2. ¿Cómo comienza Comienza con el Bautismo. Todos hemos sido predestinados para la salvación. Pero no todos toman ese camino. Vamos a ver ... ¿Qué recibimos en el Bautismo? Recibimos la Gracia, que es la Vida de Dios dentro de sí. Recibimos también la Fe. Y, además, de la Fe, las otras virtudes teologales. Recibimos: Fe, Esperanza y Caridad. ¿Qué es la Fe? La Fe es la luz que ilumina la inteligencia para descubrir a Dios. ¿Y la Esperanza? La Esperanza eleva mi inteligencia y mi voluntad para desear lo que Dios quiere darme. Y … ¿qué será lo que Dios quiere darme? La Caridad. Lo que Dios quiere darme es El mismo. Esa es la Caridad, el Amor de Dios, porque Dios es Amor (1 Jn 4, 7b). Y quiere darme El mismo para siempre, para toda la eternidad. En esto consiste la salvación eterna. ¿Qué otra cosa me ha dado el Bautismo? Me ha hecho hijo de Dios. Más exactamente, me ha dado el derecho a ser hijo de Dios. Pero de hecho, yo he renunciado a ese derecho cada vez que he pecado, porque el pecado rompe mi relación con Dios. Al comienzo del Evangelio de San Juan vemos el proyecto de Dios, con relación a nosotros, sus creaturas: “a todos los que lo recibieron, que son los que creen en su Nombre les dio la potestad de ser hijos de Dios” (Jn. 1, 17). Y San Pablo nos dice: “Determinó desde toda la eternidad que nosotros fuéramos sus hijos adoptivos por medio de Cristo Jesús”. (Ef 1, 5) Vemos, entonces, el proyecto de Dios: nos destinó de antemano para ser “hijos de Dios”. Esto es algo importante. Más aún: impresionantes. ¿Cómo es eso de ser hijo de Dios? ¿Qué significa ser “hijo de Dios? Un hijo, por supuesto, es indicativo de que tiene padre. El padre es fuente de vida humana para su hijo. Pero … hijo de Dios ¿qué es? Dios tiene un Hijo Único, Jesucristo. Pero también quiso tener hijos adoptivos. Por eso es que hemos dicho que “PADRE NUESTRO” significa primeramente que Dios -que es Padre de Jesucristo- es nuestro Padre también, porque Cristo quiso compartir Su Padre con nosotros... ¡sin nosotros merecerlo! Sólo el Espíritu Santo es capaz de decirnos al corazón ¿Cómo es un hijo adoptivo? Es alguien que es admitido a la familia y que, aunque no es hijo realmente, tiene los mismos derechos. Pero hay una diferencia en esta comparación de hijos adoptivos de Dios. ¿Cuál será? El padre del hijo de familia adoptado ¿es verdaderamente su padre? No lo es, porque no le comunicó la vida directamente, sino que lo ha recibido como hijo suyo, sin serlo. Pero en el caso nuestro como “hijos de Dios”, Dios nos comunica realmente su Vida, dándonos su Gracia, a pesar de ser adoptados. Somos adoptados, pero recibimos la Vida Divina de nuestro Padre del Cielo. Que Dios es nuestro Padre es una realidad. Y es una realidad con más derechos que en la adopción en sentido humano, pues hay comunicación de vida. Y todo esto, sin ningún merecimiento de nuestra parte. Esto nos debe llevar a la oración de agradecimiento, de alabanza, de Adoración. ¿Adoras a Dios? Además tenemos derecho a herencia, a la misma herencia que tiene el Hijo por naturaleza, que es Jesucristo. ¿Cuál será la herencia nuestra como hijos de Dios? El derecho al Cielo. Esa es nuestra herencia. Todos tenemos derecho a esa herencia. Lo que sucede es que muchos la rechazan (se ponen en contra de Dios) o la cambian esa tremenda herencia por baratijas en esta vida (prefieren los placeres y los apegos materiales). La salvación es, entonces, todo esto:
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