron allí a causa de su prestigio y tal vez para hacer tiempo a que el Sanedrín se reuniera como a las 3 am (!!!) en casa de Caifás con motivo de la captura de Jesús. Mt 26: Ya habían decidido dar muerte a Jesús, pero presentaban testigos para dar apariencia de justicia y para poder pasar una sentencia legal. Por ley judía, la sentencia de muerte era sólo posible si se presentaban dos testigos con un testimonio unánime. Si no era unánime, no procedía la pena de muerte (recordar el caso de Susana y el Profeta Daniel). Mt 26: La acusación pudo haber sido unánime, pero no era veraz. Jesús no dijo “Yo voy a destruir el Templo”, sino “Destruyan este Templo”, refiriéndose a Sí mismo, a su Cuerpo. Como no le servían estos testimonios, Caifás indujo a Jesús a que hablara, esperando que sus palabras lo incriminaran: Mt 26: Los miembros del Sanedrín entendieron bien que Jesús se había declarado Dios. Fue por esta causa que lo condenaron a muerte por blasfemia. De allí que al presentárselo a Pilato dijeran: «Nosotros tenemos una Ley, y según esa Ley debe morir, pues se ha proclamado Hijo de Dios.» (Jn. 19, 7) Al amanecer se volvió a reunir el Sanedrín para dar carácter oficial a la condena. Por eso volvieron a preguntarle lo mismo a Jesús: Lc 22: Así que fue por su propio testimonio que Jesús fue condenado a muerte. Como no pudieron conseguir nada en su contra, convirtieron su propio testimonio de ser Hijo de Dios en un crimen. Por parte del Sanedrín, Jesús fue condenado a muerte debido a que dio testimonio de su Divinidad! Porque, por parte de los Romanos, la causal fue otra. Veamos: Mt 27: Jn 18: Sí podían aplicar la pena de muerte por blasfemia, pero la muerte hubiera sido por lapidación, apedreado, como mataron a Esteban y como habían tratado de matar a Jesús en varias ocasiones. Pero querían la peor de las muertes posibles, la que lo rebajara más: la crucifixión, para que sus seguidores se sintieran avergonzados y desistieran de seguirlo. Por eso, ante Pilato, que era quien podía dar la orden de crucificarlo, tenían que cambiar la causal: de blasfemo pasaba a agitador en contra de Roma y de oponerse al pago de los impuestos: Lc 23: Efectivamente le habían hecho una pregunta a Jesús, justamente en estos días de Pascua en Jerusalén, sobre si era lícito pagar impuestos o no, para incriminarlo con su respuesta. Sabemos lo que contestó Jesús: “Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Lc 20, 25). Pero de todos modos, tergiversaron su respuesta para hacerlo ver como un subversivo. Tampoco Jesús se había proclamado Rey en ningún momento. Sí había declarado que era el Mesías, el Cristo, pero nunca había dicho que era Rey de los Judíos. Y sabemos que cuando trataron de hacerlo Rey, después de la Multiplicación de los Panes, se había escapado. Es más, los Fariseos nunca lo aceptaron como Mesías justamente porque no pretendía ningún poder temporal o político. Pero ahora lo acusan precisamente de esto. Pilato decide interrogar a Jesús en privado:
Jn 18: El Reino de Cristo es su Iglesia, que está en el mundo y es para el mundo, pero no es del mundo. La Iglesia viene del Cielo y es un Reino de Verdad y de Gracia. En este momento de Jesús ante Pilato, la Iglesia de Cristo era muy pequeñita, pero desde aquel entonces a hoy, Cristo se ha conquistado razas, naciones, reinos y personas en toda la faz de la tierra, por el poder de la Cruz. La Iglesia es su Reino, pero no de este mundo, porque su finalidad no es de este mundo, sino del Cielo: la santificación y la salvación de las almas. Jn 18: Pilato se da cuenta que Jesús es inocente y que no tenía intenciones de socavar la autoridad romana. Lc 23: Jn 18: Lc 23: 18. ¿Por qué es condenado Jesús y no Barrabás? Jesús es acusado de rebelión, pero el rebelde es Israel. La condenación de Jesús como un criminal culpable de rebelión tiene un paralelismo sorprendente con la condenación de Israel que nos presenta el Profeta Isaías: “¡Cielos y tierra, oigan! Escuchen la queja de Yavé: «Crié hijos hasta hacerlos hombres, pero se rebelaron contra Mí”. (Is 1, 2) Lo que sucede es que la acusación de rebeldía que Isaías hace a Israel y los castigos muy dolorosos que esa rebeldía conllevaba, no son inflingidos a la nación de Israel, sino a Jesús, el Siervo Sufriente de Yavé que Isaías había anunciado. La tergiversación sigue siendo clara: Jesús es inocente de insurrección y Barrabás es culpable y había sido encarcelado por algunos disturbios y un asesinato en la ciudad. (Lc 23, 19). Lo de Barrabás va mucho más allá que un hombre por otro. Barrabás representa la revolución violenta. Barrabás personifica la creencia que tenían de que el reino vendría a sacudirse violentamente a los Romanos. Jesús personifica y ofrece una doctrina totalmente distinta. Su camino es de perdón y de paz. El Reino vendrá no derrotando al César, sino derrotando a Satanás. Al rechazar a Jesús, han rechazado el camino de la paz. Y al escoger a Barrabás han abrazado el camino de la revolución violenta. Y violencia tendrán: menos de 40 años después, en el año 70 dC Jerusalén es totalmente destruida. Al soltar a Barrabás se voltean los papeles: se libera al culpable y se crucifica al inocente. Pero Jesús no toma el puesto de Barrabás solamente. Jesús toma el puesto de todo Israel. Curiosamente Barrabás significa “hijo del padre”. Israel es hijo del Padre: «Crié hijos hasta hacerlos hombres, pero se rebelaron contra Mí” (Is 1, 2). Barrabás representa la rebelión de todos los hijos de Dios y no sólo de Israel. Pero en este momento Israel ha realizado el acto definitivo de rebelión contra Dios Padre al rechazar y condenar a Jesús. Isaías luego nos habla del nuevo Cordero Pascual, el Siervo Sufriente de Yavé: Fue maltratado y él se humilló y no dijo nada, fue llevado cual cordero al matadero, como una oveja que permanece muda cuando la esquilan. (Is 53, 7) Así que, como los corderos expiatorios del Antiguo Testamento, Jesús, el inocente, toma sobre Sí los pecados de Israel. El es herido para que Israel sea curado. Y El muere para que Israel viva. 19. Pero … ¿por qué debe morir Jesús para que Israel viva? La repuesta filosófica la da el Catecismo y un Doctor de la Iglesia: La Divinidad de Jesús es lo que hace posible su sacrificio redentor por todos. (CIC #616) ¿Por qué? En su tratado Cur Deus Homo (Por qué Dios se hizo Hombre), San Anselmo explica que la deuda del pecado era tan grande que sólo Dios podía satisfacerla, pero que era el hombre quien debía pagarla. Por eso, quien lo hiciera debía ser Dios y Hombre. Y la respuesta bíblica es la Alianza. Israel y Yavé habían celebrado una alianza solemne. Y las alianzas, como el Matrimonio por ejemplo, son permanentes, de por vida. Así que, Israel no podía retractarse de las promesas que había jurado como parte de la Alianza. La Alianza contemplaba que Israel tenía que ser exilada y destruida por su infidelidad. (ver Dt 28, 45-48). Sin embargo, la Alianza podría quedar destruida con la muerte de una de las partes, ¿no? Dt 28 Comienza con las bendiciones que recibiría Israel si cumple la Alianza. Pero a continuación, a partir de Dt 28, 15-44, se listan una cantidad inmensa de castigos (maldiciones) de ruina total y exterminio, que concluyen asi: Dt.28 Con respecto a que la ruptura de la Alianza, sucediera por la muerte de una de las partes, había un gran escollo: la muerte de Israel no resolvería el problema, pues todo se acabaría. Y Dios no podía morir. O … tal vez sí??? Y eso es exactamente lo que hace Dios a través de su Hijo Único, Jesús. Dios se hace ser humano en Jesús para tomar sobre Sí todas las maldiciones de la Alianza. Las maldiciones de la Antigua Alianza las acaba Jesús en la Cruz. Es lo que nos quiere decir San Pablo: Ustedes estaban muertos por sus pecados, … pero Dios los hizo revivir junto a Cristo: ¡nos perdonó todas nuestras faltas! Anuló el comprobante de nuestra deuda, esos mandamientos que nos acusaban; lo clavó en la cruz y lo suprimió. (Col 2, 13-14). Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición de la Ley, al hacerse maldición por nosotros, como dice la Escritura: Maldito todo el que está colgado de un madero. (Gal 3, 13) 20. ¿Y qué sucede con los que no pertenecían a Israel? No sólo Israel estaba sometida a las maldiciones. El resto de las naciones también estaban con este problema debido a Adán, que es el padre de todos los vivientes. Pero, además, hay coincidencias significativas entre Adán y Jesús: Adán fue probado en el Jardín del Edén y Jesús en el Jardín de Getsemaní. Allí Jesús ora con tal intensidad que su sudor se convirtió como gotas de sangre que caían hasta el suelo.(Lc 22, 44b). Una de las maldiciones del Pecado Original era ésta: Con el sudor de tu frente comerás tu pan hasta que vuelvas a la tierra (Gn 3, 19). Lucas reseña cómo caía el sudor de Jesús sobre la tierra. Adán había sido desterrado del Paraíso y del Árbol de la Vida, que le daba inmortalidad. Pero ahora Jesús al morir en la Cruz nos abre las puertas del Paraíso eterno y nos da su alimento para la Vida Eterna que es su Cuerpo y su Sangre. El demonio venció por el Árbol del Bien y del Mal, al tentar a Adán y Eva, pero va a ser vencido por el Árbol de la Cruz. Con el primer árbol comenzó el pecado; con el segundo árbol va a realizarse la Redención. Jesús va a vencer y nos va a salvar a todos, mediante un precio altísimo: su propia vida. 21. ¿Qué ordena Pilato para tratar de evitar la Crucifixión? Entonces Pilato tomó a Jesús y ordenó que fuera azotado. (Jn 19, 1)
Pilato ordena para Jesús la flagelación. El “flagelo” era una vara que tenía en la punta unas correas de cuero que terminaban con cadenillas de metal, bolas de plomo o garfios pequeños. La flagelación se hacía en público y debió tener lugar en el patio del Pretorio. Esto sucede entre las 9 y 10 de la mañana. Y Jesús sufrió este castigo especialmente para satisfacer por nuestros pecados contra la castidad y la pureza. 22. ¿Qué otra cosa le hacen a Jesús? Mt 27: Pilato no había ordenado esta burla que hacían los soldados porque oyeron que el condenado se había querido hacer pasar por rey. La coronación de espinas sucede más o menos entre 10 y 10:30 am. La llevó en su cabeza también en la cruz y tuvo este castigo para satisfacer por nuestros pecados de orgullo y sus derivados. 23. ¿Por qué Pilato finalmente cede ante la presión de los judíos? Jn 19:
Los Fariseos detestaban el yugo romano y al Emperador, pero su odio a Jesús era mucho mayor. El decir «No tenemos más rey que el César.», significaba que no aceptaban al Mesías como rey. Los representantes del Pueblo escogido de Dios, solemnemente renunciaron a su Mesías, repudiaron al “Hijo de David” y rechazaron a Jesucristo, al declarar que el César, rey romano pagano, era su señor, su rey. Mt 27: El pueblo quiso decir: nosotros tomaremos toda la responsabilidad. Nosotros y nuestros hijos cargaremos la culpa y el castigo si se derrama sangre inocente. En el año 70 dC el juicio de Dios vino sobre ellos y sus hijos. El César al que declararon como su rey, rechazando al Mesías, envió su ejército contra Jerusalén. Muchos de los que pidieron la Crucifixión de Jesús estaban vivos para el momento del asedio y sufrieron los horrores sangrientos que sucedieron en esa invasión. Miles de judíos murieron crucificados, un millón murió por la espada, otros por enfermedad y hambre. Unos 92.000 fueron vendidos como esclavos a precio nominal: 30 por una sola moneda de plata. Y los pocos que quedaron se esparcieron por la faz de la tierra. La condena a muerte debe haber sucedido como a las 11 am. Pareciera que los esfuerzos de Pilato para salvar a Jesús no hayan sido fruto de su idea de justicia, sino más bien por miedo. Termina Pilato por sucumbir ante el miedo, cuando los jefes de los sacerdote lo ponen en el dilema de traicionar la justicia o enemistarse con el César. Pilato terminó siendo depuesto por el César y desterrado a Viena, donde murió suicidándose.
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