SEÑALES EN EL CAMINO 8ª Señal 27. El Rosario 3º. Promesas e Indulgencias LAS QUINCE PROMESAS La tradición atribuye al beato Alan de la Roche (1428 aprox. - 1475) de la orden de los dominicos el origen de estas promesas hechas por la virgen María. Es mérito suyo el haber restablecido la devoción al santo rosario enseñada por Santo Domingo apenas un siglo antes y olvidada tras su muerte. 1.- El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida. 2.- Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario. 3.- El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías. 4.- El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!. 5.- El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá. 6.- El que con devoción rezare mi Rosario, considerando misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador; perseverará en la gracias, si es justo, y en todo caso será admitido a la vida eterna. 7.- Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia. 8.- Quiero que todos los devotos de mi Rosario tenga en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados. 9.- Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario. 10.- Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular. 11.- Todo lo que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente. 12.- Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario. 13.- Todos los que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo. 14.- Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús. 15.- La devoción al santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria. Indulgencias del Rosario: Con el rezo del Rosario puede obtenerse Indulgencia Plenaria cumpliendo las siguientes condiciones: . Confesión 7 días antes o 7 días después. . Comunión el mismo día. . Rezar el Rosario . en familia . o en grupo de oración . o ante el Santísimo, sin necesariamente estar en grupo familiar o de oración.
MENSAJES DE LA VIRGEN El mensaje de la Virgen de Fátima sobre el poder del Santo Rosario comienza desde el primer día de las apariciones, el 13 de mayo de 1917. En la primera aparición Lucía preguntó si ella y Jacinta irían al cielo’’, y la Virgen les confirmó que sí, pero cuando preguntó por Francisco, la Madre de Dios contestó: “también irá, pero tiene que rezar antes muchos rosarios”. La Virgen de Fátima en aquella ocasión abrió sus manos y les comunicó a los tres una luz divina muy intensa. Ellos cayeron de rodillas y alabaron a la Santísima Trinidad y al Santísimo Sacramento. Luego la Virgen señaló: “Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra”. En la segunda aparición la Virgen María se les presentó después que ellos rezaron el Santo Rosario, y en la tercera ocasión Nuestra Señora les dijo: “Cuando recéis el Rosario, decid después de cada misterio: ‘Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo, especialmente las más necesitadas’”. Para la cuarta aparición ya muchos sabían de las apariciones de la Virgen a los pastorcitos. Entonces Jacinta le preguntó a la Madre de Dios lo que quería que se hiciera con el dinero que la gente dejaba en Cova de Iría. La Virgen les indicó que el dinero era para la Fiesta de Nuestra Señora del Rosario y que lo que quedaba era para una capilla que se debía construir. Más adelante, tomando un aspecto muy triste, la Virgen les manifestó: “Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, porque muchas almas van al infierno por no tener quién se sacrifique y rece por ellas”. Al llegar el día de la quinta aparición, los niños pudieron llegar a Cova de Iría con dificultad debido a las miles de personas que les pedían que presentaran sus necesidades a Nuestra Señora. Los pastorcitos se pusieron a rezar el Rosario con la gente y la Virgen, al aparecerles, animó nuevamente a los niños a continuar rezando el Santo Rosario para alcanzar el fin de la guerra. En la última aparición, antes de producirse el famoso milagro del sol, en el que el astro pareció desprenderse del firmamento y caer sobre la muchedumbre, la Madre de Dios pidió que hicieran en ese lugar una capilla en su honor y se presentó como la “Señora del Rosario”. Posteriormente, tomando un aspecto más triste dijo: “Que no se ofenda más a Dios Nuestro Señor, que ya es muy ofendido”. Esto sucedió el 13 de octubre de 1917. 40 años después, Lucía, convertida en monja carmelita descalza, dio una entrevista al entonces Postulador de la Causa de Beatificación de Francisco y Jacinta Marto y a algunos miembros del alto clero. Allí manifestó que la Santísima Virgen les dijo, tanto a sus primos como a ella, que dos eran los últimos remedios que Dios daba al mundo: el Santo Rosario y el Inmaculado Corazón de María. “No hay problema por más difícil que sea: sea temporal y, sobre todo, espiritual; sea que se refiera a la vida personal de cada uno de nosotros o a la vida de nuestras familias, del mundo o comunidades religiosas, o a la vida de los pueblos y naciones; no hay problema, repito, por más difícil que sea, que no podamos resolver ahora con el rezo del Santo Rosario”, enfatizó la religiosa. Asimismo, destacó que con el Santo Rosario nos salvaremos, nos santificaremos, consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la salvación de muchas almas. “Por eso, el demonio hará todo lo posible para distraernos de esta devoción; nos pondrá multitud de pretextos: cansancio, ocupaciones, etc., para que no recemos el Santo Rosario”, advirtió. En este sentido resaltó que el programa de salvación es brevísimo y fácil porque con el Santo Rosario “practicaremos los Santos Mandamientos, aprovecharemos la frecuencia de los Sacramentos, procuraremos cumplir perfectamente nuestros deberes de estado y hacer lo que Dios quiere de cada uno de nosotros”. “El Rosario es el arma de combate
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