LECCION # 14 | ||||||||
¿Qué creen ustedes que es la oración? ¿Qué es orar? Orar es como sintonizar la estación de Dios para entrar en contacto con El. Orar es chatear con Dios. ORAR es conversar con Dios. Esa es la definición más corriente, pero es incompleta. Vamos a ver qué le falta ... ¿Qué significa conversar con alguien? Ciertamente no puede significar que nada más hablo yo...yo sola. Entonces no sería conversar, sino hablar... hablar yo solo. Porque orar es también oír a Dios. Mejor dicho: orar es sobre todo oír a Dios. Sería mejor decir que la oración es un diálogo con Dios. Pero si sólo hablo yo, no es diálogo, sino monólogo. Hay que dejar espacios para que Dios nos hable a cada uno en nuestro corazón. No podemos hablar y hablar y hablar... Mejor dicho: pedir y pedir y pedir. ¡Así no puede ser nuestra oración! Hay muchas maneras de orar. Hay muchas formas de oración.
ORACIÓN DE PETICIÓN La forma más inferior de oración consiste en pedir cosas a Dios. No está mal, pero es la forma más baja de oración. Tenemos que tener cuidado que nuestra oración no sólo sea una pedidera, una lista de cosas para que el Señor nos las dé. (En silencio, cada uno hacer una muy breve oración de petición) La mayoría de las veces nuestra oración parece una lista de mercado o de cosas por hacer. ORACION DE INTERCESION: Subimos un poquitico en la escala de oración. Comenzamos a ser algo generosos, menos egoístas que con la oración de petición. Consiste en pedir por alguna persona que no es uno mismo. Pedir a Dios algo para alguien, o pedir por alguna cosa más general, como por ejemplo, la paz del mundo, etc. Es una oración un poquito menos egoísta que pedir sólo para nosotros mismos. (Breve oración de intercesión en silencio) ORACION DE ARREPENTIMIENTO: Consiste en pedir perdón por nuestros pecados. Pedir perdón cuando le fallamos a Dios. Recordemos que debemos arrepentirnos de veras, de manera perfecta: porque Dios me ama y no merece mi rechazo cuando peco... porque pecar es rechazar a Dios, expulsar a Dios de mi vida. (En silencio, hacer una buena oración de arrepentimiento perfecto: pedir perdón a Dios, porque le hemos fallado, por los pecados cometidos. Pedirle perdón porque El que nos ama infinitamente no merece nuestro rechazo). ORACION DE REPARACION: Consiste en pedir perdón por los pecados de otros. Hay gente que no se arrepiente y podemos orar a Dios por esas personas. Recordemos a Jesús en la cruz. ¿Qué dijo sobre los que lo crucificaron y se burlaban de El? “Padre: perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc. 23, 34) Jesús estaba haciendo una oración de reparaciónpor los pecados de esos hombres. Nosotros podemos reparar por las ofensas que recibe Dios de parte de tanta gente, que lo rechaza, que lo critica, que le reclama. (Pensar en algún mal que requiera hacer una oración de reparación y hacerla en silencio) ORACION DE AGRADECIMIENTO: El significado de esta forma de oración es claro. Pero ... ¿cuántas veces oramos agradeciendo a Dios por todo lo que nos da? Hay que ser agradecidos con todo el mundo, pero principalmente con Dios. Vamos a pensar unos instantes en tantas cosas por las que debemos estar agradecidos a Dios ... y debemos agradecerle. SILENCIO ORACION DE ENTREGA: Esta oración es difícil de ubicar. Pero pensemos un momento cuando hemos estado el algún peligro o cuando hemos pasado por una situación de sufrimiento. Pensemos en qué consiste entregar... La oración de entrega es de las más elevadas ... y necesarias. La oración de entrega es una oración de confianza. Cuando oramos con entrega es porque tenemos verdadera confianza en Dios. Y ¿cómo no vamos a confiar en Dios que es nuestro Padre y que desea lo mejor para nuestro bien? La oración de entrega significa que confío en Dios, en todo lo que El permita para mí. Y se lo digo: Jesús, confío en Ti. Me entrego totalmente a Ti. Haz conmigo lo que Tú quieras. Orar en silencio. ORACION DE ALABANZA: ¿Cómo alabamos a Dios? Diciéndole lo grande que es, lo bueno que es, las maravillas que ha hecho, las maravillas que hace en mi vida: todo lo que me ha dado a mí particularmente en mi vida, y todo lo que nos ha dado para el disfrute de todos. Cuando vemos el mar, las montañas, el cielo, los astros ... todo lo que Dios ha puesto para nosotros ... ¿cómo no pensar en la grandeza de Dios? ¿Por qué no decírselo? (Leer pausadamente Salmo 139 (138) versículos 1-17) (Hacer en silencio una oración alabando a Dios por su grandeza, por su omnipotencia, por lo que es). ORACION DE ADORACION: Llegamos ahora a la forma más elevada de oración: la ADORACION. ¿Cómo adorar a Dios? Para adorar a Dios primero tenemos que darnos cuenta que dependemos totalmente de El. Esto no lo podemos olvidar ¿Te has dado cuenta de que cada latido de tu corazón depende de Dios y no de ti? (!!!) ¿Tú puedes hacer latir tu corazón si llegara a pararse? Y si dependemos de El y El es nuestro Dueño, no nos queda más que entregarnos a su Voluntad, a lo que El quiere de nosotros. En eso consiste adorar a Dios. ¿Por qué adorar a Dios? Vamos a ver si recordamos cuál es el Primer Mandamiento: Amar a Dios sobre todas las cosas. Pero veamos cómo le expresó Dios a Moisés este Primer Mandamiento y hasta lo escribió El mismo en las tablas de piedra. Vamos a ver cómo expone el mismo Jesucristo este Mandamiento, cuando fue tentado por el Demonio en el desierto. Jesús le respondió a una de las tentaciones con este mandamiento enunciado así: “Adorarás al Señor tu Dios y a El sólo servirás” (Mt. 4, 10) (de Dt 6,13-14). Entonces ... ¿Qué significará Adorar a Dios? Es saber que Dios nos ha creado (no olvidar nunca esto). Y, si nos ha creado, El es nuestro Dueño. ¿Nos damos cuenta de esto? ¿Nos damos cuenta que no podemos pasar esto por alto? Vamos a ver, si alguno de ustedes fabrica un objeto, planta una matita, prepara un postre... ¿quién es el dueño de eso? El que lo hizo ¿no? Y para fabricar nosotros algo, tenemos que contar con materiales que no hemos hecho nosotros, sino que nos han llegado de alguna manera. Ahora imagínense ustedes ... ¡si Dios nos hizo a cada uno y nos hizo de la nada! Y nos hizo por Amor, porque quería compartir con nosotros su Amor Infinito y su Felicidad Perfecta. ¿Quién es el Dueño, entonces? Y si El es nuestro Creador y nuestro Dueño ... ¿qué somos nosotros? Si Dios nos ha creado, nosotros somos sus creaturas (porque nos ha hecho) y sus criaturas (porque nos cría, nos sigue cuidando y alimentando). Si es nuestro Dueño, somos de Dios. Somos posesión de Dios. Yo le pertenezco a Dios. Como la Adoración es la forma más elevada de oración, a esa forma de oración tenemos que apuntar ¿no? No significa que no oremos de otras maneras, pero debemos acostumbrarnos a siempre que podamos adorar a Dios. Vamos a resumir lo que significa la Adoración. Y vamos adorar a Dios, vamos a hacer la oración de Adoración:
LA ORACIÓN ES UN PRIVILEGIO: ¿Nos damos cuenta que la oración es un privilegio? ¿Nos damos cuenta el privilegio que significa que nosotros simples creaturas podamos dirigirnos a nuestro Creador para pedirle, para rogarle, para decirle cosas … y que El nos escuche? La oración es uno de esos regalos inmensos e utilísimos que Dios nos ha dado y que no terminamos de apreciar ni de aprovechar suficientemente. Recordemos, para tener una idea de este privilegio, el riesgo que corrió la Reina Esther cuando se atrevió a presentarse ante su marido, el Rey Asuero de Babilonia para pedirle la vida para sí y para el pueblo de Israel. ¡No podía dirigirse al Rey a menos que éste la solicitara! Y del susto, se desmayó ante su Rey. Resumen Bíblico: Esther
Y en la actualidad ¿podemos hablar, por ejemplo, con el Papa? ¿puede alguien lograr hablar con cualquier persona que se le ocurra, y de manera instantánea? ¡Y nosotros podemos dirigirnos a Dios cada vez que queramos y de manera instantánea! Ese privilegio lo tenemos los seres humanos con Dios. La oración es un privilegio. EFECTOS DE LA ORACION: Ahora bien, ¿qué ganamos orando? OK: nos comunicamos con Dios. Pero ... ¿??? La oración es el mejor medio de conversión, porque la oración nos va cambiando, nos va haciendo más parecidos a Cristo. Y de eso se trata ser cristiano, seguir a Cristo. La oración es la llave que abre nuestro corazón y nuestra alma al Espíritu Santo. Es decir, al orar, el Espíritu Santo puede actuar en nosotros, puede hacer su acción de transformación en nosotros. Al orar, le damos paso a Dios para que actúe en nuestra alma -en nuestro entendimiento y nuestra voluntad. Y ¿esto para qué? ¿Para qué le damos entrada a Dios? Para poder ir adaptando nuestro ser a la Voluntad Divina. La oración nos va descubriendo el misterio de la Voluntad de Dios. (cfr. Ef.1,9) La oración va conformando nuestro ser a esa forma de ser y de pensar divinas: nos va haciendo ver las cosas y los hechos como Dios los ve. Ver el mundo con los ojos de Dios. En el silencio Dios se comunica mejor al alma y el alma puede mejor captar a Dios. En el silencio el alma se encuentra con su Dios. Orar es dejarse amar por Dios y poder amar a Dios. En el silencio el alma se deja transformar por Dios, Quien va haciendo en ella Su obra de "Alfarero", moldeándola de acuerdo a Su Voluntad
La oración nos va haciendo conformar nuestra vida a los planes que Dios tiene para nuestra existencia. En fin: la oración nos va haciendo cada vez más "imagen de Dios" nos va haciendo más semejantes a Cristo. De esto se trata el camino del cristiano. En esto consiste ser cristiano: en ser lo más parecido posible a Cristo. La oración nos va develando la verdad, sobre todo la verdad sobre nosotros mismos: nos muestra cómo somos realmente, cómo somos a los ojos de Dios: Los seres humanos solemos tener una máscara hacia fuera, hacia los demás: mostramos lo que no somos. Hacia adentro, hacia nosotros mismos, solemos engañarnos: creemos lo que no somos. Sólo en la oración descubrimos la verdad sobre nosotros mismos: Dios nos enseña cómo somos realmente, cómo nos ve El. La oración nos abre los ojos para comprender las Escrituras, internalizarlas y hacerlas vida en nosotros. Nos cura del “síndrome de Emaús”.
En el silencio de la oración nos encontramos con Dios y nos reconocemos Sus creaturas, dependientes de El, nuestro Padre y Creador, nuestro principio y nuestro fin. En el silencio de la oración somos como ramas de la Vid que es el Señor, porque nos nutrimos de la savia misteriosa que son las gracias que necesitamos y que Dios nos da, especialmente en esos ratos de oración.
Esta comparación del Señor, siendo El la planta y nosotros las ramas tiene relación con nuestra permanencia en el Cuerpo Místico d Cristo. La oración nos hace mejores y más efectivos miembros del Cuerpo Místico de Cristo, pues al orar se acrecienta la gracia divina en nosotros y eso se comunica al Cuerpo Místico, que es la Iglesia. NECESIDAD DE ORACION: Si no nos basta todo lo que hemos hablado sobre la importancia de la oración, veamos lo que decía la Madre Teresa de Calcuta:
ORACION Y CARIDAD FRATERNA: La oración es tan importante que no podemos, por ejemplo, pretender amar, amar verdaderamente, amar como Dios nos ama, si no nos abrimos a la acción del Espíritu Santo a través de la oración y de los Sacramentos. Porque para amar verdaderamente hay que dejar que sea el Espíritu Santo -que habita en nuestro interior si estamos en estado de gracia- Quien ame en nosotros y a través de nosotros. De otra manera, lejos de proyectar el Amor de Dios en nosotros, podemos más bien proyectar nuestro propio yo. Con respecto a la relación entre la oración y el amor, Santa Teresa de Jesús la deja bien clara en un breve consigna: “Orar es llenarse de Dios y darlo a los demás”. Es el mismo “Contemplad y dad lo contemplado”de Santo Domingo, dicho con una frase sinónima. Ambos quieren decir que no hay amor verdadero sin oración, y no hay oración verdadera que no nos impulse a dar a Dios a los demás, pues en eso consiste el verdadero amor. Para llegar al culmen del amor: dar la vida por el otro, hay que orar mucho para estar muy unidos a Cristo. Dar la vida cada día en las contrariedades, en los rechazos, en las incomprensiones, en las exigencias del amor. Y, también, para darla en el momento final, si de martirio se trata. Amar a los hermanos “en verdad” (2 Jn 1,1-2 y 3 Jn 1, 3) es amarlos por la fuerza de la verdad que mora en nosotros (1 Jn. 3, 18). Y esa fuerza mora en nosotros por la oración. “Cuanto más recibimos en el silencio de la oración, más damos en nuestra vida activa. Necesitamos del silencio para ‘tocar’ las almas. Lo importante no es lo que decimos a Dios, sino lo que Dios nos dice y dice a través de nosotros. Todas nuestras palabras son vanas si no vienen del interior. Las palabras que no dan la luz de Cristo, aumentan las tinieblas” (Beata Teresa de Calcuta). Al orar conformamos nuestro corazón con el de Cristo. Y así reflejaremos a los demás lo que Cristo desee reflejar de El a través nuestro. Fruto directo de la oración es la caridad fraterna. Es la consecuencia lógica de una oración en verdad. Porque hay simulacros de caridades fraternas que son filantropía o apostolados inventados. La filantropía aplaca la conciencia y hace sentirse bien. Los apostolados inventados sirven para uno lucirse y proyectarse uno mismo. En la oración el Espíritu Santo nos va indicando cómo podemos cooperar y servir a los demás, cómo ser fuente de amor para los que están cerca de nosotros. La oración nos lleva a ver a los prójimos con la mirada de Cristo, siendo compasivos y misericordiosos. Cristo nos va educando en la oración para que podamos comenzar a amar a los demás como Jesús los ama. |
||||||||
|
||||||||