Catecismo de la Iglesia Católica

LECCION #12

  AMARAS AL SEÑOR TU DIOS

 

1.      ¿Qué significa “Decálogo? (CIC-C #436)

Decálogo significa las «diez palabras» que recogen la Ley dada por Dios al pueblo de Israel durante la Alianza hecha por medio de Moisés (Ex 34, 28). El Decálogo, al presentar los mandamientos del amor a Dios (los tres primeros) y al prójimo (los otros siete), traza, para el pueblo elegido y para cada uno en particular, el camino de una vida liberada de la esclavitud del pecado.

Es decir:  el Decálogo, fue dado al Pueblo de Israel después de la salida de Egipto en el Monte Sinaí.  Basados en los 10 Mandamientos del Decálogo, se celebró la Alianza entre Dios y el Pueblo de Israel.  Pero esa Ley es también para cada uno de nosotros en particular, de manera de que vivamos una vida libre de pecado.

Si observamos bien el Decálogo, podemos darnos cuenta que no es una lista fortuita, sino que constituye un conjunto muy bien organizado.  Los tres primeros Mandamientos referidos a Dios y los otros siete al prójimo, ya nos dan un sentido del orden que Dios ha impreso a su Ley. 

Los 10 Mandamientos constituyen una unidad orgánica, que no se puede disociar.  Todos los mandamientos son importantes y quebrantar uno es faltar a toda la Ley de Dios.

2.      ¿Cómo han sido enunciados los 10 Mandamientos

Tenemos tres versiones:  la del Libro de Éxodo (Ex 20, 2-17), la del Deuteronomio (Dt. 5, 6-21), que posiblemente fue como, antes de morir, Moisés enunció al Pueblo de Israel los 10 Mandamientos.  Y finalmente tenemos la versión actual con que la Iglesia enseña el Decálogo:  la versión catequética.

Diferentes versiones de los 10 Mandamientos

3.  ¿Cuál es la versión catequética que debemos memorizar todos los cristianos? 

MEMORIZAR

LOS DIEZ MANDAMIENTOS de la LEY DE DIOS
1º.  Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2º.  No tomarás el nombre de Dios en vano.
3º.  Santificarás las Fiestas.
4º.  Honrarás a padre y madre.
5º.  No matarás.
6º.  No cometerás actos impuros.
7º.  No robarás. 
8º. No darás falso testimonio ni mentirás.
9º. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10º.  No codiciarás los bienes ajenos.

4.      Si fueron dados hace tanto tiempo, ¿no estarán los 10 Mandamientos pasados de moda?

De ninguna manera.  La Ley de Dios no tiene límite de tiempo.  Es como Dios mismo:  Dios no tiene límite de tiempo. 

Los Diez Mandamiento no son para una época o un momento particular. 

Imaginemos cómo podríamos vivir sin esas normas mínimas.  De hecho, vean lo que sucede cuando el que quiere mata, el que quiere roba.   Y cuando el que quiere mata para robar, porque desea lo que el otro tiene. 

5.      ¿Qué le dirías a aquéllos que piensan que los Mandamientos son trabas que Dios nos pone para hacernos la vida desagradable.

Los Mandamientos no son restricciones, ni trabas.  Son ayudas que nos ha dado Dios para el bien personal y también para el bien colectivo, pues son normas mínimas de relaciones humanas, para que podamos vivir en convivencia. 

Mientras mejor se cumplen los mandamientos, mejor estamos en lo personal, en lo social, en lo nacional, en lo internacional.

6.      ¿Qué implica la afirmación de Dios: «Yo soy el Señor tu Dios» (Ex 20, 20)? (CIC-C #442)

La afirmación: «Yo soy el Señor tu Dios» implica para el fiel guardar y poner en práctica las tres virtudes teologales, y evitar los pecados que se oponen a ellas.

La fe cree en Dios y rechaza todo lo que le es contrario, como, por ejemplo, la duda voluntaria, la incredulidad, la herejía, la apostasía y el cisma.

La esperanza aguarda confiadamente la bienaventurada visión de Dios y su ayuda, evitando la desesperación y la presunción.

La caridad ama a Dios sobre todas las cosas y rechaza la indiferencia, la ingratitud, la tibieza, la pereza o indolencia espiritual y el odio a Dios, que nace del orgullo

Es decir, parte del Primer Mandamiento se refiere a las Virtudes Teologales:  Fe, Esperanza y Caridad.

Pero también significa que, si Dios se ha revelado a nosotros como Dios y Señor, no puede haber nada más importante para nosotros, ni ninguna prioridad que esté por encima de El.  Dios es nuestra absoluta prioridad:  nada ni nadie puede estar por encima de El.

El ocultismo, el espiritismo y, por supuesto, el satanismo están dentro de las prácticas que se oponen a Dios y a la práctica de las virtudes que se relacionan con El –las Virtudes Teologales:  Fe, Esperanza y Caridad.

Además, el ateísmo teórico o práctico es opuesto al Primer Mandamiento.  Hoy hay ateos que están en campañas militantes anti-Dios.  Pero también hay muchos que no se consideran ateos, pero viven como ateos, porque viven como si Dios no existiera, son indiferentes con Dios, van a la Iglesia en ciertas ocasiones, piensa que cualquier religión da lo mismo, y se oponen a las enseñanzas de la Iglesia, como el aborto, el control de la natalidad, el matrimonio y el divorcio, la homosexualidad, etc. 

7.      ¿Qué comporta la práctica de la virtud de la Fe?

1º.     Debemos interesarnos en averiguar las cosas que Dios nos ha revelado, las verdades que nos ha dado a conocer.

2º.     Conocidas esas verdades, debemos aceptarlas y asumirlas.

3º.     Debemos estar dispuestos a defender esas verdades cuando se presente la ocasión.  “Siempre estén dispuestos para dar una respuesta acertada al que les pregunte acerca de sus convicciones” (1 Pe. 3, 15-b).    

8.      ¿Puede perder alguien la Fe?

La Fe es un don de Dios que debemos aceptar, cultivar, fomentar y practicar.  Si la descuidamos, podemos perder esa importantísima virtud teologal. 

Debemos, por tanto, valorar y agradecer esa virtud recibida de Dios. También debemos pedir a Dios que fortalezca nuestra Fe.

La Fe se aumenta llevando una vida santa y se disminuye quebrantando la Ley de Dios.  No es posible separar la Fe (lo que debo creer) de la Moral (lo que debo hacer).  Mucha gente ha llegado a perder la fe porque comenzó a decaer en el cumplimiento de las normas morales de la Ley de Dios. 

9.      ¿Significa tener fe el comprender todo lo que Dios nos ha revelado y lo que su Iglesia nos enseña?

Es imposible comprender todas las verdades de nuestra Fe, porque muchas son misterios incomprensibles para el ser humano.  Pero nuestra parte consiste en aceptar, aún sin entender, todas esas verdades.

Jesús reprendió a Santo Tomás que no creyó en su Resurrección:   «Crees porque me has visto. ¡Felices los que no han visto, pero creen!» (Jn 20, 29).  Así debemos creer nosotros y seremos felices

10.    ¿Cuáles son los pecados que van directamente contra la Fe?

El ateísmo:   rechaza la existencia de Dios.  Creer que Dios es una invención del ser humano.  El ateo suele considerar tontos a los que creen en la existencia de Dios.

El agnosticismo:  rechaza la posibilidad de conocimiento sobrenatural y por lo tanto la posibilidad de saber si Dios existe.

Agnosticismo no es lo mismo que ateísmo (negación de la existencia de Dios).  Su premisa es que no se puede saber si existe o no. Por eso rechaza cualquier pronunciamiento a favor o en contra de la existencia de Dios.

La apostasía:   el rechazo de toda la Fe cristiana por parte de un bautizado.  Su base es el orgullo o soberbia, porque el apóstata rehusa someterse a la autoridad que Cristo ha dado a su Iglesia.

La herejía:  negación persistente de una o más verdades reveladas por Dios y enseñadas por la Iglesia.  Es un pecado grave tomar algunas verdades y rechazar otras:  yo creo en el Cielo, pero no en el Infierno, por ejemplo, porque Dios es infinitamente misericordioso, se oye decir.  Nuestra fe no es un conjunto de verdades de super-mercado, en la cual podemos poner en el carrito lo que queremos y dejar lo que no queremos.   Nuestra fe es un conjunto más bien parecido a un combo:  todo es importante y requerido para poder ser fieles a Dios.

El indiferentismo:  no importa ser de una religión o de otra, pues todas son iguales y verdaderas.  Si Dios nos ha revelado su Verdad y Cristo ha dejado instituida su Iglesia, no es correcto decir que cualquier iglesia o grupo eclesial fundado por cualquier ser humano es igual a la Iglesia fundada por Dios mismo.

11.    ¿Cuáles son los pecados que van directamente contra la Esperanza?

La desesperanza o desesperación:  duda de que Dios me salvará.  Es una falta de confianza en que Dios hará su parte en mi camino hacia la salvación.

La presunción:  Es lo opuesto a la desesperanza.  Consiste en una confianza absurda de que Dios me salvará sin yo hacer lo que me corresponde para mi salvación.  Es pensar que Dios me salvará aunque yo viva en pecado.

12.    ¿Cuáles son los pecados que van directamente contra la Caridad o el Amor a Dios?

El sacrilegio:  tratamiento despreciativo o abusivo de cualquier persona, lugar o cosa sagrada.  Recibir la Sagrada Comunión en pecado es un sacrilegio. 

La superstición:  asignarle a alguna creatura u objeto poderes que sólo son de Dios.  Incluye creer en fetiches, consultar brujos o psíquicos, seguirse por los horóscopos. 

La superstición es tan antigua como la humanidad.  Dios la tuvo que condenar desde el Deuteronomio:  “Que no haya en medio de ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego; que nadie practique encantamientos o consulte a los astros; que no haya brujos ni hechiceros;  que no se halle a nadie que se dedique a supersticiones o consulte los espíritus; que no se halle ningún adivino o quien pregunte a los muertos; porque Yavé aborrece a los que se dedican a todo esto, y los expulsa delante de ti a causa de estas abominaciones.” (Dt. 18, 10-12)

El problema es que en nuestros días ha resurgido con mucha fuerza debido a las creencias y prácticas del New Age.

El espiritismo:  intento de contactar a muertos, a veces de la familia.  También condenado desde antiguo en Dt. 18.  Ahora con el New Age esta práctica maligna se llama “canalización”. 

La idolatría:  asignarle divinidad a una creatura, a un objeto, al demonio.  O, inclusive, darle valor excesivo a cosas como el poder, el dinero, el sexo. 

El satanismo:  practicar algún tipo de culto (por ejemplo: adoración, veneración, evocación) del ser que en la Biblia se indica con los nombres de demonio, diablo o Satanás.  

13.    ¿Qué comporta la Palabra del Señor: «Adorarás al Señor tu Dios y a Él sólo darás culto» (Mt 4, 10)?  (CIC-C #443)

Las palabras «adorarás al Señor tu Dios y a Él sólo darás culto» suponen adorar a Dios como Señor de todo cuanto existe; rendirle el culto debido individual y comunitariamente; rezarle con expresiones de alabanza, de acción de gracias y de súplica; ofrecerle sacrificios, sobre todo el espiritual de nuestra vida, unido al sacrificio perfecto de Cristo; mantener las promesas y votos que se le hacen.

14.    ¿Cómo adorar a Dios?

La oración más elevada es la oración de adoración a Dios, pues en ella nos reconocemos creaturas dependientes de El y a El debemos todo.  Por eso lo adoramos. 

¿Qué es adorar a Dios?

Es reconocerlo como nuestro Creador y nuestro Dueño
Es reconocerme en verdad lo que soy: hechura de Dios, posesión de Dios.  Dios es mi Dueño.  Yo le pertenezco.  

Adorar a Dios, entonces,
es tomar conciencia
de nuestra dependencia de El
y de la consecuencia lógica
de esa dependencia:
entregarnos a El y a su Voluntad

= = = = = = = = = = = = = = = = =

Tú eres mi Creador, yo tu creatura,
Tú mi Hacedor, yo tu hechura,
Tú mi Dueño, yo tu propiedad.
Aquí estoy para hacer tu Voluntad.

15.    El mandato de Dios: «No te harás escultura alguna...» (Ex 20, 3), ¿prohibe el culto a las imágenes?  (CIC-C #446)

En el Antiguo Testamento, el mandato «no te harás escultura alguna» prohibía representar a Dios, absolutamente trascendente. A partir de la encarnación del Verbo, el culto cristiano a las sagradas imágenes está justificado (como afirma el II Concilio de Nicea del año 787), porque se fundamenta en el Misterio del Hijo de Dios hecho hombre, en el cual, el Dios trascendente se hace visible. 

Adicionalmente, no se trata de una adoración de la imagen, sino de una veneración de quien en ella se representa: Cristo, la Virgen, los ángeles y los santos.

16.    ¿Cuál es el Segundo Mandamiento?  ¿Qué significa “santificar el Nombre de Dios”?  ¿En qué oración hacemos referencia a esto?

El Segundo Mandamiento es “No tomarás el Nombre de Dios en vano”.  Y en el Padre Nuestro rezamos:  santificado sea tu Nombre.   

Se santifica el Nombre de Dios o se respeta la santidad del Nombre de Dios invocándolo, bendiciéndole, alabándole y glorificándole. Ha de evitarse, por tanto, el abuso de apelar al Nombre de Dios para justificar un crimen, y todo uso inconveniente de su Nombre, como la blasfemia, que por su misma naturaleza es un pecado grave; la imprecación y la infidelidad a las promesas hechas en nombre de Dios.  (CIC-C #447)

No podemos pronunciar el Nombre de Dios de manera irreverente.  Recordemos que conocemos el Nombre de Dios, porque El se ha dignado a revelárnoslo.  El Santo Nombre de Dios es la llave del corazón de Dios. 

Por tanto, es una ofensa tremenda blasfemar, maldecir usando el Nombre de Dios, hacer promesas en su Nombre o incumplir votos hechos en su Nombre.

Usar el Nombre de Dios en vano es también nombrar a Dios o a Jesús para expresar rabia, temor, impaciencia, etc.  El nombre de Dios es para ser usado siempre con la mayor reverencia, no para usarlo con ligereza.  Esta costumbre equivocada no pasa de ser un pecado venial, pero debemos esforzarnos por evitar este tipo de ligerezas con respecto del Nombre de Dios.

17.    ¿Qué es blasfemar?

Es insultar o usar lenguaje vulgar que expresa desprecio a Dios.  Esto puede hacerse de manera directa, pero también puede ser indirectamente, por ejemplo, contra sus Santos, contra los consagrados a El o contra objetos sagrados.

18.    ¿Qué es maldecir?

Es lo que el Catecismo denomina imprecación.  Maldecir consiste en invocar el mal sobre alguien o sobre alguna cosa.   Es un pecado grave contra la justicia y la caridad al prójimo. 

Si se hace sin tener plena conciencia de lo que se está diciendo es un pecado venial de irrespeto a Dios.  Pero si de veras se está pidiendo a Dios que condene a alguien al infierno, eso es un pecado bien grave.

19.    ¿Por qué está prohibido jurar en falso?  (CIC-C #448)

Está prohibido jurar en falso, porque ello supone invocar en una causa a Dios, que es la Verdad misma, como testigo de una mentira.

«No jurar ni por Criador, ni por criatura, si no fuere con verdad, necesidad y reverencia» 
(San Ignacio de Loyola).

Para usar el Nombre de Dios debe haber necesidad de hacerlo (como en un juicio).  Y, de ser necesario, debe hacerse de verdad y con reverencia.

No hay necesidad de decir “te lo juro” para enfatizar que lo que vamos a decir es de veras verdad.  

El Segundo Mandamiento nos prohibe estar jurando en vano.  Pero Jesús nos lo recuerda de manera muy seria:  “Digan sí cuando es sí, y no cuando es no; cualquier otra cosa que se le añada, viene del demonio”. (Mt. 5, 37)

20.    ¿Qué es el perjurio?  (CIC-C #449)

El perjurio es hacer, bajo juramento, una promesa con intención de no cumplirla, o bien violar la promesa hecha bajo juramento. Es un pecado grave contra Dios, que siempre es fiel a sus promesas.

El Segundo Mandamiento también se refiere a los votos y promesas.  No se pueden hacer promesas falsas, con la intención de no cumplirlas. 

Pero tampoco pueden violarse los votos, que son promesa hechas solemnemente a Dios.  Un voto es una promesa deliberada y libre de algo que es bueno y agradable a Dios.

Votos hacen los Sacerdotes y los Religiosos y Religiosas.  Pero votos también hacen los casados.  La infidelidad de los Religiosos a sus votos es pecado para ellos.  Pero también es pecado para los casados violar su voto de fidelidad matrimonial u otros votos hechos en el Sacramento del Matrimonio:  la promesa de que el matrimonio que contraen es para toda la vida y la aceptación responsable de los hijos que Dios tenga a bien mandar a la pareja.

21.    ¿Por qué los Judíos celebran el Sabbath o el Sábado?

Porque Dios «ha bendecido el día del sábado y lo ha declarado sagrado» (Ex20,11) ya que en este día se hace memoria del descanso de Dios el séptimo día de la creación, así como de la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto y de la Alianza que Dios hizo con su pueblo.  (CIC-C #450)

Sabbath significa  “interrupción para el descanso”.  Como el Sábado recuerda el Séptimo día de la creación cuando Dios “descansó”, el hombre también interrumpe su trabajo para recuperar sus energías.  

22.    ¿Por qué motivo, para los cristianos, el sábado ha sido sustituido por el domingo?  (CIC-C #452)

Para los cristianos, el sábado ha sido sustituido por el domingo, porque éste es el día de la Resurrección de Cristo. Como «primer día de la semana» (Mc 16, 2), recuerda la primera Creación; como «octavo día», que sigue al sábado, significa la nueva Creación inaugurada con la Resurrección de Cristo. Es considerado, así, por los cristianos como … el día del Señor, en el que Jesús, con su Pascua, lleva a cumplimiento la verdad espiritual del sábado judío y anuncia el descanso eterno del hombre en Dios.

El Domingo sustituye al Sábado, pero conserva elementos del Sábado:

  • Recuerda la creación del mundo
  • Recuerda el “octavo día de la creación” cuando el mundo fue   recreado o hecho nuevo en Cristo con su Resurrección.
  • Incluye el tema del “descanso”, que significa no sólo la     interrupción del trabajo, sino que apunta hacia el descanso  eterno del hombre en Dios.

23.    ¿Cómo se santifica el domingo?  (CIC-C #453)

Los cristianos santifican el domingo y las demás fiestas de precepto participando en la Eucaristía del Señor y absteniéndose de las actividades que les impidan rendir culto a Dios, o perturben la alegría propia del día del Señor o el descanso necesario del alma y del cuerpo.

Los Cristianos Católicos asisten a la Santa Misa el Domingo o en la vigilia del Sábado.  Además evitan el trabajo que les impida rendir culto a Dios y descansar como es debido. 

Ya que la participación en la Misa es tan fundamental para la vida cristiana, la Iglesia específicamente declara que es un pecado grave no asistir a Misa los domingos, a menos que haya una razón de peso para no hacerlo.

24.    ¿De qué oras maneras pueden los Católicos hacer del Domingo el Día del Señor?

Es costumbre que el Domingo sea un día de familia y esto es parte de lo que es el descanso de ese día.  Pero, entre la vigilia del Sábado y el día Domingo, además del cumplimiento del precepto dominical, de descansar debidamente y de compartir en familia, sabiendo que es el Día del Señor, los Católicos debiéramos tratar de orar más en ese día, pensando cómo está nuestra relación con el Señor. 

ORACION

Gracias, Señor,
porque nos has dejado
tus Diez Mandamientos,

No quiero verlos
como trabas y obstáculos,

sino como medios para comenzar
a amarte cumpliendo tu Voluntad

y como guías para vivir mejor.

Perdona Dios mío,
las veces que he fallado
en el Primer Mandamiento,

porque he confiado
en otras cosas y no en Ti,

porque no te he puesto a Ti
de primero,

porque me he dejado llevar
por las mayorías

y he puesto en peligro la Fe
que me has dado como regalo.

Creo en Ti, Dios mío,
pero aumenta mi Fe.

Espero en Ti, Señor,
y en lo que me has prometido

para después de mi vida en la tierra.


Aumenta mi Esperanza y mi deseo
de llegar al Cielo.

Te amo, Señor,
pero deseo amarte mucho más,

amarte como Tú me amas,
con el Amor con que Tú me amas.

Enséñame, Señor, a amar a los demás como Tú los amas
y como Tú me amas a mí.

Gracias, Dios mío,
porque conocemos tu Nombre.

Que siempre trate yo tu Nombre
con respeto y amor.

Sé, Señor, que me esperas
cada Domingo en la Santa Misa.

Perdona las veces
que te he dejado esperando.

Dame gusto por estar contigo
al menos ese rato a la semana,

y para recibirte
en la Sagrada Comunión.

Pero dame gusto también,
Señor, en hablar contigo,

en comunicarte
mis alegrías y mis tristezas,

en adorarte en la oración,
porque eres mi Creador y mi Dueño

y a Ti me entrego
para hacer tu Voluntad.

Amén.


ORACION DE ADORACION    
Tú eres mi Creador, yo tu creatura,
Tú mi Hacedor, yo tu hechura,
Tú mi Dueño, yo tu propiedad.
Aquí estoy, Señor,
para hacer tu Voluntad.

Versión resumida de esta lección

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Amarás a tu prójimo

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