SEÑALES EN EL CAMINO 7ª Señal La Vida de Dios mismo 2. ¿Cómo es que Jesús es ese Pan Vivo bajado del Cielo que quien coma de El tiene vida eterna? ¿Cómo actúa Cristo en la Sagrada Comunión? ¿Cómo podemos tener la Vida de Dios mismo? La Sagrada Hostia es un pan especialísimo, pues lo comemos, pero quien actúa es Cristo resucitado, no el pan ingerido. Diferente a los alimentos, que el cuerpo humano los transforma y asimila, el Pan Eucarístico es Cristo Quien actúa asimilándonos a El. Al recibirlo es El quien nos transforma y nos une a El. “Nos unimos a El y nos hacemos con El un solo cuerpo y una sola carne” (San Juan Crisóstomo). Y al recibir ese “Pan” e ir dejándonos santificar por ese “Pan de Vida”, Cristo nos llevará a donde El se fue cuando ascendió al Cielo, a donde los Apóstoles que permanecieron fieles lo vieron subir: a ese lugar que Él refiere en Jn 6, 62: ¿Qué será, entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir al lugar donde estaba antes? Justamente, Cristo bajó del Cielo, para rescatarnos a nosotros y llevarnos con El. Y eso será posible si no nos escandalizamos, si creemos en su Palabra, si de veras aprovechamos este Pan bajado del Cielo. Ingerir este Pan del Cielo con fe cierta y con hambre de Cristo, es una señal en el camino de salvación.
En la Santa Misa -en cada Misa que se dice en cualquier sitio del mundo, sea en San Pedro Vaticano, sea en una chocita por allá en un sitio de misión- se hace presente el sacrificio de Cristo en la Cruz y su Resurrección. (!!!) ¿Nos damos cuenta de lo que esto significa? ¿Nos damos cuenta de ese milagro tan inmenso? Cuando estamos en una Misa, es como si estuviéramos en la Última Cena y en el Calvario. En la Última Cena, Cristo instituyó el Sacramento de la Eucaristía y al día siguiente estaba muriendo en la Cruz. Así, que al traer al presente lo que sucedió aquella primera Semana Santa en Jerusalén, estamos viviendo la Última Cena, la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. De hecho estamos allí! Impresionante ¿no? En la Misa se borra el tiempo y el espacio. Estamos en la Última Cena y estamos en el Calvario, y en la Sagrada Comunión recibimos a Cristo Resucitado!!! Pero como si fuera poco, estamos también en el Cielo, porque estamos unidos a la Liturgia Celestial que tiene lugar de manera permanente y eterna.
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