SEÑALES EN EL CAMINO 9ª Señal 10. Organización del Reino, La Reina Madre: En el Reino de David, la cabeza -por supuesto- era el Rey. En el Reino de Dios, la cabeza es ahora Jesucristo. Después del Rey estaba la Reina Madre en el Reino Davídico. Revisemos el pasaje del Rey Salomón, hijo directo de David y de su madre, la Reina Betsabé, cuando ésta fue a pedirle un favor para un hermanastro de Salomón, llamado Adonías: Entró Betsabé a ver al rey Salomón para hablarle en favor de Adonías. Se levantó el rey para recibirla y se postró ante ella; se sentó después en su trono y pusieron un trono para la madre del rey, la cual se sentó a su derecha. Ella le dijo: «Vengo a hacerte una pequeña petición, no me la niegues.» Contestó el rey: «Pide, madre mía, que no te lo negaré.» (1ª Rey 2, 12-20). La Santísima Virgen María, que es también nuestra Abogada e Intercesora, a quien vamos cuando necesitamos algo del Rey, a quien el Rey no le puede negar nada, ante quien el rey se levanta para recibirla, quien tiene su trono a la derecha del Rey. A la Santísima Virgen María se le ha dado el honor de ser la Reina Madre de Cristo y del Reino de Cristo. En última instancia, el Rey es el jefe del Reino, pero la realeza de María la vemos también en el Apocalipsis: Apareció en el cielo una señal grandiosa: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. ( Ap 12, 1) El Papa y los Obispos: Las citas de Isaías (Is. 22, 19-23) y de San Mateo (Mt. 16, 13-20), que la Iglesia nos coloca juntas en una Liturgia de la Palabra dominical, (Domingo 21 TO Ciclo "A") demuestran la posición del Papa en el Reino de Dios. Ya que Cristo es el Rey y su Reino es el perfeccionamiento del Reino de David, la estructura de ambos reinos será la misma. Enseguida en la jerarquía del Reino Davídico, tenemos al Primer Ministro. Existían también los demás Ministros de la Corte, a quienes se les delegaba la autoridad del Rey. Los Obispos, como sucesores de los Apóstoles son los Ministros de la Corte. Pero el Primer Ministro es la cabeza. . Jesús pasó su Reino a los Apóstoles: Lc 22: Todo lo anterior ha sido Antes de subir al Cielo, Jesús cita a sus discípulos al Monte Olivete y les habla con toda autoridad de Rey: Mt 28: Ese es el final del Evangelio del Reino escrito por San Mateo. ¡Jesús es Rey! Cristo es el Ungido, es decir, ungido Rey. Su identidad es Rey. Las principales enseñanzas de Jesús son sobre el Reino. El tercer Misterio Luminoso es el Anuncio del Reino (y la fundación de la Iglesia). San Mateo habla del Evangelio del Reino, nunca se refiere al Evangelio del Rey. No podemos decir que nos gusta el Rey, pero no nos gusta su Reino (la Iglesia). Si buscas a Cristo, el Cuerpo de Cristo es su Iglesia: Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno; por muchas que sean las partes, todas forman un solo cuerpo. Así también Cristo. Hemos sido bautizados en el único Espíritu para que formáramos un solo cuerpo, ya fuéramos judíos o griegos, esclavos o libres. Y todos hemos bebido del único Espíritu. (1 Cor 12, 12-13). No se puede estar con el Rey y no pertenecer a su Reino que es la Iglesia. Los Sacerdotes y Obispos malos no invalidan la Iglesia. Los malos reyes no invalidaron el Reino de David. Ni siquiera Judas invalidó el Reino de Cristo. En 2.000 años ha habido muchos Judas. Y sabemos que en el Reino hay trigo y cizaña, según otra de las parábolas del Reino contada por Jesús (Mt 13, 24), que significa que la Iglesia tiene pecadores y santos. La Iglesia es refugio de pecadores, que Dios desea que se conviertan. La Iglesia no es sólo una institución, sino que es un misterio, porque es institución divina formada por seres humanos. Hay que tener fe de que la Iglesia es una institución sobrenatural guiada por hombres que reciben su autoridad por el poder comunicado por Jesús mismo.
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