Cómo ser salvo?

SEÑALES EN EL CAMINO
DE SALVACIÓN

7ª Señal
Amor a la Sagrada Eucaristía

La Liturgia Celestial

3.      ¿Cómo es eso de estar unidos a la Liturgia Celestial también?  ¿En qué libro de la Biblia se describe la Liturgia Celestial?

En el Apocalipsis.

Y ¿qué nos dice el Apocalipsis de la Liturgia Celestial?

Recordemos que la Misa es la reactualización, es decir, el hacer presente,  lo sucedido en la Última Cena y en el Calvario.  Y, además, es la reactualización en la tierra de la Liturgia del Cielo.

El Apocalipsis nos muestra un hilo litúrgico –por así decirlo- que une muchas imágenes para hacernos ver la Liturgia Celestial.  El Apocalipsis nos muestra que la Misa se está celebrando perennemente en el Cielo.

La visión de San Juan sucede en día Domingo:

Ap 1:
         10     Se apoderó de mí el Espíritu el día del Señor y oí a mis espaldas una Voz que sonaba como trompeta.

Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote:

Ap 1:
         13.    y en medio de los candeleros vi como a un Hijo de Hombre, vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y un cinturón de oro a la altura del pecho.

El Apocalipsis nos muestra a Cristo Rey, entronizado en el Cielo, actuando como Sumo y Eterno Sacerdote en el Santo de los Santos.  Y en  la Iglesia tenemos todo esto cuando se celebra la Santa Misa, que es la misma Liturgia Celestial realizada aquí en la tierra.

Altar:
Ap 8:
        3b. las oraciones de todos los Santos que iba a ofrecer en el altar de oro colocado delante del trono.

Sacerdotes:
Ap 4:
       4.      Veinticuatro sillones rodean el trono, y en ellos están sentados veinticuatro ancianos con vestiduras blancas y coronas de oro en la cabeza.

Vestimentas:
Ap 1:
       13.    y en medio de los candeleros vi como a un Hijo de Hombre, vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y un cinturón de oro a la altura del pecho.
Ap 4:
       4.      Veinticuatro sillones rodean el trono, y en ellos están sentados veinticuatro ancianos con vestiduras blancas y coronas de oro en la cabeza.

Candelabros:
Ap 1:
       12b.   Detrás de mí había siete candeleros de oro.

Incienso:
Ap 8:
       3.      Otro Ángel vino y se paró delante del altar de los perfumes con un incensario de oro. Se le dieron muchos perfumes: las oraciones de todos los santos que iba a ofrecer en el altar de oro colocado delante del trono.

A esta cita hace referencia la Plegaria Eucarística I:  “Te pedimos humildemente, Dios todopoderoso, que esta ofrenda sea llevada a tu presencia, hasta el altar del cielo, por manos de tu Ángel, para que cuantos recibimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo al participar aquí de tu altar, seamos colmados de gracia y bendición”.

La Hostia:
Ap 2:
       17.    Al vencedor le daré un maná misterioso.

Gloria:
Ap 15:
        3.      Estos cantan el cántico de Moisés, servidor de Dios, y el cántico del Cordero: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios, Todopoderoso. Justicia y verdad guían tus pasos, oh Rey de las naciones.  
         4.      ¿Quién no dará honor y gloria a tu Nombre, oh Señor? Tú solo eres Santo, y todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, porque tus fallos se han dado a conocer.

Aleluya:
Ap 19:
         1.      Después oí en el cielo algo como el canto de un inmenso gentío, que decía: ¡Aleluya!
         3.      Y volvieron a clamar: ¡Aleluya!
         6.      Y oí el ruido de una multitud inmensa, como el ruido del estruendo de las olas, como el fragor de fuertes truenos. Y decían: Aleluya. Ahora reina el Señor Dios, el Todopoderoso.

Santo, Santo, Santo:
Ap 4:
       8.      Cada uno de los cuatro Seres Vivientes tiene seis alas llenas de ojos alrededor y por dentro, y no cesan de repetir día y noche:  Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios, el Todopoderoso, Aquél que era, que es y que viene.

Cordero de Dios:
Ap 5:
       6.      Entonces vi esto: entre el trono con sus cuatro Seres Vivientes y los veinticuatro ancianos, un Cordero estaba de pie, a pesar de haber sido sacrificado.

Música, cantos, perfumes:
Ap 5:
       8. Los veinticuatro ancianos que tenían en sus manos arpas y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos.       
       9.      Y cantaban este cántico nuevo.

¿No se parece todo esto a la Misa en la tierra?

 

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