ORACION Señor Dios nuestro, |
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OBJETIVO
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Una buena definición de religión puede ser ésta: el conjunto de creencias y deberes que surgen de nuestra dependencia de Dios. O ésta más amplia: la expresión de nuestra relación con Dios. El Concilio Vaticano II nos dice que el ejercicio de la religión consiste, antes que nada, en aquellos actos interiores, voluntarios y libres, mediante los cuales el ser humano marca el curso de su existencia en dirección hacia Dios. (cf. Declaración sobre Libertad Religiosa, #3). Todas las naciones, todas las civilizaciones, aún las más primitivas tienen algún tipo de creencias, algunas ceremonias o rituales y algún código de moral. Y, aunque la variedad de estas expresiones religiosas es bastante amplia, este hecho -comprobable históricamente- nos demuestra la existencia del deseo de Dios por parte de los seres humanos y la existencia de la ley natural, ambas cosas inscritas por Dios mismo en el corazón de todos los humanos. La religión, entonces, es parte de nuestra misma naturaleza. El problema es que en la actualidad, aunque recientemente ha habido un resurgimiento del espíritu religioso, éste se ha desviado y muchas personas pretenden diseñarse una religión propia, especie de cocktail o de traje a la medida. |
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Revelación Divina, o simplemente, Revelación, es la manifestación que Dios nos ha hecho de Sí mismo, de su Voluntad con respecto a nosotros y de cómo desea que le rindamos culto. Se llama Revelación Divina porque viene de Dios y porque nos lleva a Dios. La Revelación nos viene de dos maneras:
El Papa Juan Pablo II, en una de sus Catequesis sobre los Salmos, titulada Dios crea, actúa en la historia y se revela, resumióo los dos tipos de Revelación de la siguiente manera: Así como se constatan dos acciones gloriosas de Dios (la creación y su actuación en la historia), así existen también dos revelaciones: una escrita en la naturaleza misma y abierta a todos; la otra ha sido donada al pueblo elegido que tendrá que testimoniarla y comunicarla a toda la humanidad y que está comprendida en la Sagrada Escritura. Dos revelaciones distintas, pero Dios es único, como única es su Palabra. (JP II sobre el Salmo 147 en Audiencia General del 5-6-02). Para resaltar el privilegio de que Dios se nos haya revelado, el Papa tomó la siguiente frase del Salmo 147, 19-20: Con ninguna nación actuó así, ni les dio a conocer sus mandatos. |
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ORACION Orar con el Salmo # 147, |
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El Cristianismo no es una religión, ni siquiera la mejor y más perfecta de las religiones. La religión es el esfuerzo del hombre (uno de los más nobles y respetables) por ascender hasta Dios, pero, al fin y al cabo, una creación humana. La Revelación es, por el contrario, el descenso de Dios hasta el hombre, un hecho de pura gracia en el que Dios tiene la iniciativa. La Revelación viene de arriba; la religión de abajo. Una y otra son movimientos opuestos. La Revelación tiene como origen y protagonista a Dios, que se abaja y desciende hasta el hombre para auto-manifestarse. La religión tiene como protagonista al hombre, en su noble búsqueda y esfuerzo por llegar a Dios y obtener la salvación. (Diario La Religión, Caracas, 28-10-01: Pbro. Dr. Román Sánchez Chamoso en artículo titulado "El Cristianismo ¿una religión más?", en el que sostiene que el Cristianismo, más que una religión es Revelación). El Papa Juan Pablo II en su Carta Apostólica Tertio Milennio Adveniente, #6 (En el Umbral del Tercer Milenio, #6), escrita en 1994 como preparación al Jubileo del Año 2000, nos dijo esto sobre la Revelación y el Cristianismo, basándose en las palabras de San Pablo: Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas: en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo (Hb. 1, 1-2). Comentaba así el Papa JPII: Cristo no se limita a hablar en nombre de Dios, como los Profetas, sino que es Dios mismo quien habla en su Verbo Eterno hecho carne. Encontramos aquí el punto esencial por el que el Cristianismo se diferencia de las otras religiones, en las que desde el principio se ha expresado la búsqueda de Dios por parte del hombre. El Cristianismo comienza con la Encarnación del Verbo. Aquí, no sólo el hombre es quien busca a Dios, sino es Dios quien viene en persona a hablar de sí al hombre y a mostrarle el camino por el cual es posible llegar a El. El Verbo Encarnado es, pues, el cumplimiento del anhelo presente en todas las religiones de la humanidad. Este cumplimiento es obra de Dios y va más allá de toda expectativa humana. Es misterio de gracia. De este modo, Cristo es el cumplimiento del anhelo de todas las religiones del mundo y, por ello mismo, es su única y definitiva culminación.
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Con este magisterio del Papa Juan Pablo II y con la enseñanza del Teólogo venezolano, ambas complementarias, podemos ir intuyendo que no da lo mismo cualquier religión. En efecto, si Dios se nos ha revelado y nos ha hecho saber cómo es El, cuál es su Voluntad y de qué manera desea que le rindamos culto, no da lo mismo cualquier religión. Decir que cualquier religión es tan buena como la otra equivale a decir que no importa lo que Dios ha revelado y que da lo mismo responderle a Dios o no responderle, o responderle sin tomar en cuenta lo que nos ha revelado. Somos libres de responder o no responder a Dios, de responderle de una manera o de otra ... pero no es lo mismo una religión u otra. (Ver Catecismo Iglesia Católica #842, 843, 844) ¿Cuál
es la Unica Iglesia ¿Por qué la religión Católica es la verdadera?
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DECLARACION
"DOMINUS IESUS" Es bueno también hacer mención a que en este mes de Septiembre de 2000, fue emitida la Declaración Dominus Iesus de Congregación para la Doctrina de la Fe, aprobada por el Papa Juan Pablo II, sobre el carácter único y universal de la salvación en Cristo y la Iglesia, de la cual copiamos también algunos párrafos esclarecedores sobre la Iglesia Católica y las demás Iglesias, comunidades y religiones. En conexión con la unicidad y la universalidad de la mediación salvífica de Jesucristo, se debe creer firmemente como verdad de fe católica la unidad de la Iglesia por El fundada. Los fieles están obligados a profesar que existe una continuidad histórica entre la Iglesia fundada por Cristo y la Iglesia Católica. En efecto, la única Iglesia de Cristo subsiste en la Iglesia Católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él (Vat. II, Lumen Gentuim #8). En relación a la existencia de numerosos elementos de santificación y de verdad fuera de su estructura visible en las Iglesias y Comunidades eclesiales que no están todavía en plena comunión con la Iglesia Católica, es necesario afirmar que su eficacia deriva de la misma plenitud de gracia y verdad que fue confiada a la Iglesia Católica (Vat. II, Unitatis ete redintegratio #3). Las Iglesias que no aceptan la doctrina católica del primado del Obispo de Roma permanecen unidas a la Iglesia Católica por medio de estrechísimos vínculos, como la sucesión apostólica y la Eucaristía válidadmente consagrada. Por eso, también en estas Iglesias está presente y operante la Iglesia de Cristo, si bien falte la plena comunión con la Iglesia Católica. Por el contrario, las comunidades eclesiales que no han conservado el episcopado válido y la genuina e íntegra sustancia del misterio eucarístico, no son Iglesia en sentido propio; sin embargo, los bautizados en estas comunidades han sido incorporados por el Bautismo a Cristo y, por lo tanto, están en una cierta comunión, si bien imperfecta con la Iglesia Católica. Por consiguiente, aunque creamos que las Iglesias y comunidades separadas tienen sus defectos, no están desprovistas de sentido y de valor en el misterio de la salvación, porque el Espíritu de Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medios de salvación (Vat. II, Unitatis redintegratio #3). |
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ORACION Te damos gracias, Señor, porque te
has revelado a nosotros, |
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