LECCION #16

VIDA después de la vida
ESCATOLOGIA – REALIDADES ULTIMAS: 
MUERTE-JUICIO-CIELO-INFIERNO-PURGATORIO

1.      ¿Alguien sabe qué es la Escatología? ...  ¿Les suenan estas palabras:  Realidades Ultimas?

La Escatología se refiere a las cosas últimas, a lo que viene al final.  En Teología se refieren a lo que viene después de esta vida en la tierra. 

Realidades Últimases el término que vamos a usar para hablar de lo que nos espera después de esta vida. 


2.      Vamos a ver la última parte del Credo: Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el Perdón de los Pecados, la Resurrección de la carne y la Vida Eterna

De todas estos artículos de fe que rezamos al final del Credo, ¿cuáles se referirán específicamente a la Escatología, a las Realidades Ultimas?

La Resurrección de la carne y la Vida Eterna.  Todo esto viene después de esta vida.  Concretamente, después de que morimos.  


3.  Pero hay uno más de esos últimos artículos del Credo que está relacionado con la Vida Eterna.  ¿Cuál será?

La Comunión de los Santos.  ¿Qué es la Comunión de los Santos?  ¿Significará que los Santos comulgan? 

La Comunión de los Santos es la unión de los que estamos en la tierra, con los que están en el Purgatorio y con los que están en el Cielo. 

Pero antes de revisar esta otra doctrina de la Iglesia Católica, vamos a ver qué sucede después de la muerte y cómo es la muerte.


4.      ¿En qué consiste la muerte del ser humano?

En que el alma se separa del cuerpo.  El cuerpo queda aquí en la tierra para ser enterrado o cremado o podría haberse quemado o desaparecido en el mar por algún accidente, etc. 

El cuerpo se deteriora, más concretamente, se pudre, se vuelve cenizas, como vimos al hablar del significado de la Imposición de la Ceniza, que tuvimos el Miércoles de Ceniza, al iniciar la Cuaresma.


5.      Pero hay gente que le tiene miedo a la muerte..
.

No hay que tenerle miedo a la muerte.  La muerte es el momento más importante de nuestra vida.  ¿Se han dado cuenta de esto?  Hemos nacido, no para esa vida, sino para la Vida Eterna.  Dios nos ha creado justamente para eso:  para gozar de su Vida en la eternidad !!!  Y para llegar a esa otra Vida, hay que pasar por la muerte. 

Las personas pueden sufrir mucho, poco o nada justo antes de morir, pero en la muerte misma no hay sufrimiento.  Eso lo atestiguan tantos que han muerto o medio muerto y han regresado a esta vida.  Por cierto ya tiene esto un nombre científico:  experiencias cercanas a la muerte.  Y los que han dado su testimonio nos hacen pensar que no hay nada que temer... salvo, por supuesto, que no muramos en gracia y nuestro destino vaya a ser el Infierno (!!!)

Pero las personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte atestiguan que la separación del alma de su cuerpo –en esto precisamente consiste la muerte- es algo muy agradable. 

Así que no hay que temerle a la muerte física.  A lo que sí hay que temerle es a la muerte espiritual, es decir, a la condenación eterna.  Eso sí que es desagradable y no tiene remedio, pues es para toda la eternidad! 


6.      Pero ... ¿qué pasa con el alma?  ¿También muere?

 El alma no puede morir, porque es inmortal.  Nuestra alma, al morir, pasa a la eternidad, a la otra vida.


7.      Ahora bien, no todas las almas tienen el mismo destino cuando se separan del cuerpo.  Hay diferentes opciones.  ¿Cuáles serán?

Al morir la persona, el alma que es inmortal puede ir a uno de 3 destinos:  Cielo, Infierno y Purgatorio.


 8.      ¿Qué es el Cielo?

Lo primero que tenemos que saber es que el Cielo es la opción para la cual fuimos creados.  Es lo que Dios nos tiene reservado para vivir con El en completa felicidad.   El Cielo es nuestro verdadero hogar, nuestra patria real y definitiva.

Y esa felicidad plena y total es –además- eterna.  ¿Qué significa eterna?  Que es para siempre, no termina. 

Lograr una descripción adecuada de lo que es el Cielo, con nuestras limitadas categorías humanas de tiempo y espacio, con la limitación de ideas y de lenguaje, es imposible.  Es que el Cielo es inimaginable.  Y si lo pudiéramos imaginar, no lo pudiéramos describir.

San Pablo, quien según sus escritos pudo vislumbrar el Cielo, sólo puede referir que "oyó palabras que no se pueden decir: cosas que el hombre no sabría expresar ... ni el ojo vio, ni el oído escuchó, ni el corazón humano puede imaginar lo que tiene Dios preparado para aquéllos que le aman" (2a. Cor.12, 2-4 y 1a. Cor. 2,9).

Y no es que no las quiere describir, es que no puede:  no le da la mente, ni el lenguaje para describir una realidad que es infinita en calidad y en cantidad.

MEMORIZACION – Cita y Texto:
Ni el ojo vio, ni el oído escuchó, ni el corazón humano puede imaginar lo que tiene Dios preparado para aquéllos que le aman" ( 1 Cor. 2,9).

Así es el Cielo, entonces:  indescriptible, inimaginable, insondable, inexplicable, para el ser humano, pues somos limitados para comprender y describir lo ilimitado de Dios ... y el Cielo es básicamente la presencia de Dios en forma clara, "le veremos tal cual El es" (1 Jn. 3,2).

Podemos tal vez imaginar algo del Cielo, si nos concentramos en el gozo que allí tendremos.

  El gozo del Cielo es un gozo de Amor: el amor más grande que podamos sentir, pues es el Amor Infinito de Dios. Amaremos a Dios con todas nuestras fuerzas y El nos amará con Su Amor que no tiene límites. Será como la fusión de nuestra vida con la Vida de Dios, que nos atraerá hacia Su Amor en forma infinita.

Intentemos explicar -limitadamente- cómo será ese gozo del Cielo: amaremos a Dios con un amor intensísimo, embelesados por todas sus cualidades, que son perfectas, maravillosas e infinitas. Ese amor que sentiremos, atraídos por Su Amor, será correspondido perfectísimamente por El, sin las desilusiones propias del amor humano, con Su ternura infinita y en la intimidad más dulce que podamos imaginar. Distinto a como son los amores humanos, ese gozo será de una plenitud siempre nueva, de una novedad constante que no cesa jamás.

Y, además, ese Amor durará para siempre, siempre, siempre.  En eso consiste la Vida Eterna:  en que no cesará nunca.


9.      ¿Qué es el Infierno?

El Infierno es “Dogma de Fe”, es decir, de creencia obligatoria para los Católicos.  Y es de los dogmas de nuestra que aparece más frecuentemente citado en la Sagrada Escritura.  Y aparece con diferente nombres:  abismo, horno de fuego, fuego eterno, lugar de tormentos, lugar de tinieblas, gehena, muerte segunda, fuego inextinguible etc..

En resumidas cuentas, el Infierno forma parte, junto con el Cielo y el Purgatorio, de las opciones que nos esperan para la otra vida.

Entre los secretos que reveló la Santísima Virgen María a los pastorcitos de Fátima, está una visión del Infierno, que les dio en una de sus apariciones.  Sor Lucía nos dejó dicho:  "Algunas personas, también piadosas, no quieren hablar a los niños pequeños sobre el Infierno, para no asustarlos. Sin embargo, Dios no dudó en mostrar el Infierno a tres menores y una de ellas contando apenas seis años".

Por más que Lucía describe lo que ella y los otros dos videntes vieron, no es posible imaginar cómo es el Infierno.  El Infierno es un lugar de dolor y horror -más de lo que podemos pensar y suponer- al que son arrojadas las almas que en la tierra desperdician las gracias de salvación que Dios en Su infinita Bondad, nos otorga a todos.

También los videntes de Meyjugorie han visto el Infierno y además el Purgatorio y el Cielo.  Hay Santos que han tenido visiones y/o vivencias del Infierno:  Sta. Teresa de Jesús, San Juan Bosco y Sta. Faustina Kowalska.

“Lo que he escrito es sólo una sombra pálida de las cosas que vi allí.  Pero sí noté una cosa: que la mayoría de las almas que están allí son las que se han negado a creer en el Infierno.” (Santa Faustina Kowalska)

Jesucristo también nos da algunas descripciones del Infierno, en el que otro de los tormentos es el sentido de eternidad. Es un sitio de fuego, pero es un fuego que no extingue ni se extingue, sino que es eterno, sin descanso, sin tregua, sin fin ... para siempre ...

MEMORIZACION – Citas y textos:
"Los malvados ... los arrojará en el horno ardiente.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes" (Mt. 13, 42).
"Y a ese servidor inútil échenlo en la oscuridad de allá afuera:
allí habrá llanto y desesperación" (Mt.25,30).
"Malditos: aléjense de Mí, al fuego eterno" (Mt. 25, 41).

Dos visitas al Infierno: www.homilia.org/varios_htm/visitas-infierno.html
Cómo es el Infierno:  www.homilia.org/inmortalidad/5infierno5.htm

Sin embargo, para que alguien se condene es necesario que tenga una aversión voluntaria a Dios, un enfrentamiento o una rebeldía contra El y, además, que persista en esa actitud hasta el momento de la muerte (cfr. CIC # 1037).

Hemos nacido y vivimos en esta tierra para pasar de esta vida a la eternidad.  Y allí habrá o "Vida Eterna" en el Cielo, al que podemos llegar directamente o pasando antes por un tiempo de purificación en el Purgatorio ... o habrá "muerte eterna" en el Infierno.


El infierno
(Papa Francisco 9-marzo-2015)

Unos niños y jóvenes le hicieron algunas preguntas al Papa Francisco. Una de ellas fue por qué si Dios es bueno existe el infierno. El Papa respondió que “Dios perdona todo, pero saben que había un ángel muy orgulloso, muy orgulloso, que era muy inteligente, y tenía envidia de Dios, ¿entienden? Quería ser Dios. Y Dios quiso perdonarlo, pero él decía: ‘Yo no tengo necesidad de perdón, ¡me basto a mí mismo!’”.

Por tanto, “al infierno no te mandan: si vas es porque lo eliges tú. El infierno es querer alejarse de Dios porque no quiero el amor de Dios. El diablo está en el infierno porque él lo ha querido: nunca más tener relación con Dios. Pero si tú eres un pecador, si fueras un pecador tremendo, con todos los pecados del mundo, todos y después te condenaran a la pena de muerte, y cuando estás allí, blasfemas, insultas, muchas cosas… Y en el momento de ir allí, a la pena de muerte, cuando estás a punto de morir, miras al Cielo y dices: ‘¡Señor! ¿Dónde vas, al cielo o al infierno?”.

A su pregunta, el Santo Padre respondió: “al cielo, porque había otro que era un ladrón, pero un ladrón de aquellos… y fue crucificado al lado de Jesús. Y uno de estos dos ladrones insultaba a Jesús. Este no creía en Jesús; soportaba los dolores hasta la muerte. Pero en un momento, algo se movió en su interior y dijo: ‘Señor, ¡ten piedad de mí!’. ¿Y qué dijo Jesús? ‘Hoy estarás conmigo en el Paraíso’”.

Así que “va al infierno solamente aquél que dice a Dios: ‘No te necesito, me arreglo yo sólo’, como ha hecho el diablo que es el único del que estamos seguros que está en el infierno”.


10.    ¿Qué es el Purgatorio?       

De las opciones que tenemos para después de la muerte, el Purgatorio es la única que no es eterna.  Las almas que llegan al Purgatorio están ya salvadas, permanecen allí el tiempo necesario para ser purificadas totalmente.

El Purgatorio es Dogma de Fe.  Todo Católico debe creer en el Purgatorio.  A pesar de que la palabra purgatorio no aparece como tal en la Biblia, sí está descrita en 2 Macabeos 12, 41-40 y en:

MEMORIZACION – Cita y Texto:
"La obra de cada uno vendrá a descubrirse.
El día del Juicio la dará a conocer ...
El fuego probará la obra de cada cual ...
se salvará, pero como quien pasa por fuego" (1 Cor. 2, 13-15).


   El Purgatorio es un regalo de la misericordia grandísima de Dios, y una señal de esperanza, porque las almas que llegan al Purgatorio ya están salvadas:  la única opción posterior que tienen es el Cielo.

Sin embargo, la purificación en el Purgatorio es "dolorosa". La Biblia nos habla también de "fuego" al referirse a esta etapa de purificación. 

Tal vez la pena más dolorosa de la etapa de purgatorio sea la tardanza en poder disfrutar de la gloria de Dios.  En el momento en que el alma se separa del cuerpo y se desprende de los lazos de la tierra se siente irresistiblemente atraída por el Amor Infinito de Dios.  

Por consiguiente, el retraso en poder gozar de la "Visión Beatífica" causa un dolor más grande que cualquier dolor que hayamos podido tener en la tierra.  El alma no quiere otra cosa que no sea ver a Dios, pero al no estar debidamente purificada no puede verlo.  Y eso le causa un dolor inmenso!

Leer: ¿Que ha sido del Purgatorio?


11.    ¿Puede uno purificarse en la vida terrena?

Sí es posible.  Es posible llegar directamente al Cielo.  Los Santos son ejemplos de esta posibilidad de purificación en nuestra vida terrena: ninguno ha llegado a la santidad sin purificarse a través del sufrimiento, la oblación, la entrega absoluta a los planes de Dios ... y algunos, hasta el martirio.

Así, las oportunidades de purificación que nos presenta Dios Nuestro Señor a través de circunstancias dolorosas o adversas en nuestra vida deben verse, no como castigo, sino como lo que son: oportunidades de purificación, para disminuir el Purgatorio o para no tener que pasarlo.

Porque ¡es posible llegar al Cielo directamente! Y, además, es deseable obviar el Purgatorio, ya que no es un estado agradable, sino más bien de sufrimiento y dolor, que puede ser corto, pero que puede ser también muy largo.


12.    ¿Cómo evitar el Infierno? ¿Cómo evitar, también, el Purgatorio?

         La receta es clara:

  • .        buscar la Voluntad de Dios y no la propia,
    .        rechazar el pecado,
          arrepentirse de los pecados y confesarlos
          aprovechar las gracias de la Santa Misa y la Eucaristía                      
    . aprovechar las oportunidades de conseguir "indulgencia plenaria", la cual nos borra el tiempo de purificación que tendríamos que pasar en el Purgatorio.
           aprovechar la Fiesta de la Divina Misericordia cada año en el domingo posterior al Domingo de Resurrección (Segundo Domingo de Pascua), en la cual, cumplidas las condiciones de Confesión mínimo 8 días antes, Comunión el mismo día y una breve oración por el Papa y sus intenciones, nuestra alma queda como recién bautizada.
    . es muy importante saber utilizar las posibilidades de purificación que nos presenta el Señor a lo largo de nuestra vida.

Los sufrimientos no deben verse como se suelen ver:  negativamente.   Los sufrimientos son gracias de purificación, es decir, oportunidades de purificarnos aquí en la tierra. El sufrimiento, entonces, tiene valor redentor y efecto de purificación.


13.    Pero ... ¿el mundo seguirá así por los siglos de los siglos?   ¿O se acabará el mundo algún día? 

El fin del mundo es una inquietud que ha estado siempre en la mente de los seres humanos.  El cine ha tratado de imaginar el momento e -inclusive- el término “fin del mundo” aparece en algunos títulos de películas.  También el Catecismo de la Iglesia Católica (#1001) nos habla del “último día” (Jn.6, 54 y 11, 24) y del “fin del mundo”(LG 48).

La Iglesia Católica, fundamentándose en la revelación divina, ha creído y enseñado siempre que el mundo actual, tal como Dios lo creó y como existe en la realidad, no durará para siempre. Llegará un día -no sabemos cuándo- en que terminará su constitución actual y sufrirá una honda transformación, que equivaldrá a una especie de nueva creación.

Así que el mundo como lo conocemos acabará algún día. 


14.    ¿Qué significará la Resurrección de la Carne, que rezamos en le Credo?

Vamos a ver algo.  En estos momentos estamos nosotros en esta vida en la tierra y hay almas, muchas almas -todas las de las personas que han muerto desde Adán y Eva hasta hoy- en la otra vida.  Unas están en el Cielo, otras en el Purgatorio y otras en el Infierno. 

(Sí!  Hay algunas, en el Infierno.   No nos engañemos, ni nos dejemos engañar:  El Infierno no está vacío.  Así lo atestiguan los Pastorcitos de Fátima y otros videntes más.)  Y el mismo Jesús nos ha dicho que es fácil llegar al Infierno y más difícil llega al Cielo:

Mt 7:
13. Entren por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que conduce a la ruina, y son muchos los que pasan por él.
14. Pero ¡qué angosta es la puerta y qué escabroso el camino que conduce a la salvación! y qué pocos son los que lo encuentran.


15.    ¿Qué significará la resurrección de la carne?

  “La carne” significa el cuerpo, lo que en el ser humano no es espiritual.  Y eso es lo que tiene que resucitar, porque el alma que es espiritual está siempre viva.


16.    ¿Cómo será la Resurrección de la carne?  Es decir:  ¿cómo será nuestra resurrección?    

Cristo resucitó y nos prometió resucitarnos también.

Cristo resucitó con su propio cuerpo, ¿no?  ¿Cómo lo sabemos?  El mismo se lo dijo a los Apóstoles, cuando éstos atónitos lo vieron después de resucitado:   “Miren mis manos y mis pies; soy Yo mismo” (Lc.24,39).

 Pero Jesús no volvió a una vida terrenal.   Jesús no volvió a esta vida como sí lo hizo Lázaro, a quien Jesús revivió poco antes de El morir. 

Entonces, todos vamos a resucitar, como El nos prometió y resucitaremos con nuestros propios cuerpos, el que tenemos ahora, pero este cuerpo será “transfigurado en cuerpo de gloria” (Flp. 3,21), “en cuerpo espiritual" 1 Cor. 15,44)   (Catecismo de la Iglesia Católica #999).

La resurrección tendrá lugar en un instante. “Yo quiero enseñarles este misterio: aunque no todos muramos, todos tendremos que ser transformados, en un instante, cuando toque la trompeta (Ustedes han oído de la Trompeta que anuncia el Fin). Entonces, en un abrir y cerrar de ojos, los muertos se levantarán, y serán incorruptibles” (1 Cor. 15, 51-52).


17.    ¿Cuándo será nuestra resurrección? 

El “cuándo” lo responde así el Catecismo de la Iglesia Católica

Sin duda en el “último día” (Jn. 6, 54 y 11,25); “al fin del mundo” (LG 48).

Es decir, la resurrección de la carne tendrá lugar en el mismo instante en que Cristo vuelva en gloria en su Segunda Venida

O sea:  en un mismo instante tendrá lugar la Segunda Venida de Cristo, el fin del mundo, la resurrección de los muertos y el Juicio Final.

Continúa el Catecismo:  En efecto, la resurrección de los muertos está íntimamente ligada a la Parusía o Segunda Venida de Cristo: “Cuando se dé la señal por la voz del Arcángel, el propio Señor bajará del Cielo, al son de la trompeta divina. Los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar” (1Ts. 4,16) (Catecismo de la Iglesia Católica #1001).

Aquí San Pablo nos habla de los que han muerto y han sido salvados.  Pero es San Juan quien completa lo que sucederá con los que no han muerto en Cristo:

MEMORIZACION – Cita y Texto
“No se asombren de esto:
llega la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán mi voz.
Los que hicieron el bien saldrán y resucitarán para la vida;
pero los que obraron el mal resucitarán para la condenación” (Jn. 5, 28-29).

Es decir, todos resucitaremos: salvados y condenados. Unos para una resurrección de gloria y de felicidad eternas. Otros para una resurrección de condenación e infelicidad eternas.

Es decir, vamos a estar en el Cielo (o en el Infierno) en cuerpo y alma, ya para toda la eternidad:  para siempre, siempre, siempre...


 18.    ¿Qué sucederá con el Purgatorio cuando llegue el fin del mundo?

Las almas del Purgatorio han ido pasando y seguirán pasando al Cielo, a medida que se vaya cumpliendo su tiempo de purificación necesaria para poder ver a Dios cara a cara. 

El día del fin del mundo, el día de la Segunda Venida de Cristo, el día de nuestra resurrección –son cosas que se van a suceder en el mismo instante en un abrir y cerrar de ojos, como dice la Escritura- el Purgatorio ya dejará de existir, pues las almas que estaban en esta etapa de purificación, se unen cada una a su cuerpo glorioso y pasan todas al Cielo.

Ya no habrá más Purgatorio:  sólo Cielo e Infierno. 


19.    Nos queda pendiente la Comunión de los Santos.  Dijimos que esta doctrina tiene conexión con la Escatología o las Realidades Ultimas.  ¿Cómo?

La Comunión de los Santos es esa misteriosa unión que hay entre los Santos del Cielo, los santos de la tierra (que son las personas que están en gracia, que no están separadas del Cuerpo Místico) y las almas del Purgatorio. 

Nosotros podemos rezar por otras personas que están en la tierra y por los que están en el Purgatorio.

Nosotros podemos rezar a los Santos del Cielo y a la más Santa de todos (la Santísima Virgen María) y ellos nos escuchan y nos atienden. 

Hasta podemos rezar con ellos, pues ellos están continuamente adorando y alabando a Dios y si nosotros adoramos y alabamos a Dios, estamos orando con ellos. 

Los Santos del Cielo rezan por nosotros, pues interceden por nosotros ante Dios.

Nosotros podemos rezar por las almas del Purgatorio, para aliviar su pena de purificación.  Ellas no pueden hacer nada por nosotros mientras están en el Purgatorio, pero ciertamente nos ayudan cuando pasan al Cielo. 

Toda esta interconexión entre la tierra, el Cielo y el Purgatorio y el flujo de gracias a través de estas tres realidades es el misterio de la Comunión de los Santos.


20.    ¿Por qué mandamos a decir Misas por los difuntos? 

Justamente, porque confiados en la Comunión de los Santos, las almas que están en el Purgatorio necesitan nuestras oraciones.  Y la más elevada y efectiva oración es la Santa Misa. 

 


AMBIENTACION
Comenzar a preparar
VIA CRUCIS VIVIENTE
que se presentará antes de las vacaciones de
SEMANA SANTA

¿Y qué hay de un tiempo de mil años en que Cristo reinaría en la tierra antes de que suceda el fin del mundo?

http://www.corazones.org/diccionario/milenarismo.
diccionario/milenarismo

Milenarismo

De "milenio", mil años
Según la doctrina del milenarismo, Cristo vendrá a reinar físicamente en la tierra por mil años al fin de los cuales regresará al cielo.

Ver también: Fin del mundo
Dos versiones:

1- Jesús vendrá antes de su venida definitiva para reinar mil años y al fin de este tiempo regresará al cielo. 
2- Cuando venga Cristo glorioso al final del tiempo todos resucitarán y Cristo establecerá en la tierra un reino material y espiritual sobre el cual  reinará físicamente. Los justos participarán victoriosos de este reino mientras los enemigos de Dios serán vencidos. Al final de los mil años los justos irán al cielo y los condenados irán al infierno. Esta doctrina se apoya en una errónea interpretación del Apocalipsis 20,1-5. Después de la era Apostólica muchos cristianos adoptaron el concepto mesiánico judío de un reino terrenal. Es así como se propagó el milenarismo aun entre algunos Padres como el Obispo Papias de Hierapolis, San Justino y San Ireneo.
El milenarismo, en ambas versiones, ha sido específicamente condenado por la Iglesia (CIC 676). El Credo enseña que en la Segunda Venida Cristo venga con gloria para juzgar a vivos y muertos. Por lo tanto Jesús NO vendrá de manera pública y gloriosa antes del final del tiempo.
La verdadera interpretación de los "mil años":
Según el lenguaje hebreo "mil años" significa un tiempo largo indefinido. Jesús estableció su reino en este mundo y ese reino es la Iglesia Católica que durará "mil años" (tiempo indefinido, es decir, hasta Su Segunda Venida CIC 668-669). Se trata de un reino espiritual y humilde, en forma de semilla de mostaza que ha de crecer. No un mesianismo material como esperaban los judíos. El Apocalipsis se refiere al combate espiritual contra las fuerzas del demonio y del mundo rebelde.
Jesús nunca nos abandonó. Siempre ha estado verdaderamente presente con nosotros en la Iglesia y lo recibimos en la Eucaristía. Al mismo tiempo Jesús ya reina en la eternidad (Cf. 1 Cor. 15,24-27& Ap. 4-5). 
La fe católica que nos viene de los apóstoles enseña que la Segunda Venida de Cristo será gloriosa, visible para todos y definitiva. Marcará el fin de la historia y del tiempo. Toda la humanidad será juzgada. Los buenos irán al cielo y los condenados irán con los demonios al infierno. NO será por lo tanto una venida temporal. Esta verdad descarta no solo el milenarismo sino también el concepto del "rapto" que se ha hecho popular entre los fundamentalistas. 

En la Santa Misa oramos por "La Gloriosa venida de Nuestro Señor Jesucristo". En el Padre Nuestro rezamos "venga tu reino".  Al tener ante nosotros la esperanza cierta de la Venida del Señor podemos perseverar en las tribulaciones del tiempo presente sabiendo que el Señor ya tiene el triunfo sobre el mal y al final nos llevará con El al cielo.
-Padre Jordi Rivero

 

Versión Resumida de esta Lección
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