1. ¿Cómo surge la revolución de los Macabeos?
Todo estaba bien después de los judíos regresar a su tierra, pero unos 200 años antes de nacer Cristo, Judea cae en manos de los reyes de Siria, unos reyes muy malos.
El peor de esos reyes fue Antíoco Epifanes, que invadió Jerusalén y profanó el Tempo de varias maneras.
2. ¿Cómo profanó el Templo?
Una cosa que hizo fue sacrificar cerdos en el Templo. Los cerdos eran animales que los judíos consideraban impuros. Además montó una estatua del dios griego Zeus en el altar de Templo.
3. ¿Qué otras cosas hizo Antíoco Epifanes?
Trataba de hacer que los judíos no practicaran su religión: no podían celebrar las fiestas, ni ofrecer sacrificios al Verdadero Dios.
Tan tremenda fue esta persecución, que era causa de muerte tener las Escrituras.
4. ¿Qué hacen los judíos antes tanta injusticia?
Surgen, entonces, verdaderos héroes mártires que se oponen a que los hagan renegar de su fe y a romper la Alianza con Yavé.
5. ¿Dónde están recogidas las hazañas y los martirios de esta época?
En Macabeos 1 y 2.
6. ¿Cuál es la historia más conocida del Libro de los Macabeos?
Es la historia de varios mártires de una misma familia:
La viuda y sus siete hijos
Antíoco Epifanes ordenó a una viuda, cuyo nombre no conocemos, a que ella y sus siete hijos fueran llevados a su presencia para hacerlos comer carne prohibida.
Al oponerse todos, comenzaron por azotarlos. El mayor de todos le dijo al rey que estaban dispuestos a morir y a no transgredir la ley de su Dios.
Esto enfureció a Antíoco, quien ordenó que le fuera extraída la lengua al joven, le arrancaran la piel de su cabeza y sus manos pies mutilados. Y luego de sufrir estos horribles tormentos, fuera quemado vivo delante de su madre y sus hermanos.
El maligno rey pensó que con este horror los demás hermanos escarmentarían y obedecerían. Pero fue todo lo contrario.
Cuando el segundo fue sometido a las mismas torturas, antes de morir dijo a Antíoco:
2 Mac 7
9. En el momento de entregar el último suspiro dijo: «Asesino, nos quitas la presente vida, pero el Rey del mundo nos resucitará. Nos dará una vida eterna a nosotros que morimos por sus leyes.»
Luego vino el tercero:
10. Después de esto, castigaron al tercero. Presentó la lengua tan pronto como se lo mandaron, y extendió sus manos con intrepidez,
11. tuvo además el valor de declarar: «De Dios he recibido estos miembros, pero por amor a sus leyes los desprecio, y de Dios espero recobrarlos.»
12. El propio rey y su corte se conmovieron por el valor de ese joven que despreciaba sus sufrimientos.
El cuarto:
13. Una vez muerto éste, sometieron al cuarto a las mismas torturas.
14. A punto de expirar, se expresó así: «Más vale morir a manos de los hombres y aguardar las promesas de Dios que nos resucitará; tú, en cambio, no tendrás parte en la resurrección para la vida.»
El quinto:
15. Trajeron en seguida al quinto y lo torturaron.
16. Pero él, fijando los ojos en el rey, le decía: «Aunque mortal, tienes la autoridad sobre los hombres y haces lo que quieres. Sin embargo, no pienses que nuestra raza esté abandonada por Dios.
17. Espera un poco y verás su gran poder, cuando te atormente a ti y tus descendientes.»
El sexto:
18. Después de éste trajeron al sexto, quien dijo a punto de morir: «No te equivoques. En verdad, es por causa de nosotros mismos que sufrimos todo esto, porque pecamos contra nuestro propio Dios; por eso nos han pasado cosas asombrosas.
19. Pero tú no te imagines que vas a quedar impune después de haber hecho la guerra a Dios.»
La madre:
20. Por encima de todo se debe admirar y recordar a la madre de ellos, que vio morir a sus siete hijos en el espacio de un día. Lo soportó, sin embargo, e incluso con alegría, por la esperanza que ponía en el Señor. Llena de nobles sentimientos,
21. animaba a cada uno de ellos en el idioma de sus padres. Estimulando con ardor varonil sus reflexiones de mujer, les decía:
22. «No me explico cómo nacieron de mí; no fui yo la que les dio el aliento y la vida; no fui yo la que les ordenó los elementos de su cuerpo.
23. Por eso, el Creador del mundo, que formó al hombre en el comienzo y dispuso las propiedades de cada naturaleza, les devolverá en su misericordia el aliento y la vida, ya que ustedes los desprecian ahora por amor a sus leyes.»
El último hermano:
24. Antíoco pensó que se burlaba de él y sospechó que eran palabras injuriosas. Mientras el menor seguía con vida, no sólo trató de ganarlo con palabras, sino que con juramentos le prometía hacerlo rico y feliz, con tal de que abandonara las tradiciones de sus padres; lo haría su amigo y le confiaría altos cargos.
25. Pero, como el joven no le hacía ningún caso, el rey mandó llamar a la madre y la invitó a que aconsejara a su hijo para salvar su vida.
26. Después de pedírselo dos veces el rey, ella aceptó convencer a su hijo.
27. Se inclinó sobre él y, burlándose del cruel tirano, le dijo en su lengua patria: «Hijo mío, ten compasión de mí, que durante nueve meses te llevé en mi seno y te he amamantado durante tres años, te crié y te eduqué hasta el día de hoy.
28. Te pido, hijo mío, que mirando al cielo y a la tierra y a cuanto hay en ella, conozcas que de la nada hizo Dios todo esto y también el género humano fue hecho así.
29. No temas a ese verdugo, sino que, haciéndote digno de tus hermanos, recibe la muerte para que vuelva yo a encontrarte con tus hermanos en el tiempo de la misericordia.»
30. En cuanto ella terminó de hablar, el joven dijo: «¿Qué esperan? No obedezco las órdenes del rey sino los preceptos de la Ley dada a nuestros padres por Moisés.
31. Y tú, que has inventado tantos suplicios en contra de los hebreos, no escaparás de las manos de Dios.
32. Sepas que nosotros padecemos por nuestros pecados;
33. es verdad que nuestro Señor, que vive, está por breve tiempo enojado para castigarnos y corregirnos, pero de nuevo se reconciliará con sus siervos.
34. Y tú, el más criminal e impío de los hombres, no te pongas orgulloso, ni te dejes arrastrar por tus vanas esperanzas. No levantes tu mano contra los hijos del Cielo,
35. porque todavía no has escapado del juicio de Dios, que todo lo puede y todo lo ve.
36. Ahora mis hermanos han terminado de sufrir un breve tormento por una vida que no se agotará; están ahora en la amistad de Dios. Tú, en cambio, sufrirás las penas merecidas por tu soberbia.
37. Yo con mis hermanos entrego mi cuerpo y mi vida por las leyes de mis padres, invocando a Dios para que pronto se apiade de nuestra raza, y tú, con tormentos y azotes, llegues a confesar que él es el único Dios.
38. Que en mí y en mis hermanos se detenga la cólera del Todopoderoso, que justamente descarga sobre toda nuestra raza.»
39. Muy enojado el rey, se enfureció contra éste más que contra los otros, muy molesto por sus sarcásticas burlas.
40. Así murió también éste sin mancha, plenamente confiado en Dios.
41. Después de todos sus hijos murió también la madre.
42. Todo lo dicho sea bastante para tener noticias de lo acontecido en torno a los sacrificios paganos y de los suplicios que superaron toda imaginación.
Así fueron torturados y muertos uno a uno de los siete hermanos. Y al final también murió la madre.
7. ¿Quién surge para dirigir a los judíos contra los desmanes de Antíoco?
El sacerdote Matatías que vivía en Modín y tenía cinco hijos: Juan, Simón, Judas, Eleazar y Jonatás.
Los Macabeos: Matatías y su familia y otros mártires
Cuando llegaron a Modín emisarios del rey Antíoco para forzar a que renunciaran a la religión judía y para que ofrecieran sacrificios a los ídolos, Matatías se negó diciendo:
-Aunque todos obedezcan al rey, mis hijos y yo seguiremos la Ley de nuestro Dios.
Aún estaba hablando cuando un judío se adelantó a ofrecer sacrificio a los ídolos. Matatías encendido en el celo por el honor de Dios no pudo contenerse y lo degolló sobre el altar. Inmediatamente se volvió al comisario del rey y lo mató también; destrozó el altar y gritó:
-¡Todo el que mantenga la Alianza que me siga!
Es decir: todos los que quieran seguir a Yavé, que me sigan para oponernos a Antíoco.
8. ¿Qué sucede cuando muere Matatías?
Matatías había nombrado como su sucesor al más valiente de sus hijos, Judas, llamado el Macabeo, que significa martillo.Tenía mucho coraje, era capaz guerrero y asumió la dirección del ejército judío.
Judas Macabeo se enfrentó a viarios generales sirios y logró recuperar la ciudad de Jerusalén y el Templo.
Judas,El Macabeo
9. ¿Qué hace Judas Macabeo con relación al Templo?
Ordena la purificación del Templo. El Templo había sido contaminado y desecrado debido a los altares eregidos a los dioses falsos. Así que había que purificarlo removiendo todo lo impuro y pagano que había servido para el culto a los ídolos.
Purificación y rededicación del Templo
10. ¿Cómo terminió Antíco Epifanes?
2 Macabeos 9
5. El Señor que todo lo ve, el Dios de Israel, lo castigó con una enfermedad incurable de carácter interno. Acababa de hablar cuando sintió en su estómago un dolor insoportable y comenzó a ser torturado en todo su cuerpo.
7. (Mientras regresaba a Jerusalén en una carroza), enfurecido contra los judíos, dio orden de apresurar aún más la marcha. Pero, como su carro corría muy fuerte, Antíoco cayó y se le descompuso todo el cuerpo.
8. … Ahora tenía que ser llevado en una camilla, dando a todos testimonio evidente del poder de Dios.
9. Tan podrido estaba su cuerpo que hasta gusanos tenía y sus carnes, vivas aún, caían a pedazos entre desgarramientos y dolores. Su fetidez era intolerable y apartaba a todo el ejército.
11. Al ver que sus dolores aumentaban se dio cuenta que era un castigo de Dios.
12. Ni él mismo podía soportar su fetidez. Decía: «Es justo someterse a Dios. El mortal no debe igualarse a él.»
28. De esta forma acabó aquel blasfemo y asesino, sufriendo atroces tormentos. Murió entre montañas y en tierra extraña, con una muerte miserable.
11. ¿Cuál es la principal conclusión sobre el fin de Antíoco Epitanes?
La muerte de este rey tan nefasto fue tal como la predijeron los Siete Hermanos. Caer en la justicia de Dios puede ser horroroso. Si Antíoco Epifanes, quien causó tantos daños físicos y morales a los judíos, sufrió así para morir, ¡cómo será el Infierno!
12. ¿Qué actitud toma el sucesor de Antíoco?
El hijo sucesor de Antíoco envió a sus más fuertes generales a tomar Judea y Jerusalén de nuevo. Y continuaron las guerras de los Macabeos.
13. ¿Nunca más se alejaron de Dios y de la Alianza los judíos?
Los judíos, luego del regreso del Exilio, habían seguido adorando al verdadero Dios sin desviarse. Esa tendencia se fortaleció en la época de Judas Macabeo, como queda demostrado con los tremendos sacrificios a que fueron capaces de someterse.
Pero poco a poco se fueron enfriando y se desfiguró el culto a Dios, porque lo adoraban con sus labios, pero su corazón estaba muy lejos de El.
Y fueron quedando con una observancia de la Ley meramente externa, pues no había un deseo interior de cercanía con Dios.
Así era la situación para la llegada de Cristo, que es lo que veremos en las próximas lecciones.
14. ¿Qué significado espiritual podemos ver en todas estas guerras y batallas?
Nosotros tenemos una guerra continuada contra nuestro Enemigo, el Enemigo de Dios, y su ejército.
Nosotros luchamos por la salvación de nuestra alma y por la salvación de las almas de otros. Luchamos contra nuestras inclinaciones al pecado, contra las tentaciones. Luchamos para no caer en pecado y para salirnos del pecado si lo cometemos. Así lograremos la victoria de nuestra salvación.
Nuestras armas son la oración, los Sacramentos, la Palabra de Dios. Y nuestros compañeros de armas son nuestros Ángeles de la Guarda, los Santos del Cielo y muy especialmente la Santísima Virgen María, quien es la Conductora de nuestro Ejército.
ORACION
Dios Todopoderoso y Eterno:
muchos judíos del tiempo de los Macabeos
fueron martirizados por cumplir tu Ley.
Nosotros debemos cumplir tu Ley y a veces no lo hacemos.
Fortalécenos, Señor, para decirte sí a Ti y no a lo que no viene de Ti.
Nuestra lucha no es física,
como la de los Macabeos,
es una lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma.
Ayúdanos, Señor, a ganar las batalla
s que se nos presenten.
Sabemos que contamos
con tu ayuda directa
y con muchas otras ayudas
que nos envías:
nuestros Ángeles de la Guarda,
los Santos del Cielo que
interceden por nosotros
y tu Madre que nos dirige y
nos acompaña también.
Queremos llegar a la meta de nuestra lucha que es ganar el Cielo,
el cual has prometido a los que
cumplen tu Voluntad.
Contamos con tu ayuda en las tentaciones
para decir no al pecado,
porque el pecado mata la Vida que Tú
das a nuestra alma.
Gracias porque hemos conocido
las cosas que sucedieron
antes de tu venida al mundo, Jesús.
Ahora que comenzaremos a ver
el Nuevo Testamento,
te esperamos, Jesús, y queremos seguirte en tu paso por nuestra tierra,
cuando viviste entre nosotros.
Amén. |
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