SEÑALES EN EL CAMINO 5ª Señal
Como el de la Santísima Virgen María. Nuestro sí debe ser constante y permanente. Un sí como el de María es lo que nos consigue la perseverancia final que nos lleva a la salvación eterna. No basta decir sí una vez. El Sí que le damos al Señor debe ser constante y permanente. Hay que dar el sí de una vez por todas, y ese sí inicial hay que reiterarlo en cada oportunidad, sea fácil o difícil la situación que nos toque vivir, sea en la alegría o en el sufrimiento. Es decir, para vivir en la Voluntad de Dios se requiere constancia y perseverancia hasta el final. No basta ser fieles por un tiempo, sino todo el tiempo y hasta el final, pues nos dice el Señor: “El que se mantenga firme hasta el final, se salvará” (Mc. 13, 13).
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