Cómo ser salvo?

SEÑALES EN EL CAMINO
DE SALVACIÓN

8ª Señal
Devoción a la Santísima
Virgen María:


27. El Rosario

1º Origen e historia del Rosario


¿Qué relación tiene Santo Domingo de Guzmán, fundador de los Dominicos, con el Rosario?

  La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Sto. Domingo a rezar el Rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe.

Domingo de Guzmán (1170-1221), fundador de la Orden de Predicadores, llamados hoy los Dominicos y Dominicas, era un santo Sacerdote español que fue al sur de Francia para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia por la herejía albigense, que enseñaba errores que iban contra Dios y contra la fe de la Iglesia, como por ejemplo, que Jesús –como tenía cuerpo- no podía ser Dios.  También negaban los Sacramentos y la verdad de que María es la Madre de Dios.  Se rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y creencias, algunas contra la familia, que eran muy graves.

Durante años los Papas enviaron Sacerdotes, que trataron de convertirlos, pero sin mucho éxito.  Santo Domingo trabajó por años en medio de estos herejes.  Por medio de su predicación, sus oraciones y sacrificios, se convirtieron  unos pocos.  Pero, muy a menudo, por temor a ser ridiculizados y a pasar trabajo, los convertidos se volvían a los herejes.  Santo Domingo dio inicio a una orden religiosa para las mujeres jóvenes convertidas. Su convento se encontraba junto a una capilla dedicada a la Santísima Virgen.  Fue en esta capilla donde Domingo le suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no se estaba logrando casi nada.

¿Cómo ayuda la Virgen a Santo Domingo de Guzmán?

La Virgen se le apareció en la capilla. En su mano sostenía un rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo.  Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.

Domingo salió de allí lleno de entusiasmo, con el rosario en la mano.  Efectivamente, predicó sobre el Rosario, lo enseñó, y muchos albigenses volvieron a la fe católica.

Un creciente número de hombres se unió a Santo Domingo, quien formó entonces la Orden de Predicadores (mas conocidos como Dominicos). Con gran celo predicaban, enseñaban, y crecían las conversiones. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes países como misioneros para la gloria de Dios y de la Virgen. 

Es por eso que se dice que el Rosario fue instituido por Santo Domingo de Guzmán.  Pero, sin quitarle a Santo Domingo su aporte, el origen remoto del Rosario es anterior a Santo Domingo.

De hecho, años antes de este Santo fundador, los monjes recitaban de manera regular todo el Salterio (la colección de 150 Salmos de la Sagrada Escritura).  Pero sucedía que los hermanos legos que formaban parte de las comunidades monacales eran analfabetos y no podían leer los Salmos.  Para ellos se ideó una forma de oración que pudiera ser fácilmente memorizable.

La primera oración que se escogió para repetir unas 50 o 100 veces, dependiendo de las circunstancias, fue el Padre Nuestro.  A raíz de este ejercicio repetitivo y para facilitar el conteo, surgió en Inglaterra un gremio de artesanos especializados en fabricar lo que hoy conocemos como un rosario.  De hecho, hay en Londres una calle llamada “Pater Noster Row” (Hilera de Padre Nuestros), la cual recuerda la zona en que estos artesanos fabricaban estas cuentas.

Los rosarios que fueron originalmente utilizados para contar los Padre Nuestros, a partir del Siglo XII fueron utilizados para comenzar a contar “Salutaciones Angélicas”, que eran la primera mitad de lo que hoy conocemos como el Ave María.  (“Jesús” y la segunda parte de esta oración fue agregada algún tiempo después, en 1483).  Cada Ave María se seguía con la alusión de un pasaje evangélico en forma de jaculatoria, las cuales llegaron a ser unas 300.

¿Cuál es, entonces, el verdadero aporte de Santo Domingo de Guzmán?  El Rosario, como hoy lo conocemos, surgió en el Siglo XV y se hizo muy popular por la predicación de un Sacerdote Dominico, Alan de la Roche (+1475).  La creencia de que la devoción del Santo Rosario fue revelada a Santo Domingo (+1221) se basaba en una visión de Roche sobre Santo Domingo y el Rosario.

La historia cuenta que la Santísima Virgen se le apareció a Santo Domingo mostrándole una bella guirnalda de rosas, pidiéndole que rezara diariamente el Rosario y que enseñara a la gente a rezar el Rosario, cuando desilusionado luchaba contra la herejía del los Cátaros o Albigenses.

En 1521 el Rosario fue simplificado por el dominico Alberto de Castello, quien escogió 15 pasajes evangélicos (los que ahora conocemos como 15 misterios).  Luego el Papa San Pío V (1566-1572) definió mediante una bula el Rosario como lo conocemos hoy.

Y en nuestra época el Papa Juan Pablo II revitalizó el Rosario, añadiendo a los 15 Misterios ya conocidos, 5 Misterios más referidos a la vida pública de Jesucristo. 

En la Carta Apostólica “El Rosario de la Virgen María” defiende y promueve esta práctica oracional mariana, además de presentar una amplia sustentación bíblica y teológica para esta devoción, intentando estimular a los Católicos a utilizarla más extensivamente y mostrando a los no-Católicos la bondad de esta oración.

 

8ª Señal
Devoción a la Santísima Virgen María
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