Catecismo de la Iglesia Católica

LECCION #12

AMARAS AL SEÑOR TU DIOS
(Versión Resumida)

*          ¿Cuáles son los Diez Mandamientos?

LOS DIEZ MANDAMIENTOS de
la LEY DE DIOS


1º.  Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2º.  No tomarás el nombre de Dios en vano.
3º.  Santificarás las Fiestas.
4º.  Honrarás a padre y madre.
5º.  No matarás.
6º.  No cometerás actos impuros.
7º.  No robarás. 
8º. No darás falso testimonio ni mentirás.
9º. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.

10º.  No codiciarás los bienes ajenos

*          ¿Qué le dirías a aquéllos que piensan que los Mandamientos son trabas que Dios nos pone para hacernos la vida desagradable?

Los Mandamientos no son restricciones, ni trabas.  Son ayudas que nos ha dado Dios para el bien personal y también para el bien colectivo, pues son normas mínimas de relaciones humanas, para que podamos vivir en convivencia. 

Mientras mejor se cumplen los mandamientos, mejor estamos en lo personal, en lo social, en lo nacional, en lo internacional.
           
*          ¿Qué implica la afirmación de Dios: «Yo soy el Señor tu Dios»            La afirmación: «Yo soy el Señor tu Dios» implica para el fiel guardar y poner en práctica las tres virtudes teologales, y evitar los pecados que se oponen a ellas

Es decir, parte del Primer Mandamiento se refiere a las Virtudes Teologales:  Fe, Esperanza y Caridad.

Pero también significa que, si Dios se ha revelado a nosotros como Dios y Señor, no puede haber nada más importante para nosotros, ni ninguna prioridad que esté por encima de El.  Dios es nuestra absoluta prioridad:  nada ni nadie puede estar por encima de El.

*          ¿Qué comporta la práctica de la virtud de la Fe?

1º.        Debemos interesarnos en averiguar las cosas que Dios nos ha revelado, las verdades que nos ha dado a conocer.

2º.        Conocidas esas verdades, debemos aceptarlas y asumirlas.

3º.        Debemos estar dispuestos a defender esas verdades cuando se presente la ocasión.  “Siempre estén dispuestos para dar una respuesta acertada al que les pregunte acerca de sus convicciones” (1 Pe. 3, 15-b).  

*          ¿Significa tener fe el comprender todo lo que Dios nos ha revelado y lo que su Iglesia nos enseña?

Es imposible comprender todas las verdades de nuestra Fe, porque muchas son misterios incomprensibles para el ser humano.  Pero nuestra parte consiste en aceptar, aún sin entender, todas esas verdades.

*          ¿Cuáles son los pecados que van directamente contra la Fe?

El ateísmo:      rechaza la existencia de Dios.  Creer que Dios es una invención del ser humano.  El ateo suele considerar tontos a los que creen en la existencia de Dios.

El agnosticismo: rechaza la posibilidad de conocimiento sobrenatural y por lo tanto la posibilidad de saber si Dios existe.

Agnosticismo no es lo mismo que ateísmo (negación de la existencia de Dios).  Su premisa es que no se puede saber si existe o no. Por eso rechaza cualquier pronunciamiento a favor o en contra de la existencia de Dios.

La apostasía:   el rechazo de toda la Fe cristiana por parte de un bautizado.  Su base es el orgullo o soberbia, porque el apóstata rehusa someterse a la autoridad que Cristo ha dado a su Iglesia.

La herejía: negación persistente de una o más verdades reveladas por Dios y enseñadas por la Iglesia.  Es un pecado grave tomar algunas verdades y rechazar otras:  yo creo en el Cielo, pero no en el Infierno, por ejemplo, porque Dios es infinitamente misericordioso, se oye decir.  Nuestra fe no es un conjunto de verdades de super-mercado, en la cual podemos poner en el carrito lo que queremos y dejar lo que no queremos.   Nuestra fe es un conjunto más bien parecido a un combo:  todo es importante y requerido para poder ser fieles a Dios.

El indiferentismo: no importa ser de una religión o de otra, pues todas son iguales y verdaderas.  Si Dios nos ha revelado su Verdad y Cristo ha dejado instituida su Iglesia, no es correcto decir que cualquier iglesia o grupo eclesial fundado por cualquier ser humano es igual a la Iglesia fundada por Dios mismo.

*          ¿Cuáles son los pecados que van directamente contra la Esperanza?      

La desesperanza o desesperación: duda de que Dios me salvará.  Es una falta de confianza en que Dios hará su parte en mi camino hacia la salvación.

La presunción: Es lo opuesto a la desesperanza. Consiste en una confianza absurda de que Dios me salvará sin yo hacer lo que me corresponde para mi salvación.  Es pensar que Dios me salvará aunque yo viva en pecado.

*          ¿Cuáles son los pecados que van directamente contra la Caridad o el Amor a Dios?

El sacrilegio: tratamiento despreciativo o abusivo de cualquier persona, lugar o cosa sagrada.  Recibir la Sagrada Comunión en pecado es un sacrilegio. 

La superstición: asignarle a alguna creatura u objeto poderes que sólo son de Dios.  Incluye creer en fetiches, consultar brujos o psíquicos, seguirse por los horóscopos. 

La superstición es tan antigua como la humanidad.  Dios la tuvo que condenar desde el Deuteronomio:  “Que no haya en medio de ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego; que nadie practique encantamientos o consulte a los astros; que no haya brujos ni hechiceros;  que no se halle a nadie que se dedique a supersticiones o consulte los espíritus; que no se halle ningún adivino o quien pregunte a los muertos; porque Yavé aborrece a los que se dedican a todo esto, y los expulsa delante de ti a causa de estas abominaciones.” (Dt. 18, 10-12)

El problema es que en nuestros días ha resurgido con mucha fuerza debido a las creencias y prácticas del New Age.

El espiritismo: intento de contactar a muertos, a veces de la familia.  También condenado desde antiguo en Dt. 18.  Ahora con el New Age esta práctica maligna se llama “canalización”. 

La idolatría: asignarle divinidad a una creatura, a un objeto, al demonio.  O, inclusive, darle valor excesivo a cosas como el poder, el dinero, el sexo. 

El satanismo: practicar algún tipo de culto (por ejemplo: adoración, veneración, evocación) del ser que en la Biblia se indica con los nombres de demonio, diablo o Satanás.  

*          ¿Qué comporta la Palabra del Señor: «Adorarás al Señor tu Dios y a Él sólo darás culto» (Mt 4, 10)?  (CIC-C #443)

Las palabras «adorarás al Señor tu Dios y a Él sólo darás culto» suponen adorar a Dios como Señor de todo cuanto existe; rendirle el culto debido individual y comunitariamente; rezarle con expresiones de alabanza, de acción de gracias y de súplica; ofrecerle sacrificios, sobre todo el espiritual de nuestra vida, unido al sacrificio perfecto de Cristo; mantener las promesas y votos que se le hacen.

*          ¿Cómo adorar a Dios?

La oración más elevada es la oración de adoración a Dios, pues en ella nos reconocemos creaturas dependientes de El y a El debemos todo.  Por eso lo adoramos. 

¿Qué es adorar a Dios?

Es reconocerlo como nuestro Creador y nuestro Dueño
Es reconocerme en verdad lo que soy:
hechura de Dios, posesión de Dios.  
Dios es mi Dueño.  Yo le pertenezco.  

Adorar a Dios, entonces,
es tomar conciencia
de nuestra dependencia de El
y de la consecuencia lógica de esa dependencia:
entregarnos a El y a su Voluntad
.

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Tú eres mi Creador, yo tu creatura,
Tú mi Hacedor, yo tu hechura,
Tú mi Dueño, yo tu propiedad.
Aquí estoy para hacer tu Voluntad

*          El mandato de Dios: «No te harás escultura alguna...» (Ex 20, 3), ¿prohibe el culto a las imágenes?  (CIC-C #446)

  A partir de la encarnación del Verbo, el culto cristiano a las sagradas imágenes está justificado (como afirma el II Concilio de Nicea del año 787), porque se fundamenta en el Misterio del Hijo de Dios hecho hombre, en el cual, el Dios trascendente se hace visible. 

Adicionalmente, no se trata de una adoración de la imagen, sino de una veneración de quien en ella se representa: Cristo, la Virgen, los ángeles y los santos.

*          ¿Cuál es el Segundo Mandamiento?  ¿Qué significa “santificar el Nombre de Dios”?  ¿En qué oración hacemos referencia a esto?

El Segundo Mandamiento es “No tomarás el Nombre de Dios en vano”.  Y en el Padre Nuestro rezamos: santificado sea tu Nombre.   

Se santifica el Nombre de Dios o se respeta la santidad del Nombre de Dios invocándolo, bendiciéndole, alabándole y glorificándole. Ha de evitarse, por tanto, el abuso de apelar al Nombre de Dios para justificar un crimen, y todo uso inconveniente de su Nombre, como la blasfemia, que por su misma naturaleza es un pecado grave; la imprecación y la infidelidad a las promesas hechas en nombre de Dios.

No podemos pronunciar el Nombre de Dios de manera irreverente. 

Por tanto, es una ofensa tremenda blasfemar, maldecir usando el Nombre de Dios, hacer promesas en su Nombre o incumplir votos hechos en su Nombre.

Usar el Nombre de Dios en vano es también nombrar a Dios o a Jesús para expresar rabia, temor, impaciencia, etc.  El nombre de Dios es para ser usado siempre con la mayor reverencia, no para usarlo con ligereza.

*          ¿Por qué está prohibido jurar en falso?  (CIC-C #448)

Está prohibido jurar en falso, porque ello supone invocar en una causa a Dios, que es la Verdad misma, como testigo de una mentira.

Para usar el Nombre de Dios debe haber necesidad de hacerlo (como en un juicio).  Y, de ser necesario, debe hacerse de verdad y con reverencia.

*          ¿Qué es el perjurio?  (CIC-C #449)

El perjurio es hacer, bajo juramento, una promesa con intención de no cumplirla, o bien violar la promesa hecha bajo juramento. Es un pecado grave contra Dios, que siempre es fiel a sus promesas.

El Segundo Mandamiento también se refiere a los votos y promesas.  No se pueden hacer promesas falsas, con la intención de no cumplirlas. 

Pero tampoco pueden violarse los votos, que son promesa hechas solemnemente a Dios.  Votos hacen los Sacerdotes y los Religiosos y Religiosas.  Pero votos también hacen los casados. 

*          ¿Qué significa para los Cristianos “Santificar las Fiestas”

Los cristianos santifican el domingo y las demás fiestas de precepto participando en la Eucaristía del Señor y absteniéndose de las actividades que les impidan rendir culto a Dios, o perturben la alegría propia del día del Señor o el descanso necesario del alma y del cuerpo.

Los Cristianos Católicos asisten a la Santa Misa el Domingo o en la vigilia del Sábado.  Además evitan el trabajo que les impida rendir culto a Dios y descansar como es debido. 

 

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