* ¿Qué hacen los Apóstoles enseguida de la Ascensión del Señor al Cielo? Antes de empezar a cumplir la misión que Cristo les ha dejado encomendada, los Apóstoles y discípulos deben esperar en Jerusalén para algo muy importante: ser revestidos de una fuerza especial. Y con el cumplimiento de esta promesa del Padre, que es –nada menos- que el Espíritu Santo, comienza el libro de los Hechos de los Apóstoles, y también comienza a marchar la Iglesia que Cristo dejó fundada. Después de la Ascensión de Jesús al Cielo, la historia de Cristo continúa con la historia de sus discípulos. Y en la actualidad está teniendo lugar nuestra propia historia, pues nosotros -que seguimos a Cristo y conocemos su Palabra contenida en la Biblia- también somos testigos de todo esto (Lc 24, 48) y estamos también ungidos en el Bautismo y la Confirmación.
San Lucas, quien también escribió uno de los Evangelios.
El día de la Fiesta de Pentecostés, la cual se celebraba 50 días después de la Pascua y habían pasado 10 días desde de la Ascensión de Jesucristo al Cielo, Jerusalén estaba repleto de peregrinos judíos de todas partes del mundo conocido, que habían venido para conmemorar la entrega de las Tablas de la Ley en el Sinaí, la cual había sucedido precisamente 50 días después del Éxodo de Egipto. Estando reunidos los Apóstoles, discípulos y también la Santísima Virgen María, viene la fuerza de lo alto, la promesa del Padre: el Espíritu Santo.
1º. En primer lugar creyeron y obedecieron el anuncio del Señor: 2º. Oraban diaria y asiduamente. Oraban en compañía de María. Fue la primera novena que se hizo en la Iglesia.
Los torpes de antes comienzan a actuar con la Sabiduría de Dios. Los envidiosos de antes asumen cada uno el lugar que le corresponde en la Iglesia de Cristo. Los temerosos de antes sufren persecuciones y llegan incluso hasta el martirio.
A través de la Iglesia por El fundada, Cristo extiende su Reino a todos los confines del mundo. Esta expansión se da en cuatro etapas:
El día de Pentecostés se bautizan 3.000 personas. La primera comunidad cristiana seguía estando muy ligada a las costumbres judías: San Lucas nos dice que continuaban yendo al Templo a orar. La costumbre era hacer esa oración a las 3 de la tarde. Pero comienzan a diferenciarse con un rito singular: la Fracción del Pan, la cual celebraban en las casas. Comienzan a tener lugar algunos milagros. Entre estas señales milagrosas sucede, por intermedio de Pedro, la curación de un cojo justamente cuando Pedro y Juan subían al Templo a la hora de la oración de la tarde. Con esta curación el número de seguidores hombres llegó a 5.000. Apresan a Pedro y Juan, pero un Ángel los libera de la prisión y siguen predicando. Cuando los traen a juicio ante el Sanedrín, Pedro responde: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.
Era uno de los Diáconos, que ayudaban a los Apóstoles en la atención a los pobres y en la predicación. Su predicación llenó de ira a los jefes del Templo y le dan muerte por lapidación. Esteban muere pidiendo perdón a Dios por sus asesinos.
Se da inicio a una persecución generalizada contra la Iglesia, liderizada por Saulo de Tarso, quien presenció la lapidación de Esteban. Pero, lejos de restringir la expansión de la naciente Iglesia, la persecución ayudó a esparcirla, cual viento que riega la semilla y ésta crece donde quiera que cae.
Porque los Samaritanos comenzaban a convertirse y a integrarse a la Iglesia, gracias a la predicación del Diácono Felipe. San Pedro y San Juan, respectivamente Papa y Obispo, eran los que podían imponer las manospara que los samaritanos recibieran el Espíritu Santo. Estaban impartiendo el Sacramento de la Confirmación. El diácono Felipe no podía confirmar a los samaritanos. Tenía que hacerlo un Obispo.
En la recepción del Espíritu Santo, con una fortaleza especial para anunciar y defender la Fe con audacia y convicción y, más importante aún, para vivir de acuerdo a esa Fe.
Fue llevado por un Ángel de manera milagrosa hasta un camino en el sur, para hablar con un militar etíope (africano descendiente de Cam) que iba de regreso de Jerusalén a Etiopía, a quien le explicó las Escrituras y el etíope pidió ser bautizado de inmediato.
El Bautismo hay que impartirlo a los niños recién nacidos cuanto antes. No hay que posponer el Bautismo con excusas de poco valor, como que no hay dinero para la fiesta o porque los padrinos están lejos. O –peor aún- esperar hasta que el niño decida por sí mismo si se bautiza o no (!!!).
La persecución contra los seguidores de Jesús disemina a éstos por Judea y Samaria y aún más lejos. Entonces Saulo (quien luego se llamará Pablo) los persigue sin compasión para tratar de eliminar todo vestigio de este movimiento. Saulo se daba cuenta que si este movimiento tenía éxito en Damasco, se difundiría sin problema a todas esas otras comunidades judías. Por eso está decidido a detener a los seguidores de el camino. Pero Dios tenía otros planes para sus seguidores y para Saulo. Casi llegando a Damasco (según la tradición estaba a una hora de camino) sucede esto: Hech 9: Saulo está atónito y queda ciego, porque Jesús de Nazaret, a Quien él creía muerto, se le había aparecido, revestido de su gloria divina. La ceguera con que queda es una muestra de la ceguera en que estaba antes. Ahora está ciego para ver lo exterior, pero comienza a tener luz interiormente: reconoce a Jesús como Dios y está dispuesto a hacer lo que le pida. Tiene, entonces, que entrar a Damasco, no como el guerrero que llevaba autorización de encarcelar a los seguidores de su Señor, sino ciego, incapacitado de andar por sí solo. Quitar sangríaJesús le envía a uno de sus seguidores, Ananías, para que atienda al que es conocido como el más fiero perseguidor de cristianos. Según la tradición, Ananías era uno de los 70 discípulos de Jesús y murió después mártir.
Las persecuciones a los seguidores de Cristo obligan a Pedro a moverse de un sitio a otro para visitar al rebaño disperso. Pasa por Lida y llega a la costa del Mediterráneo a la población de Jope.
La Ley de Moisés consideraba impuros algunos animales que algunos pueblos tenían como ídolos y por eso no los podían comer los judíos. Igualmente consideraban impuro a cualquier pagano o incircunciso. Como buen judío, Pedro guardaba estos preceptos. De allí su sorpresa cuando tiene una visión, repetida tres veces, de animales considerados impuros por la Ley judía. Mayor sorpresa fue la orden que le dio el Señor: Hech 10:
Era un militar romano, jefe en Cesarea del mar. El Espíritu Santo guía a Pedro y a Cornelio para que Pedro lo visite en su casa. Y, mientras les anunciaba la buena nueva, Dios entonces premia la fe de Cornelio y su familia con el don del Espíritu Santo. Al ver Pedro esto, a pesar de no ser circuncidados, los bautiza de inmediato con este argumento: «¿Podemos acaso negarles el agua y no bautizar a quienes han recibido el Espíritu Santo como nosotros?»
San Pedro da un indicio de que el Evangelio llegará a toda nación. Pedro, el encargado del rebaño de Jesús, el primer Papa, toma una decisión crucial para el pueblo judío: los gentiles pueden recibir el Bautismo sin ser circuncidados. Sin embargo, las nuevas normas no se iban implementando uniformemente y en algunas ocasiones llegaron a causar confusiones y diferencias.
Un Ángel lo saca de la prisión.
Tres viajes misioneros por toda Asia Menor y Grecia.
Como decíamos antes, la misión entre los gentiles causa una serie de controversias. Cuando Pedro regresa a Jerusalén después de bautizar a Cornelio y familia, muchos criticaron a Pedro por comer con hombres no circuncidados. Había que decidir si podían ser bautizados sin ser circuncidados los conversos que no eran judíos; es decir, si para ser cristiano había que abrazar el judaísmo. El discurso más importante que San Lucas refiere es el de Pedro, quien declara que los gentiles no tienen necesidad de circuncidarse. Aquí, en medio de esta importante reunión de la Iglesia, Pedro es quien preside y da la enseñanza y anuncia la decisión del Espíritu Santo y los Apóstoles reunidos en el Concilio de Jerusalén.
San Lucas no nos da detalles de las muertes de Pedro y Pablo, pero la tradición nos dice que fueron alcanzados por la persecución de Nerón y ejecutados ambos el mismo día en el año 67 dC. Pedro en la Colina Vaticana, directamente bajo el Altar Mayor de San Pedro Vaticano, donde se encuentras sus restos. Pablo fue ejecutado en lo que es hoy la Iglesia de Tre Fontane. Los restos de Pablo se encontraron recientemente bajo la Basílica San Pablo Extramuros, sitio que para el momento quedaba fuera de los límites de la ciudad de Roma. Fue sepultado en esa Basílica que se erigió en su honor. San Pedro pidió ser crucificado al revés, pues no se sentía digno de morir como su Señor. San Pablo fue decapitado, pues su nacionalidad romana no permitía la crucifixión para él.
En el año 70 dC, tal como Jesús lo había anunciado, sucede la invasión a Jerusalén, en la que no quedó piedra sobre piedra. El Templo fue destruido y nunca más se ha reconstruido. Con este hecho el judaísmo quedó sin un centro religioso único. Para los cristianos fue el signo de que la antigua estructura, centro de la Antigua Alianza, que había servido de preparación para la venida del Mesías, había caído definitivamente, porque ya no tenía razón de ser con la instauración del Reino de Cristo y la Nueva Alianza. Ya para el año 100, unos 70 años después de Pentecostés la Iglesia se había difundido por casi todo el mundo conocido hasta el momento.
La historia narrada por San Lucas en los Hechos de los Apóstoles terminó. Pero la historia de la Iglesia no, porque la historia de Dios es eterna y el Reino de Cristo que es la Iglesia no tendrá fin.
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