Citas Bíblicas
LECCIÓN # 21

Mt 22, 23-46

Mt 22:
La resurrección de los muertos.
           

23.  Ese mismo día vinieron a él algunos saduceos. Según ellos, no hay resurrección de los muertos, y por eso mismo le propusieron este caso:
24. «Maestro, Moisés dijo que si alguno muere sin tener hijos, el hermano del difunto debe casarse con la viuda para darle un hijo, que será considerado descendiente del difunto.
25. Sucedió que había entre nosotros siete hermanos. Se casó el mayor y murió, y al no tener hijos, dejó su mujer a su hermano.
26. Lo mismo pasó con el segundo y el tercero, hasta el séptimo.
27. Después de todos ellos murió también la mujer.
28. Ahora bien, cuando venga la resurrección de los muertos, ¿cuál de los siete se quedará con esta mujer, si todos la tuvieron?»
29.  Jesús contestó: «Ustedes andan muy equivocados. Ustedes no entienden ni las Escrituras ni el poder de Dios.
30. Primeramente, en la resurrección no se toma mujer ni esposo, sino que son como ángeles en el Cielo.
31. Y en cuanto a saber si hay resurrección de los muertos, ¿no han leído lo que Dios les dijo:
32.  Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Él no es un Dios de muertos, sino de vivos.»
33.  Era mucha la gente que escuchaba a Jesús, y estaba asombrada de sus enseñanzas.
34.  Cuando los fariseos supieron que Jesús había hecho callar a los saduceos, se juntaron en torno a él.
35.  Uno de ellos, que era maestro de la Ley, trató de ponerlo a prueba con esta pregunta:
36.  «Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?».
37.  Jesús le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
38. Este es el gran mandamiento, el primero.
39.  Pero hay otro muy parecido: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
40.  Toda la Ley y los Profetas se fundamentan en estos dos mandamientos.»

El Mesías, hijo y Señor de David

41. Aprovechando que los fariseos estaban allí reunidos,
42.  Jesús les preguntó: «¿Qué piensan ustedes del Mesías? ¿De quién tiene que ser hijo?» Contestaron: «De David.»
43.  Jesús entonces añadió: «¿Cómo es que David llama al Mesías su Señor en un texto inspirado?
44.  En un salmo dice: El Señor ha dicho a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos bajo tus pies.
45.  Si David lo llama su Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?»
46.  Y nadie supo qué contestarle. Desde ese día nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

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