SEÑALES EN EL CAMINO 7ª Señal Experiencias místicas 9. Para mejor comprender todo esto vamos a recurrir a los Místicos. Veamos algunas experiencias místicas en la Misa y sobre la Misa: Este misterio de la Liturgia Celestial lo recoge de manera estupenda el Doctor Scott Hahn, Teólogo protestante convertido a la Iglesia Católica. Y se hizo católico justamente porque se le ocurrió un día ir a una Misa … sólo para investigar. No sabía lo que Dios le tenía reservado … El relato de la experiencia de Scott Hahn en la primera Misa que asistió puede encontrarse en su libro La Cena del Cordero, el cual contiene explicaciones muy útiles para vivir mejor la Misa. En esa primera Misa que asistió, Dios le devela algo del simbolismo del Apocalipsis, libro que para él, teólogo bíblico muy estudioso, le había resultado indescifrable hasta aquel momento en que pudo vislumbrar lo que significaban todas esas imágenes de la Liturgia Celestial que nos describe San Juan Evangelista en el último libro de la Biblia y que están presentes en la Misa. He aquí algunos comentarios de Scott Hahn en su libro La Cena del Cordero: “Vamos al Cielo cuando vamos a Misa … Y esto no es sólo un simbolismo, una metáfora, una parábola, una figura literaria. Es real … ¡De veras vamos al Cielo cuando vamos a Misa! Y esto es verdad en cada Misa que asistimos, no importa la calidad de la música o el fervor de la predicación … La Misa –y me refiero a cada Misa en particular – ¡es el Cielo en la tierra!” Esto que Scott Hahn explica por Teología Bíblica, lo corrobora por la vía mística el Padre Pío. Para él también la Misa no sólo era el Calvario, sino el Paraíso. Y la Santísima Virgen María era su compañera constante en el altar. Cuando se le preguntó sobre esto, explicó que la Virgen está presente en cada Misa, junto con los Ángeles y toda la Corte Celestial. En las Misas que celebraba él veía los Cielos abiertos, la gloria de Dios y el esplendor de los Ángeles y Santos. Otra mística, Santa Teresita del Niño Jesús, va más lejos. Experimentó lo mismo el día de su Primera Comunión. Cuando se disponía a recibir a Cristo bajo las especies de pan, Teresita se dio cuenta que no sólo la Trinidad iba a morar en ella, sino que como los Santos y los Ángeles del Cielo están “perfectamente incorporados a Cristo” (CIC # 1026), también el Cielo todo vendría a ella. Durante la ceremonia, se conmovió hasta las lágrimas y la gente pensó que sería porque estaba triste por la muerte de su mamá y porque no estaba allí para compartir con ella este momento. Pero dijo ella que, al contrario: “todo el gozo del Cielo había entrado a este pequeño corazón exilado … cuando el Cielo entero entró a mi alma al recibir a Jesús, también mi mamá vino a mí”.
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