Es el conjunto de 27 libros que forman parte de la Sagrada Escritura y que fueron escritos después del nacimiento de Jesucristo. Pero ¿se han dado cuenta que el Nuevo Testamento nunca es llamado así en el Nuevo Testamento? ¿Entonces?
Esas palabras en los tres idiomas significan todas alianza. Por tanto el significado original de Nuevo Testamento es Nueva Alianza. 3. Entonces tenemos que buscar dónde en el Nuevo Testamento aparece el término Nueva Alianza, que es lo mismo que decir Nuevo Testamento. Aparece en el Evangelio de San Lucas, cuando está narrando la Ultima Cena, en el momento de la institución de la Eucaristía, al tomar la copa de vino: De igual modo, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros». (Lc 22, 20). También aparece la frase sangre de la Alianza en Mateo y Marcos, y se refiere también a lo mismo: Después tomó una copa, dio gracias y se la pasó diciendo: «Beban todos de ella: esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de sus pecados» (Mt. 26, 27-28). Tomó luego una copa, y después de dar gracias se la entregó; y todos bebieron de ella. Y les dijo: «Esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que será derramada por una muchedumbre» (Mc. 14, 23-24). Y también usó San Pablo Nueva Alianza al narrar qué sucedió en la Ultima Cena: De igual manera, tomando la copa, después de haber cenado, dijo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Todas las veces que la beban háganlo en memoria mía.» (1ª Cor 11, 25) 4. ¿Qué podemos concluir de estas citas del Nuevo Testamento y qué significa esto para nosotros? Que lo que el Nuevo Testamento llama Nuevo Testamento, no es un libro, no es un documento: es el Sacramento de la Eucaristía, el Santo Sacrificio de la Misa. (!!!) Veamos: de los 12 Apóstoles que estaban en la Ultima Cena, sólo 5 de ellos (Mateo, Juan, Pedro, Santiago y Judas Tadeo) colaboraron en el Nuevo Testamento escrito. Mateo y Juan son Evangelistas, y Pedro, Juan, Santiago y Judas Tadeo escribieron Cartas. Pero todos ellos, los que estaban en la Ultima Cena (con excepción de Judas Iscariote, que luego fue sustituido por Matías), celebraron la Eucaristía. ¿Por qué? Porque ésa fue la orden que recibieron del Señor: “hagan esto en memoria mía”. Jesús no les dio la orden de escribir esto en memoria mía o de leer esto en memoria mía, sino de hacer esto en memoria mía. 5. Pero …¿cuándo, entonces, empieza a llamarse Nuevo Testamento esa colección de 27 libros que conocemos como parte de la Biblia? Los primeros libros del Nuevo Testamento se escribieron unos 10 a 15 después de que ya el Sacramento de la Nueva Alianza (o del Nuevo Testamento) estaba siendo celebrado por los Cristianos, donde quiera que se reunían en la asamblea litúrgica que ahora nosotros llamamos la Santa Misa. Al final del siglo I se completaron las Escrituras que componen el Nuevo Testamento. La opinión más generalizada es que la escritura de los libros que forman parte del canon del Nuevo Testamento finalizó con el Apocalipsis de San Juan escrito en el año 98. Sólo en el Siglo 2 con Tertuliano (teólogo y Padre de la Iglesia) comienza a usarse el término Nuevo Testamento para designar esas Escrituras. 6. ¿Por qué este cambio? ¿Por qué empiezan a llamarse Nuevo Testamento las Escrituras? Porque se dieron cuenta que esas Escrituras personificaban la Nueva Alianza, el Nuevo Testamento, que celebraban los cristianos. Además, ésos eran los escritos que la Iglesia leía el Día del Señor en la asamblea litúrgica, en la cual se reunían para celebrar la fracción del Pan. Esas reuniones litúrgicas que celebraban los primeros Cristianos es lo que nosotros ahora llamamos Santa Misa. (La palabra misa proviene del verbo en latín “mittere”, que significa enviar. Es una forma derivada de la palabra misión. Significa el envío que se nos da al final con el ite missa est o el pueden ir en paz. La fracción del Pan o el Sacrificio Eucarístico fue llamado Misa a partir del Papa Gregorio Magno en el Siglo 7). 7. ¿Cuáles eran los criterios que la Iglesia utilizaba para incluir un escrito en el canon de las Escrituras? El más importante era que esas lecturas se usaran en la Liturgia. Se puede decir que si un escrito no había sido usado en esas celebraciones litúrgicas, no era considerado digno de ser incluido en el canon. Los criterios eran:
Y ¿cuál era una de las formas para saber la Iglesia que tenían estas características? Precisamente porque habían sido escritos para las Liturgias Eucarísticas o habían sido usados en esas celebraciones. En estos criterios podemos ver la conexión que hay entre la Nueva Alianza de la Eucaristía y el Nuevo Testamento que leemos. 8. ¿Qué significado tiene todo esto para nosotros hoy? Sabemos que la Sagrada Escritura, la Biblia, es la Palabra de Dios. Pero la Palabra de Dios es una Persona: es Jesucristo mismo, pues El es el Verbo Encarnado, la Palabra de Dios hecha carne. El es Dios-hecho Hombre. Y esa Palabra, el Verbo de Dios, está en la Sagrada Escritura. Y está muy especialmente presente, de manera sacramental, ¡Vivo!, de manera real, con todo su ser de Hombre y todo su Ser de Dios, en la Santa Misa, en el Pan y el Vino consagrados. 9. Para comprender mejor el contenido del Nuevo Testamento debemos ver cómo era la situación político-religiosa de Judea en tiempo de Jesús. Recordemos que después de la destrucción del Templo y el cautiverio en Babilonia, los judíos perdieron su independencia. Es cierto que regresaron del exilio bajo el Imperio Persa, pero sin verdadera autonomía. Luego vino la conquista de Alejandro Magno y a la muerte de éste, los judíos quedaron bajo el Imperio Ptoloméico, el cual pasó después de 100 años a manos de Siria. El sirio Antíoco Epifanes provocó con sus persecuciones violentas a los judíos y a sus creencias la sublevación de los Macabeos. Luego de conseguir independencia política, la zona de Palestina pasó a control directo de Roma en el año 63 aC. Herodes el Grande fue nombrado Rey de Palestina por parte de los Romanos. Y en los últimos años de su reinado, mientras el Emperador en Roma era César Octaviano Augusto, nació Jesús en Belén.
A la muerte de Herodes el Grande, su reino se dividió entre sus hijos: Judea y Samaria pasó a Arquelao. De este rey herodiano (hijo de Herodes) sabemos por el Evangelio de San Mateo cuando la Sagrada Familia regresa de Egipto: Mt 2: Arquelao era tan cruel que fue depuesto por los Romanos y pasaron Samaria y Judea a ser administradas directamente por Roma. De allí en adelante Roma nombró Procuradores, uno de los cuales fue Poncio Pilato (desde el año 26 al 36 dC). Galilea y Perea fueron para Herodes Antipas, segundo hijo de Herodes el Grande. San Juan Bautista y Jesús predicaban en estas zonas. Durante el tiempo de vida de Jesús en la tierra, en el año 14 dC había muerto César Augusto y lo sucedió Tiberio. Jesús muere durante el imperio de Tiberio, siendo Poncio Pilato aún Procurador de Judea. 10. Y el pueblo judío, ¿en qué situación se encontraba? Al no tener independencia política y estando bajo el gobierno de extraños, además de tener unas características religiosas muy diferentes al resto de las naciones, ellos esperaban una gran intervención extraordinaria de Dios que restableciera el poderío de su pueblo. Sin embargo, en el seno mismo del judaísmo habían diferentes corrientes y/o grupos: . Los Fariseos: Creían y practicaban la Ley escrita, pero le añadieron nuevas y numerosas (613) doctrinas humanas y preceptos, a las que daban más importancia que a la misma Ley. Eso era lo que Jesús más les reprochaba tan fuertemente. Tenían una religiosidad exterior rígida. No tenían pureza de corazón y en su mayoría estaban llenos de orgullo, avaricia, envidia e hipocresía. Creían en la resurrección. . Los Escribas: Aparecen con frecuencia la lado de los Fariseos. Eran los doctores de la Ley y la mayoría seguía las doctrinas de los fariseos. . Los Saduceos: De la Escritura sólo admitían el Pentateuco (los primeros cinco libros de la Biblia). Negaban la resurrección de los muertos y la inmortalidad el alma. Formaban el grupo político que colaboraba con los romanos. . Los Zelotas: Nacionalistas acérrimos, no otro gobernante que no fuera Dios. Propugnaban la lucha armada contra el invasor romano e inclusive, agrandar las fronteras de Judea y someter a otras naciones. . Los Esenios: Era una secta organizada en comunidades que se dedicaban a la oración en común, el estudio de la Ley y el trabajo. . Los Publicanos: Eran los judíos que cobraban los impuestos para los Romanos que eran los opresores del pueblo. Por este motivo eran considerados pecadores públicos. 11. ¿Y el Templo? Herodes el Grande y sus hijos respetaron la organización religiosa de los Judíos y también el Templo. Recordemos que el primer Templo, construido por Salomón fue destruido por los Babilonios cuando se llevaron a los judíos al Exilio. De regreso del Exilio el Templo fue reconstruido por Zorobabel. Posteriormente con Herodes el Grande alcanzó un gran esplendor, siendo reinaugurado 4 años antes de nacer Jesús. La decoración no se completó sino en el año 64 dC, pero –tal como Jesús anunció- fue arrasado por el ejército romano en la destrucción de Jerusalén en el año 70. Ver imagenes del Templo en Power Point Ver: Como era costumbre, los sacrificios sólo se ofrecían en el Templo de Jerusalén. Recordemos que los Samaritanos habían erigido en el Monte Garizim otro templo. A ese templo se refirió la Samaritana en el diálogo con Jesús. Ya ese templo no existía en tiempos de Jesús, pero los Samaritanos seguían ofreciendo allí sus sacrificios. Jesús aporta una novedad en cuanto al Templo: El será el nuevo Templo vivo y con su sacrificio en la Cruz todos podrán adorar a Dios Padre en espíritu y en verdad.
12. ¿Qué eran las Sinagogas? Sinagoga viene del griego que significa lugar de reunión. Eran centros de reunión religiosa que los judíos tenían en ciudades y pueblos. Algunas tenían grandes dimensiones. A la entrada había un arcón portátil que contenía los rollos de la Ley y los Profetas, los cuales se leían y se comentaban. Habían maestros (rabinos) que podía ser reconocido como guías por su reputada enseñanza, pero de hecho cualquier judío que se sintiera calificado podía pedir permiso para enseñar las Escrituras, como lo hizo en muchísimas ocasiones Jesús. 13. ¿Y el Sacerdocio? Recordemos que el Sacerdocio hebreo era exclusivo de los que venían de la Tribu de Leví. Los Sumos Sacerdotes, que estaban al frente del resto de los Sacerdotes, eran descendientes de Aaron, que también era de la tribu de Leví. Esta manera hereditaria de acceder al Sumo Sacerdocio se desvirtuó en tiempo de los Macabeos. Y, en el tiempo de Cristo, los Sumos Sacerdotes eran nombrados y removidos por los gobernadores Romanos. Así el Sumo Sacerdote en tiempos de Jesús era Anás, el cual fue nombrado por un gobernador sirio. Anás luego fue haciendo pasar por el cargo a sus cinco hijos y después a su yerno Caifás. Bajó éste fue condenado Jesús. Y pareciera que duraban poco en el cargo durante este tiempo, a juzgar por este comentario en el Evangelio de San Juan cuando habla de Caifás como el Sumo Sacerdote aquel año (Jn 11, 49 y 51). Los Levitas, o sea de la Tribu Sacerdotal, se mencionan unas cuantas veces en el Evangelio y en los Hechos de los Apóstoles, pero ninguna de las citas (Lc 1, 8-9; Lc 10, 32; Jn 1, 19; Hech 4, 36) informa con claridad cuál era el estatus del sacerdocio levítico en los tiempos de Cristo. Leer: Citas Biblicas 14. ¿Qué era el Sanedrín? Era un Consejo presidido por el Sumo Sacerdote, que tenía amplios poderes judiciales y ejecutivos, con algunas limitaciones que controlaban los Romanos. Por ejemplo, no podían condenar a muerte a nadie en Judea. Por eso, para matar a Jesús, necesitaron la aprobación de Pilato, el Gobernador Romano. El Sanedrín estaba formado por 71 miembros, divididos en tres grupos:
15. ¿Cómo se contaban el día y las horas para el tiempo de Jesús? El día empezaba al anochecer y terminaba a la puesta del sol. Así, el descanso del Sábado tenía que empezar por la tarde del viernes. Los demás días se llamaban por el número ordinal: el primer día era nuestro domingo, y así sucesivamente.
El mes se calculaba por las fases de la luna. Empezaba con la luna nueva y tenía 29 o 30 días. El año tenía 12 meses lunares. Pero cada 2 o 3 años había que intercalar un mes más para re-establecer las coincidencias con las estaciones del año y con el año solar. 16. ¿Cuáles eran las Fiestas? Las Fiestas eran 7:
La Pascua se celebraba la noche del 14-15 de Nisan (primer mes de año) y es seguida por siete días de los Ázimos, durante los cuales se comía pan ázimo. (El motivo por el cual en nuestro calendario Litúrgico varía también la Pascua es porque depende de la luna llena de ese mes. La fecha de la Pascua es siempre el domingo siguiente a la primera luna llena de la primavera del hemisferio norte y varía entre el 22 de marzo y el 25 de abril. La Semana Santa que son los días que preceden la Pascua y el Miércoles de Ceniza que la antecede en los 40 días de la Cuaresma también suceden en fechas variables y de acuerdo a la fecha de Pascua. Así mismo, Pentecostés tiene también fecha variable, pues se celebra 50 días después de la Pascua).
Los día en que se celebraban esas Fiestas o el último día de las que duraban 8 días y –además- los Sábados, se exigía descanso absoluto de todo tipo de trabajo y de viajes. 17. ¿Qué son los Evangelios y cómo surgieron? Evangelio viene del griego y significa buena noticia, buena nueva. Al principio de la vida de la Iglesia, Evangelio no significaba un libro, sino el anuncio de la salvación que Jesucristo vino a traer a la humanidad con su Muerte y Resurrección. Pero, además de anunciar la Muerte y Resurrección de Cristo, los que predicaban se vieron en la necesidad de hablar también de lo que había hecho y de lo que había dicho Jesucristo durante su vida terrena. Hablaban de los milagros que les habían impresionado más, pero también recordaban y referían algunas palabras dichas por Jesús que también les habían impresionado y les habían quedado grabadas por su fuerza, por su novedad, por su significado (como fueron las Parábolas, medios de enseñanza oral que Jesús utilizó). Así se fue formando lo que en la Iglesia Católica se llama la Tradición, la cual era trasmitida oralmente, de viva voz en la Iglesia primitiva. Más tarde comenzaron a circular los primeros escritos, como el relato de la Pasión, colecciones de dichos del Señor, colecciones de milagros, etc. Por último los Evangelistas en lugares, tiempos y situaciones diferentes, redactaron los Evangelios. A continuación, uno de los primeros testimonios históricos de los evangelistas: “Los apóstoles se fueron hasta los extremos de la tierra proclamando la buena noticia de los beneficios que Dios nos regala y anunciando a los hombres la paz del cielo. (cf Lc 2, 14) Ellos poseían, cada uno en particular y todos en común, la buena noticia de Dios. Mateo precisamente, entre los hebreos, difundió en su propia lengua una forma escrita del evangelio, mientras que Pedro y Pablo evangelizaron en Roma y fundaron la Iglesia. Después de la muerte de ellos, Marcos el discípulo e intérprete de Pedro (1P 5, 13) nos transmitió también, por escrito, la predicación de Pedro. Asimismo, Lucas, el compañero de Pablo, ha consignado en un libro el evangelio predicado por éste. Por fin, Juan, el discípulo del Señor, el mismo que reposó sobre el costado de Jesús (Jn 13, 25) ha publicado a su vez el evangelio durante su estancia en Efeso.” (San Ireneo de Lyon (c. 130-c. 208), obispo, teólogo y mártir Contra los herejes, III 11,8; 9,1) 18. ¿Cómo escribieron los Evangelios? Los Evangelistas escogieron, ordenaron y adaptaron el material que conocían de la Tradición y escribieron lo que conocemos como los Cuatro Evangelios. Dice la Constitución “Dei Verbum” (Palabra de Dios) del Concilio Vaticano II sobre la Sagrada Escritura, que los escritores sagrados “escribieron sacándolo ya de su memoria o recuerdos, ya del testimonio de quienes ‘desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra’” (DV 19). En todo este proceso, hasta llegar a la redacción de los Evangelios, la fe reconoce la inspiración del Espíritu Santo. Y esto lo enseña así el Magisterio de la Iglesia. “La Iglesia siempre ha defendido y defiende que los cuatro Evangelios tienen origen apostólico. Pues lo que los Apóstoles predicaron por mandato de Cristo, luego, bajo la inspiración del Espíritu Santo, ellos y los varones apostólicos nos lo transmitieron por escrito” (DV 18). 19. ¿Cuántos son los Evangelios? Son cuatro. Los primeros tres (Mateo, Marcos y Lucas) se llaman los Evangelios Sinópticos, porque presentan la misma perspectiva general de la vida y predicación de Jesús. Los Sinópticos, entonces, narran casi los mismos hechos, presentan pasajes muy parecidos y tienen una serie de características que los hacen semejantes entre sí. El cuarto Evangelio fue escrito por San Juan. Los Evangelios Sinópticos narran hechos que no narra el evangelio de San Juan, y Juan narra cosas que no están en los Sinópticos. San Mateo y San Juan fueron Apóstoles. San Marcos fue seguidor de Jesús, uno de los 72 discípulos, luego ayudante de Pedro. San Lucas fue discípulo y acompañante de San Pablo. 20. EVANGELIO DE SAN MATEO:
El Evangelio de San Mateo es el Evangelio del Reino y de la Iglesia. Fue escrito por uno de los Apóstoles, Mateo, quien era Publicano, es decir, recaudador de impuestos. Fue escrito originalmente en arameo. Es evidente que al escribir en este idioma, que era el hablado en Palestina, Mateo estaba destinando su Evangelio principalmente a los judíos de su época y de su zona: a los judíos que ya eran cristianos y a los que no lo eran. Es de suponerse que lo que escribía San Mateo eran las mismas catequesis que él había dado en Palestina. Pero lo que Mateo se propone demostrar desde las primeras líneas de su escrito es que Jesús es el Mesías prometido y anunciado en el Antiguo Testamento y que todos esperaban. El Evangelio de San Mateo es teológico y catequético. Por tener tanta doctrina teológica, posiblemente fue el más citado y leído por los primeros cristianos. Contiene las siguientes tesis: . Jesús es el Mesías prometido en el Antiguo Testamento: Demuestra que es hijo de David y de Abraham, a quienes Dios prometió darles por descendiente al Mesías, lo cual comprueba con la genealogía que presenta en Mt 1, 1-16. Leer: Mateo 1, 1-16 También lo presenta como hijo de David en muchos otros pasajes: Mt 9, 27; 12, 23; 15, 22; 20, 30-32; 21, 9-15. Mateo 9, Mateo 12, Mateo 15 Leer: Mateo 21, 9-15 En Jesús se cumplen las profecías del Antiguo Testamento relativas a la vida, muerte y doctrina del Mesías. Ningún otro Evangelista las cita con tanta insistencia y, además, con esta frase repetitiva: para que se cumpliera lo que fue dicho por el Profeta (Mt 12; 2, 15-23; 4, 14; 8, 17; 12, 17; 13, 35; 21, 4; 26, 56). O así se cumplió (Mt 2, 17; 27, 9). Las mismas curaciones y milagros que realiza son obras propias del Mesías y ya habían sido anunciadas por los Profetas (Mt. 8, 17; 12, 1 8; Is 35, 5; 61, 1). Y su Pasión ya había sido igualmente anunciada (Mt 16, 21; 17, 12.22; 26, 2.21.24.42.54.56; 27, 3-1; cf Zac 11, 13…) . Jesús es también Hijo de Dios: Lo dice el Padre en el Bautismo en el Jordán (Mt. 3, 17) y en la Transfiguración en el Tabor (Mt. 17, 5), lo reconocen los demonios al hablar a través de los posesos (Mt 8, 28), lo confiesa San Pedro (Mt 16, 16…), el Centurión que presenció su muerte (Mt 27, 54) e implícitamente San Juan Bautista (Mt 3, 11-14). Lo dice el mismo Jesús cuando se proclama mayor que el Templo (Mt 12, 6), más que Jonás y Salomón (Mt 12, 41…), Señor de David (Mt 22, 41-46), igual al Padre (Mt 11, 25…; 12, 50), Hijo de Dios (Mt 21, 33…; 17, 24-27), abiertamente se llama Dios (Mt 26, 63-64), una de las Personas de la Santísima Trinidad (Mt 28, 18-20). En el Sermón de la Montaña aparece perfeccionando la Ley (Mt 5, 17) con la misma autoridad con que Yavé la dio a los israelitas en el Monte Sinaí (Mt 5, 21-48; 19, 3-11). . Jesús es fundador del Reino de los Cielos en la tierra, o sea, su Iglesia: La predicación de San Juan Bautista y también la del mismo Cristo comienzan con el anuncio del advenimiento de este Reino (Mt. 3, 2; 4, 17). La legislación del Reino la establece en el largo discurso del Sermón de la Montaña (Mt 5, 6 y 7). Las propiedades del Reino están en las Parábolas (Mt 13). Las relaciones entre los ciudadanos del Reino con las instrucciones que da a los Apóstoles (Mt 18). La consumación del Reino en el discurso del fin de los tiempos y la necesidad de estar preparados para el regreso del Rey (Mt 24 y 25). La Iglesia (el Reino en la tierra) la funda como una sociedad jerárquica. Como autoridad máxima de ésta, queda constituido Pedro con plenos poderes sobre todos y cada uno de sus miembros (Mt 16, 18…). A Pedro y los demás les da el poder de atar y desatar (Mt 18, 18). Reciben la misión de propagar y establecer el Reino por todo el mundo (Mt 10 ,1…) y de bautizar a todas las gentes (Mt 28, 19…). Sólo el Evangelio de San Mateo trae la palabra Iglesia (Mt 16, 18 y 18, 17) que significa Asamblea. . Los que rechazan a Cristo, quedan fuera del Reino: Cristo predicó el Evangelio sólo a los judíos (Mt 10, 5…; 15, 24), ya que a ellos primariamente había sido prometido y para que por ellos se extendiese a todo el mundo. Pero la mayor parte le rechazaron. La causa principal de esta incredulidad está en los jefes del pueblo (Mt 9, 34; 12, 14.24.38…; 23, 1…), quienes desde el comienzo de la predicación de Cristo se le opusieron con calumnias, asechanzas y persecuciones, hasta entregarle en manos de los Romanos y hacer que muriese crucificado. Pero el mismo pueblo se mostró también ingrato y rebelde a las enseñanzas de Cristo, como se deduce de las palabras que dirigió el mismo Señor a algunas ciudades y de parábolas alusivas a esta falta de aceptación. De allí la sentencia del Señor: «Ahora yo les digo a ustedes: se les quitará el Reino de los Cielos, y será entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos.» (Mt 21, 43) La intención de Mateo no fue hacer una biografía de Jesús. Su Evangelio es más bien un manual de evangelización, pero lleno también de hechos históricos. En resumen, Mateo trata de sembrar en su lectores la fe en Jesús, que es el Mesías, el Hijo de Dios, el Salvador de todos los hombres, fundador de la Iglesia, la cual dejó establecida para nuestra salvación. 21. EVANGELIO DE SAN MARCOS: Es el Evangelio del seguimiento de Cristo. Fue escrito en griego por Marcos, discípulo de San Pedro, seguramente en Roma hacia el año 70 dC. Es el más breve de los cuatro Evangelios. Pone de relieve las líneas esenciales del mensaje de Cristo. En este Evangelio podemos conseguir el camino para seguir a Jesús. Según el historiador de la Iglesia, Eusebio, San Marcos compuso su Evangelio con lo que oyó a Pedro predicar en Roma. San Jerónimo, traductor de la Biblia al Latín, el lenguaje común de su momento, dice que Marcos escribió un Evangelio breve a solicitud de los cristianos en Roma y que Pedro autorizó para que fuera leído en las Iglesias. También dijo San Jerónimo que ese Evangelio fue compuesto con Pedro narrando y Marcos escribiendo. (En este dato se nota la apostolicidad o autoridad apostólica del Evangelio de San Marcos y la condición de que fuera usado en las liturgias). Este Evangelio se concentra más en los hechos que en los discursos del Señor. Los dos discursos que trata con más detalle son la Parábola del Sembrador y el discurso de Jesús sobre el fin del mundo. San Marcos da gran importancia a los milagros (como una cuarta parte del escrito está dedicado a éstos) y a través de la narración de estos signos extraordinarios se ve la intención de impresionar al lector sobre la Omnipotencia de Cristo y su poder y dominio sobre la naturaleza. Marcos trata de probar a los cristianos en Roma y –más aún- a los que podían estar pensando hacerse cristianos, que Jesús era el Hijo de Dios Todopoderoso. Por eso, diferente a Mateo, que citaba las profecías para demostrar que Jesús era el Mesías, Marcos opta por mostrar el poder de Cristo sobre la naturaleza, evidenciado por sus milagros. Que Jesús es el Todopoderoso Hijo de Dios lo anuncia con las primeras palabras que pone en su Evangelio: Este es el comienzo de la Buena Nueva de Jesucristo, Hijo de Dios. (Mc 1, 1) Y lo muestra también hacia el final de su Evangelio (en el penúltimo capítulo) con las palabras del Centurión romano después de la Crucifixión: Al ver el centurión que estaba frente a él, que había expirado de esa manera, dijo: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.» (Mc 15, 39) Es en el Evangelio de San Marcos en el cual las debilidades de los Apóstoles y sus errores, especialmente los de Pedro, quedan más destacados. El Evangelio de Marcos tiene unas pocas cosas que no tienen los otros dos sinópticos (Mateo y Lucas). Una de ellas es ésta: Mc 3: Hay un dato humorístico, que tiene el Evangelio de Marcos y no tienen los otros dos sinópticos. Es el del muchacho que se escapa desnudo del Huerto de los Olivos, la noche del prendimiento de Jesús. Mc 14: ¿Quién era ese muchacho? No puede ser otro que Marcos, pues si todos los demás habían huído, él era el único que estaba allí. Como estaba solo, era el único testigo del asunto. Aparte del humor y lo curioso de esta mención, este suceso muestra también que Marcos seguía a Jesús aún antes de ser discípulo y ayudante de San Pedro. 22. EVANGELIO DE SAN LUCAS:
El Evangelio de San Lucas nos describe la Misión del Mesías. Este, el tercer Evangelio, nos muestra sobre todo la acción profética de Jesús, guiado por el Espíritu. Su misión salvadora lo hace ir especialmente al encuentro de los pobres y de los pecadores. San Lucas fue discípulo y colaborador de San Pablo. Parece haber recogido mucho material del Evangelio de Marcos, pero añadió, además, todas las fuentes de información que pudo reunir mayoritariamente orales y que los otros no tienen. Desde el prólogo nos dice que quiere escribir con orden y con documentación sólida y de primera mano (se sabe que conoció a Pedro en Antioquía y a Santiago en Jerusalén). Lucas es sinóptico, pero su Evangelio también guarda relación con el de Juan, que es el Evangelio espiritual. Lucas es el menos sinóptico de los Sinópticos y el que más se aproxima al Cuarto Evangelio (el de Juan) en sus concepciones. Lucas tiene de Mateo y Marcos, pero también de Juan. Es posible que haya podido utilizar algún escrito de Juan. Algunos piensan que los datos de la infancia de Jesús pudo haberlos recibido de Juan, pero podrían venir directamente de la Santísima Virgen María, como sostiene la vida novelada de San Lucas de Taylor Caldwell, titulada Médico de cuerpos y almas. San Lucas es el Evangelista que nos trae más detalles de la infancia de Jesús. Mateo escogió a San José como personaje central de la infancia de Jesús. Lucas escogió a la Santísima Virgen, pero la trata con gran discreción; él sabe bien que María conservaba en su corazón todos los hechos y dichos de su Hijo (Lc 2, 19 y 51). El Evangelio de San Lucas es el que más se aproxima a lo que pudiera ser una biografía de Jesús. Pero este Evangelio es sólo la primera parte de la obra de San Lucas, siendo la segunda el libro de los Hechos de los Apóstoles, en el que leemos el comienzo de la Iglesia. San Lucas es el único que establece un paralelismo entre los hechos del Evangelio y los datos históricos del momento: en los días de Herodes, Rey de Judea (Lc 1, 5); siendo Gobernador de Siria Quirino (Lc 2, 2); el año décimo quinto del imperio de Tiberio César (Lc 3, 1). El orden del Evangelio de Lucas es histórico y geográfico: primero la infancia, luego el ministerio en Galilea, luego el viaje de Galilea a Jerusalén y, por último, Jerusalén, teatro de la Muerte, Resurrección y Ascensión. El Evangelio de Lucas es una proclamación solemne de Cristo y de su mensaje de salvación. San Lucas es el único que usa el nombre de Salvador (Lc 1 47; 2, 11). La salvación es obra de la Misericordia; no viene del hombre, sino de Dios. El de Lucas es el Evangelio de la Misericordia y esto lo anuncia desde el Capítulo 1 (Lc 1, 49.55.68.78), sugiriendo que nosotros debemos imitar la misericordia del Padre. Mientras los otros se refieren a Jesús como Maestro, San Lucas es el único que usa el nombre de Señor (Kyrios). Al narrar la Resurrección, Lucas tiene sus puntos de vista distintos a Mateo y Marcos: introduce la aparición en el camino a Emaús que otros no narran. También la aparición a todo el grupo de los discípulos en la tarde del Domingo, escena que luego reproduce Juan y que falta en Mateo y Marcos. San Lucas, médico de profesión, es además teólogo e historiador. De todos los Evangelistas, Lucas es el mejor escritor. Escribió en griego, posiblemente en Grecia, después del año 70 u 80. Otros detalles acerca de San Lucas San Lucas es el único escritor del Nuevo Testamento que no es israelita. Era griego. Cuando un alumno le preguntó al Cardenal Mercier : "Por favor aconséjeme cuál es el mejor libro que se ha escrito acerca de Jesucristo", le respondió: "El mejor libro que se ha escrito acerca de Jesucristo se llama: El Evangelio de San Lucas". El poeta Dante le dio a San Lucas este apelativo: "el que describe la amabilidad de Cristo". Este Evangelio ha sido llamado "el evangelio de los pobres", porque allí aparece Jesús prefiriendo siempre a los pequeños, a los enfermos, a los pobres y a los pecadores arrepentidos. Es un Jesús que corre al encuentro de aquéllos para quienes la vida es más dura y angustiosa. Otro nombre que le han dado a su escrito es el "evangelio de los pecadores", porque presenta siempre a Jesús infinitamente comprensivo con éstos. San Lucas quiere insistir en que el amor de Dios no tiene límites ni rechaza a quien desea arrepentirse y cambiar de vida. También se ha llamado: "el evangelio de la oración", porque presenta a Jesús orando en todos los grandes momentos de su vida e insistiendo continuamente en la necesidad de orar siempre y de no cansarse de orar.
23. EVANGELIO DE SAN JUAN:
El Evangelio de San Juan es el Evangelio del Misterio de Cristo. San Juan también escribió en griego, en Éfeso cerca del año 100 dC o poquito después. Era el más joven de los Apóstoles y vivió muchos años. El Evangelio de San Juan es distinto de los otros tres. No escribió la enseñanza de la tradición, como habían hecho los sinópticos, sino más bien su catequesis personal, repetida y profundizada a lo largo de todos los años de su ministerio en Asia Menor. Usó un lenguaje contemplativo y simbólico, con el que expresa el misterio humano y divino de Jesús, que es el Cristo, el Hijo de Dios, que nos manifiesta y nos revela al Padre y que nos da vida. San Juan recibió la enseñanza directa de Jesús, pero también de la Virgen, ya que Jesús la encomendó a su cuidado desde la Cruz, por lo que vivió con él hasta su Dormición y Asunción al Cielo. El historiador Tertuliano habla de que en Roma San Juan padeció el martirio sin morir, cuando fue puesto en una caldera de aceite hirviente. Murió bien anciano, se cree que en el año 104. Si tenía unos 14 a 16 años durante la vida pública del Señor, pudo haber muerto a los 90 años aproximadamente. San Jerónimo dice que en su ancianidad San Juan no podía ir por su pie a las reuniones de los cristianos y los discípulos lo llevaban. El cuarto Evangelio es el más profundo y es distinto a los otros tres. Los lectores del Evangelio de San Juan ya conocían los otros tres. Así se explica por qué Juan no repite casi nada de los sinópticos y más bien agrega cosas que ésos no tienen. Cuando Juan narra algo que ya está en los otros, hay que preguntarse por qué. Por ejemplo, la primera Multiplicación de los Panes era necesaria como introducción al discurso sobre el Pan de Vida (Jn 6). En el Evangelio de San Juan algunos exégetas han descubierto un plan simbólico subyacente: el Éxodo domina el escrito. Juan seguiría paso a paso el libro del Éxodo y demostraría que Jesús es el nuevo Moisés que ha venido a realizar la definitiva redención de Israel. Otros piensan que no hay un plan orgánico y consideran el Evangelio de San Juan como una colección de episodios, que ilustran diversos aspectos de la vida cristiana. Sin embargo sí se observa una división del libro en dos partes:
El Prólogo (Jn 1, 1-18) es una síntesis maravillosa y bellísima de Jesús como Mesías e Hijo de Dios y autor de la vida sobrenatural. Es tal vez el trozo más bello y profundo de toda la Biblia. Juan presenta a Jesús como Cordero de Dios. Este es el tema soteriológico (de salvación) por excelencia. Jesús es el verdadero Cordero que quita el pecado del mundo (Jn 1, 29). Juan escribe para los que ya creen y conocen a Jesús. Escribe para que aumente la fe, la vida en Cristo y la unión con El. Por eso San Clemente de Alejandría lo ha llamado “Evangelio espiritual”. Juan nos quiere dar lo más profundo de Jesús. Se puede llamar “espiritual” porque nos revela a Cristo como Espíritu que da la vida (Jn 6, 63) 24. ¿Qué son los Evangelios Apócrifos? Fueron documentos que aparecieron más tarde con la pretensión de completar o imitar a los cuatro Evangelios, pero la Iglesia no los reconoció, pues no eran de inspiración divina. Estos reciben el nombre de “apócrifos” (escondidos o apartados). Se les dio el nombre de Evangelios por su aspecto, similar al de los cuatro Evangelios admitidos en el canon del Nuevo Testamento. Sin embargo, muchos de ellos no tienen el estilo propio de un "Evangelio", ya que no anuncian la "Buena Noticia" (esto es lo que significa etimológicamente Evangelio). Algunos autores, conociendo signos extraordinarios realizados por Jesús, redactaron otros escritos presentando hechos que superaban en espectacularidad a los verdaderos Evangelios. En los Evangelios apócrifos, se pueden encontrar relatos resultantes de la mera fantasía (Jesús realiza milagros numerosos y extravagantes), doctrinas diferentes de las transmitidas en los Evangelios canónicos y enseñanzas misteriosas reservadas a unos pocos. Hay que tener en cuenta que lo que las Biblias protestantes llaman apócrifos son los libros del Antiguo Testamento que la Iglesia llama “deuterocanónicos”, aquéllos que aparecen de últimos en el canon del Antiguo Testamento.
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