Cuando salió el Evangelio de San Mateo fue conocido por los judíos de la segunda mitad del Siglo I, el impacto causado tiene que haber sido inmenso. ¿Por qué? Porque a sólo unos 30-40 años después de la muerte de Jesucristo, Mateo demuestra desde el primer capítulo de su entrega y a lo largo de todo su escrito, que Jesús es Rey, porque Jesús es descendiente de David. David había sido rey 1000 años antes del nacimiento de Jesús, pero se sabía que el Mesías vendría de la Casa de David. Desde el primer versículo San Mateo muestra que Jesús es el hijo de David, es decir, el Mesías esperado: Libro de los orígenes de Jesucristo, hijo de David e hijo de Abrahán. 2. ¿Qué más nos dice en el Capítulo 1? El Capítulo 1 del Evangelio de San Mateo es la genealogía de Jesucristo: una enumeración que pareciera tediosa y casi innecesaria para nosotros. Pero es de suma importancia, aún hoy en día. En esa genealogía San Mateo trata de demostrar que Jesús efectivamente viene de la línea de David. La genealogía desde Abraham hasta David era conocida por todo el mundo, pues está en el Antiguo Testamento. Pero la gran noticia comienza en Mt. 1, 12, en que nos da la genealogía desde David hasta el Exilio en Babilonia. La línea de David fue mantenida en secreto después de Jeconías, Salatiel y Zorobabel. Los judíos sabían de Zorobabel, pero no sabían que había tenido descendencia. 3. ¿Por qué no se conocía esa genealogía? Porque había permanecido en secreto. Al regreso del Exilio en Babilonia, los judíos estaban sometidos al Imperio Persa. Si eran vasallos, los judíos no podían tener su propio Rey. Algunos creen que Zorobabel pudo haber muerto de manera violenta. Por eso los descendientes de David debían permanecer en la clandestinidad. Porque los judíos no podían tener un rey, Herodes manda a matar a todos los niños: para eliminar al Rey judío, uno de la Casa de David que vuelve a aparecer, cuando se creía que estaba eliminada la dinastía davídica. (Mt. 2, 1-3). San José, entonces, a pesar de ser carpintero, es el Rey de la Casa de David. 4. ¿Tiene alguna organización la genealogía de Jesús en San Mateo? Lo dice San Mateo: De modo que fueron catorce las generaciones desde Abrahán a David; otras catorce desde David hasta la deportación a Babilonia, y catorce más desde esta deportación hasta el nacimiento de Cristo. De Abraham a David 14 generaciones De David Del Exilio en Babilonia
Efectivamente las generaciones desde Abraham hasta David son 14 según el Antiguo Testamento. Pero, además el número 14 tiene un simbolismo muy significativo: el nombre de David, se escribe DWD en hebreo. El significado numérico de esas tres consonantes es 4+6+4 = 14. Entonces David = 14. Mateo, entonces, se esmera en comunicarnos el siguiente significado en la genealogía que nos presenta organizada en 3 sets de 14 generaciones cada uno: 14 = David (Realeza) x 3 (perfección) = Jesús es el Gran Rey de la Dinastía Davídica, El es el Rey de Reyes. San Mateo no está comenzando una historia nueva, sino que muestra que Jesús es el clímax de la Historia de Israel. Cuadro de la genealogía de Jesús ¿Por qué el número 3? La división sistemática de la genealogía en tres series obedece a la división natural de la historia del Pueblo de Israel en tres períodos: desde Abraham hasta David, de David hasta la deportación a Babilonia, de Babilonia hasta la venida del Mesías. Pero, además, el significado numérico: Por eso los Ángeles cantan Santo, Santo, Santo (Is 6, 1 y Ap 4, 8). Significa que Dios es la Santidad Absoluta. Nótese también esto: 14 generaciones x 3 es equivalente a 7 generaciones x 6 Jesús da inicio a un nuevo set de siete, a un 7º set de siete. 7 x 7 = algo nuevo, una nueva creación. Jesús va a iniciar algo nuevo y dramático, que ya anunciaba el Profeta Isaías: Pues Yo voy a realizar una cosa nueva, que ya aparece. ¿No la notan? Sí, trazaré una ruta en las soledades y pondré praderas en el desierto. (Is. 43, 19) 6. ¿Qué otro Evangelista nos presenta la genealogía de Jesús? San Lucas nos presenta también una genealogía de Jesús. Lo hace después del Bautismo del Señor en el Jordán y la comienza así: Lc 3: Y terminando así: 37. hijo de Matusalén, hijo de Henoc, hijo de Jared, hijo de Malaleel, hijo de Cainam, O sea que San Lucas no comienza la genealogía desde Abraham, sino que la comienza al revés: desde San José. Y, además, la lleva más allá de Abraham: la lleva hasta el comienzo, hasta Adán. Mientras San Mateo quiere mostrar que Jesús es Rey de los Judíos, convenciéndolos que es descendiente de David y heredero de su Trono, San Lucas nos quiere indicar que Jesús es el Salvador, no sólo de los Judíos, sino de toda la humanidad. 7. ¿Son exactas ambas genealogías? 1º. El padre de San José. San Mateo nos dice que el padre de José se llamaba Jacob. En cambio San Lucas nos dice que se llamaba Helí. (???) La explicación muy antigua a esta discrepancia radica en la Ley del Levirato (Dt. 25, 5-6), según la cual si dos hermanos viven juntos y uno de ellos casado muere sin dejar descendencia, el otro hermano debe casarse con la viuda, y el primogénito de este matrimonio deberá considerarse como hijo del hermano difunto. Según esto, Helí se casó y murió sin hijos; su hermano Jacob tomó por esposa a la viuda y el hijo de este matrimonio, San José, era legalmente también hijo de Helí. Es decir, Mateo se refiere al padre carnal y San Lucas al padre legal. 2º. La intención de San Mateo es calzar las generaciones de Jesús en 3 sets de 14 generaciones, dejando notables lagunas que son comprobables en el Antiguo Testamento. Así, por ejemplo, entre Joram y Ocías (Mt 1, 8) omite los nombres de Ococías, Joás y Amasías. Josías (Mt. 1, 11) aparece como el padre de Jeconías, aunque es en realidad su abuelo (cf 1 Cr 1, 34; 2, 1-15; 3, 1-19; Rut 4, 18-22). (ver Tabla de los Reyes). Así que la palabra engendró en la Genealogía de Jesús que nos presenta San Mateo, no significa siempre una generación inmediata, sino a veces mediata. 8. ¿Por qué si José no es el padre carnal de Jesús aparece en la genealogía? Ambos San Mateo y San Lucas enseñan expresamente que Jesús no procede carnalmente de José. Sin embargo, nos dan su genealogía por él y no por María, porque ésta era la costumbre entre los hebreos. Para ellos la paternidad legal era tan importante como la carnal y confería los mismos derechos hereditarios. Y la Santísima Virgen María, aunque los Evangelistas no lo digan expresamente, también era descendiente de David. Desde la genealogía (Mt. 1,16), ya San Mateo coloca juntos a Jesús, María y José, o sea que ya nos presenta a la Sagrada Familia. 9. San Mateo comienza su Evangelio con la noticia bomba de la Genealogía de Jesús como heredero del Trono de David, es decir, como el Mesías esperado. ¿Cómo lo comienzan los otros dos sinópticos: San Marcos y San Lucas? San Marcos anuncia sin titubeos y abreviadamente –como es su Evangelio- que Jesucristo es Hijo de Dios: Principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios (Mc 1, 1). Marcos nos declara claramente: que Jesús es Dios. San Lucas comienza así: Lc 1: San Lucas habla de que otros han ordenado una narración de las cosas que han sucedido (posiblemente se refiere a San Mateo y San Marcos) y nos informa que antes de escribir su Evangelio, ha preguntado a los testigos que aún vivían lo que sabían de primera mano, para dar un recuento ordenado de las cosas que han sucedido relacionadas, por supuesto, con la vida de Jesús. 10. Y San Juan, que fue el último en escribir su Evangelio, ¿cómo lo comienza? San Juan nos da en el comienzo de su Evangelio un tratado teológico y espiritual, que es tal vez la pieza más bella de toda la Sagrada Escritura. En el Rito Tridentino (el ahora llamado Rito Extra-ordinario) todas las Misas terminan con lo que se denominaba “Ultimo Evangelio”, que es la lectura del comienzo del Evangelio de San Juan (Jn 1, 1-14) Jn 1: 11. Análisis del comienzo del Evangelio de San Juan por versículos: 1. En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Nos habla de la eternidad del Verbo, la Palabra, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Nos asegura su divinidad. Nos comenta su participación en la obra de la creación. Al decir que todo se hizo por El y sin El no se hizo nada, San Juan nos está hablando de la “pericóresis” o “circumincesión” de la Santísima Trinidad: donde está uno, están los otros dos. En el caso de la Creación, también estaba el Hijo, el Verbo, la Palabra. Y sabemos por Gn 1, 2b que también estaba el Espíritu Santo aleteando sobre las aguas. “A causa de esta unidad, el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está todo en el Padre; todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo.” (CIC #255). 4. En El estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, El Hijo es la Vida y da esa Vida a los hombres. Las tinieblas vienen del Maligno y es el mundo de aquéllos que no aceptan recibir la Luz. 6. Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Referencia a San Juan Bautista, el Precursor, el que iba a anunciar la llegada del Mesías. Tal como sucedió, pudieran algunos creer que el Bautista era la Luz, pero no lo era: sólo debía dar testimonio de la Luz. 10. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por El, y el mundo no lo conoció. El desprecio de parte de los hombres. Hizo todo para nosotros y vino a nuestra tierra, pero algunos no lo aceptaron. 12. pero a todos los que lo recibieron les dio capacidad para ser hijos de Dios. Al creer en su Nombre Pero a los que lo aceptaron les dio la posibilidad y la capacidad de llegar a ser hijos de Dios. Y al creer en El, nacemos a la Vida de Dios, a la vida de Gracia. 14. Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Y vino a vivir entre nosotros. Y hemos visto su gloria. En el desierto Dios manifestaba su gloria como nube sobre la tienda del encuentro. Ahora es Jesucristo quien pone su tienda entre nosotros. Moisés no podía ver el rostro de Dios, pero ahora el Hijo manifiesta al Padre. Hemos contemplado su gloria, que es la misma gloria del Padre. Resumiendo: San Juan comienza su Evangelio anunciando que Jesús es el Hijo de Dios que se ha hecho Hombre. Como Hijo de Dios, como Verbo, como Palabra de Dios, es eterno igual que el Padre y con El ha creado el universo. Al hacerse Hombre, anunciado por Juan Bautista, trae al mundo la Luz de la Verdad de Dios. Y a todo el que lo acepta le da la gracia de llegar a ser hijo de Dios también. 12. LA ANUNCIACION DEL HIJO DE DIOS: Jesús fue anunciado por San Juan Bautista, su primo y precursor, antes de comenzar su vida pública. Pero mucho antes, previo a su nacimiento, fue anunciado a su Madre, la Santísima Virgen María, y también algo después a San José. San Mateo sólo nos dice que María, su madre, estaba comprometida con José; pero antes de que vivieran juntos, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. (Mt. 1, 18) Pero San Lucas, que es el Evangelista que nos da los detalles de la infancia de Jesús, nos cuenta cómo fue la Anunciación a la Santísima Virgen y cómo quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. En el Capítulo 1 de su Evangelio, San Lucas viene narrando la concepción (6 meses antes) de San Juan Bautista, el Precursor, el que debía preparar el camino del Mesías. Por eso comienza el relato de la Anunciación de Jesús con este dato en cuanto al tiempo: al sexto mes. Se refiere San Lucas al sexto mes de la concepción de San Juan Bautista. Lc 1: 13. ¿Qué significa que una joven virgen que se llamaba María estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David? El matrimonio entre los judíos se realizaba en dos ceremonias separadas. La primera ceremonia eran los esponsales (lo que la Biblia Latinoamericana traduce como estaba comprometida). En esa ceremonia participaban testigos y era el contrato oficial de matrimonio. Desde ese momento los dos jóvenes estaban ya verdaderamente casados, aunque aún no les estaba permitido vivir juntos. Desposorio de la SSma. Virgen y San José La segunda ceremonia era la “fiesta del matrimonio”, la cual tenía lugar normalmente un año más tarde. Se celebraba con un ceremonial festivo, asistían parientes y amigos (como las Bodas de Caná), un banquete, vino, etc. Únicamente después de esta segunda celebración podían gozar del pleno uso del matrimonio. El problema para la Santísima Virgen y la impresión para San José fue que la Anunciación y el consecuente embarazo de María por obra del Espíritu Santo tuvo lugar después de la primera ceremonia. Nótese el cuidado de Mateo de informar que era José, de la familia de David. Esto lo hace para remarcar que San José era del linaje de donde podía nacer el Mesías, que sería el heredero del Trono de David. 14. ¿Qué sabemos de San José en estos momentos? San Mateo nos pone a San José como personaje central de su Evangelio en esta etapa previa al nacimiento de Jesús. El nos relata el sueño de San José: Mt 1: Ya Isaías había anunciado que una virgen daría a luz en Is. 7, 14 (!!!): El Señor, pues, les dará esta señal: La joven está embarazada y da a luz un varón a quien le pone el nombre de Emmanuel, es decir: Dios-con-nosotros. (Is 7, 14) Para el momento del anuncio de esta profecía, Ajaz es el Rey de la dinastía davídica a quien van a invadir, y si muere, se acaba la dinastía de David. Pero Ajaz olvida la promesa de Yavé a David a través del Profeta Natán: Así dice Yavé: «Cuando se hayan acabado tus días y vayas a descansar con tus padres, Yo pondré en el trono a tu hijo, fruto de tus entrañas, y afirmaré su poder. El me construirá una casa y Yo afirmaré su poder para siempre. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Si hace el mal, Yo lo corregiré y le pegaré como se hace con los niños, pero lo seguiré queriendo. No lo trataré como a Saúl, a quien eliminé delante de ti. Tu descendencia y tu reino estarán presentes ante mí. Tu trono estará firme hasta la eternidad.» (2 Sam 7, 12-16 ) Y Dios le da a Ajaz una señal inequívoca de que la línea de David, a pesar de la opresión y la invasión -y hasta del pecado- no será destruida: una virgen concebirá y dará a luz al Emanuel, Dios con nosotros (Is. 7, 14). Veamos también Is. 11, 1: Una rama saldrá del tronco de Jesé, un brote surgirá de sus raíces. Se da a entender que el tronco de Jesé, parecerá cortado (como esos troncos talados que sólo tienen raíz), que la dinastía de David parecerá que va a quedar eliminada. Pero de ese tronco cortado saldrá una rama. La buena noticia del Evangelio de San Mateo es que, aunque la línea de David parecía cortada, hay una rama del tronco de Jesé y un retoño que brotará. Sobre El estará el Espíritu de Dios y … aquel día la raíz de Jesé se levantará como una bandera para las naciones, los pueblos irán en su busca y su casa se hará famosa. (Is. 11, 1-2 y 10) ¿Quién es Jesé? Jesé es el padre del Rey David. Ese es el tronco. ¿Quién será la rama del tronco de Jesé? La rama del tronco de Jesé que brota al llegar la plenitud de los tiempos es San José!!! Así que cuando San José recibe el anuncio del Ángel en sueño, al despertar, recuerda la profecía de Isaías (Is. 7, 14): una virgen concebirá y dará luz a un Hijo. Como buen judío y descendiente del linaje de David, San José recordó esta profecía tan importante, y entonces se da cuenta que se está cumpliendo la profecía sobre la Casa de David dada por Isaías al Rey Ajab. Se le calman todos sus temores a San José, se le quitan todas las ideas de despedir a la Virgen en secreto para no difamarla, y no duda de recibir a María como su esposa. En un sueño de una noche todo cobra sentido para San José. Además se le reconoce como padre legal del Niño al decirle el Ángel: tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús. El padre es quien ponía el nombre al hijo al nacer. 15. Volvamos a la escena de la Anunciación a María. Meditemos por un momento la misión del Arcángel Gabriel. Gabriel ha vivido desde que fue creado contemplando la gloria de Dios en el Cielo. Dios le encomienda la misión de anunciar la Encarnación del Verbo de Dios. Y lo envía a un Planeta del Sistema Solar, no al más grande, sino a uno de los más pequeños: a la Tierra. En ese tiempo en la tierra el poder mundial es Roma, pero no lo manda a la capital del Imperio Romano, sino a Palestina, pero tampoco a Jerusalén, la capital de Judá, sino a un pueblito llamado Nazaret. Y tiene la misión de ir a donde una jovencita virgen llamada María. Y a esa joven virgen debe darle el anuncio de que Dios, a Quien Gabriel adora y sirve, y cuya gloria infinita conoce de sobra, va a encarnarse en el vientre virginal de esa jovencita. ¿Quién es esta creatura en la cual el Dios Infinito y Todopoderoso se va a encarnar? Es María, a quien Dios ha escogido de toda la eternidad para ser su Madre. Y para ello la ha preparado. La preparó creándola sin el Pecado Original, con el cual todos somos concebidos. Por eso el Ángel la saluda como llena de gracia. Y por eso María quedó muy conmovida al oír estas palabras, y se preguntaba qué significaría tal saludo. En este saludo la Iglesia observa que María fue concebida sin Pecado Original y ha declarado el Dogma de la Inmaculada Concepción de María: si estaba llena de gracia, plena de Dios, no podía haber pecado alguno en ella, ni siquiera el Pecado Original.(ver CIC #490-491) En el saludo también le decía: «el Señor está contigo.» Cuando Dios dice estas palabras significa que está encomendando una misión muy importante. Así mismo le dijo Dios a Moisés cuando le encomendó el sacar a su Pueblo de Egipto. Y así le dijo a algunos a lo largo de la historia del Pueblo de Israel, cuando les ha encomendado una misión. ¿Qué significado realmente tiene la pregunta de María? «¿Cómo puede ser eso, si yo soy virgen?» Significa que María tenía voto de virginidad. Puede esgrimirse como una prueba bíblica de la virginidad de María. Veamos: hay que ponerse en el momento en que sucede la Anunciación. Hemos dicho que tuvo lugar entre la ceremonia de esponsales y la fiesta nupcial de San José y la Virgen. Si María hubiera tenido intenciones de tener relaciones con José unos meses después, no tendría por qué hacer esta pregunta, porque hubiera podido entender que al comenzar a vivir con José, concebiría a ese hijo que el Ángel le ha anunciado. Pero como María preguntó cómo sucedería la Encarnación siendo virgen, era porque tenía decidido seguir siendo virgen. 16. ¿Qué recuerdan estas palabras del Ángel Gabriel: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios.»? Así como la nube cubría el Arca de la Alianza, así la sombra del Espíritu Santo cubrirá a María y la haría concebir al Hijo de Dios. Por eso María es llamada con toda razón “Esposa del Espíritu Santo”. 17. ¿Qué virtudes podemos imitar de la Santísima Virgen María en la Anunciación? 1. María creyó que lo aparentemente imposible se realizaría en ella. La fe de la Santísima Virgen es digna de nuestra imitación: cree por encima de toda apariencia, cree sin dudar, cree porque Dios, a través de su enviado el Arcángel Gabriel, le anuncia el hecho insólito de que sería la Madre de Dios, pues El mismo se encarnaría en su seno. Y que concebiría prescindiendo de las leyes naturales para la procreación establecidas por Dios mismo. Cree sin dudar las palabras de San Gabriel Arcángel: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el Poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso tu Hijo será Santo y con razón lo llamarán Hijo de Dios” (Lc. 1, 35). 2. María fue humilde y dócil. “He aquí la esclava del Señor”, le responde al Arcángel San Gabriel al final de la Anunciación. Ya ha sido constituida nada menos que “Madre de Dios” y se reconoce a sí misma “esclava del Señor” para que se haga en ella todo lo que El desee. Estas actitudes de María Santísima permitieron a Dios realizar ese milagro de Su Amor por la humanidad: el de bajarse de su condición divina -sin perderla- para hacerse uno como nosotros en todo menos en el pecado, humanándose en el seno de la Virgen María. Ver : Más información bíblico-teológica sobre más : Padre Jordi Rivero y Cesar Granda: 18. Significado de los diferentes nombres del Mesías Contestó el ángel: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios. (Lc 1, 35) Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo. Tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados». (Mt 1, 20-21) Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa: Dios-con-nosotros. (Mt 1, 22-23)
1- Relato místico de La Encarnación 2-Relato Mistico de María en el Templo y Nacimiento de Jesús en Belén
Muy pronto después de la Anunciación, la Santísima Virgen María, partió sin demora a visitar a su prima Isabel. El Ángel Gabriel le había dado noticias de su embarazo, a pesar de su esterilidad y su avanzada edad. La Virgen partió hacia el pueblo donde vivían Zacarías e Isabel, padres de San Juan Bautista, por un trayecto de montaña a algo más de 100 kilómetros de distancia de Nazaret, pero muy cercano a Jerusalén. El pueblo Ein Kerem o Ain Kairim (Fuente de Karim) está en la zona montañosa de Judea y es hoy en día un suburbio al oeste de Jerusalén. Lc 1: 20. ¿Qué significación tiene esta visita de la Santísima Virgen a Isabel? La Santísima Virgen María se convierte en el primer tabernáculo, nos dijo Juan Pablo II en su Encíclica sobre el Rosario. Y María es un tabernáculo viviente, pues ella lleva al Hijo de Dios e Hijo suyo en su vientre. La Virgen María va a servir a Isabel. Y ¿cuál es el mayor servicio que le presta? El llevar a su Hijo a la casa de Isabel, para preparar a San Juan Bautista, el Precursor del Mesías para su misión. En el servicio, María lleva a Dios, es portadora de Dios. Cuando sirvamos, debemos ser portadores de Dios, no portadores de nosotros mismos. En el servicio debemos revelar a Dios, no revelarnos nosotros mismos. 21. ¿Qué detalle nos da la Escritura sobre Santa Isabel en ese momento en que la Santísima Virgen llega a su casa? Que Santa Isabel se llenó del Espíritu Santo. 22. Y ¿qué cosas dice Isabel, llena del Espíritu Santo? Dice cosas muy importantes: El Espíritu Santo le comunica a Isabel que María está embarazada, pero –además- que el fruto de su vientre es bendito. Y se da cuenta que María es la Madre del Mesías de Israel. Por eso la aclama como bendita entre las mujeres. Por eso la declara Madre del Señor. Isabel reconoce que al ser Madre del Señor, María será la Reina Madre en el Reino de su Hijo, de acuerdo a lo que se conoce como norma en el Reino de Israel. Isabel también reconoce que María será bendita entre las mujeres, porque ella será un instrumento en manos de Dios para salvar a la humanidad. Ella lleva en su seno a Aquél que anunciaba Dios en Génesis 3, 15, que aplastará la cabeza de la serpiente. Pero, además, testifica la Divinidad de Jesús, pues en ese momento en que el Espíritu Santo la llena y ella habla bajo su inspiración, está diciendo que María es la Madre de Dios, porque Ése a quien Isabel reconoce como su Señor, es Dios. 23. ¿Cómo puede ser un ser humano Madre de Dios? La Santísima Virgen María es Madre de Dios porque su Hijo, Jesucristo, no sólo es Hombre, sino también Dios. No podía María, por supuesto, engendrar la divinidad de su Hijo, que como Dios es eterno, pero sin duda es Madre de Jesucristo que es Dios. Luego, es Madre de Dios. Igual que las madres no generan el alma de sus hijos, lo cual es creación directa de Dios en cada concepción de un ser humano, y son madres de la persona completa, cuerpo y alma. Igual la Virgen no generó la divinidad de Jesús, pero como Jesús es Hombre y es Dios, María es Madre de Dios. Esto es lo que reconoció Santa Isabel cuando,“llena del Espíritu Santo” ante la presencia de María, exclamó: ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor?”? (Lc. 1, 41-43). 24. ¿Qué aplicación a nuestra vida espiritual tienen las palabras de Santa Isabel ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor?” Si Santa Isabel siente que no merece ser visitada por la Madre de Dios y por su Hijo que lleva en su vientre, cuánto menos nosotros merecemos recibir a Dios mismo en la Sagrada Comunión. ¡Qué privilegio tan inmerecido! Debiéramos poder repetir con Santa Isabel: ¡quién soy yo para que venga a visitarme el Señor! Y sentir de veras: “Señor, no soy digno(a)”. 25. ¿Por qué San Juan Bautista salta de gozo en el vientre de su madre? Porque San Juan Bautista reconoce la presencia del Mesías en el vientre de María y también él recibe el Espíritu Santo. Por eso Jesús dirá luego de él que de entre los hijos de mujer no se ha manifestado uno más grande que Juan Bautista (Mt 11, 11). Significa que, si bien San Juan Bautista fue concebido con el Pecado Original, habiendo recibido el Espíritu Santo antes de nacer, nació sin ese pecado. 26. ¿Cómo responde la Virgen al saludo y las palabras de Isabel? La Virgen responde con una oración de alabanza al Todopoderoso, en la cual refiere toda la gloria a Dios, que llamamos el Magnificat, pues ésa es la primera palabra que María pronuncia. Ella sabe que es la Madre de Dios, pero se da cuenta de su bajeza. Ella no es una maravilla por haber sido escogida como Madre de Dios: es que Dios ha hecho maravillas en ella. Tampoco es el Magnificat un canto de liberación de los oprimidos sociales, como lo ha querido mostrar la censurada Teología de la Liberación. Cuando habla de los soberbios y de los ricos, se refiere a los que creen no necesitar de Dios. Cuando menciona a los humildes y a los pobres, se refiere a los que se saben nada sin Dios. 27. ¿Cómo se cumple en el mundo la profecía de la Santísima Virgen desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada? (Lc 1, 48) Esta profecía se cumple en la Iglesia Católica, donde veneramos a la Santísima Virgen María de muchas maneras y donde le reconocemos su altísima dignidad y la honramos en sus fiestas y con muchas devociones, sobre todo con el Rosario. Nuestra veneración y aprecio a la Madre de Dios no es un invento católico, sino una costumbre bien enraizada en la Sagrada Escritura. 28. ¿A qué se debe la exultación y gozo de María en este canto? Ciertamente hay una alegría personal suya, pero más que todo María exulta porque Dios ha dado a Israel el Mesías por tanto tiempo esperado. El Mesías es ese bebé que ella lleva en su seno. 29. EL NACIMIENTO DEL NIÑO JESUS EN BELEN: Lc 2: 30. ¿Por qué Lucas hace tanto hincapié en el Censo (lo menciona 4 veces en este breve texto)? Lucas quiere destacar el control de Roma sobre Israel y el resto del mundo. Por un simple decreto, todo el país tiene que movilizarse y salir de donde están viviendo. La idea del Censo es tener a todas las personas inscritas para poder regularizar el cobro de los impuestos. José y María que viven en Nazaret (Galilea) tienen que viajar más de 100 kilómetros para llegar a la Ciudad de David, Belén. Al destacar esta movilización de los padres de Jesús, lo que más quiere destacar San Lucas es que no es César quien controla los eventos mundiales, sino que es Dios el que está al mando de la situación. Lucas quiere mostrar cómo la Providencia Divina utiliza este decreto sorpresivo del César para que se cumpla el decreto previo de Dios: el Mesías ha de nacer en Belén, la ciudad de David. Ya lo había anunciado el Profeta Miqueas: Pero tú, Belén Efrata, aunque eres la más pequeña entre todos los pueblos de Judá, tú me darás a aquel que debe gobernar a Israel. (Miq 5, 1) El Rey David nació en Belén y el Rey de Reyes también va a nacer en Belén. Jesús nace para ser Rey de la Casa de David. Y para más detalle: Belén significa “Casa de Pan”. Jesús será el Pan de Vida que nos sirve de alimento para nuestra vida espiritual. 31. ¿Qué otra cosa destaca San Lucas de San José en esos versículos? Un detalle que está entre líneas y suele pasar inadvertido: que José era descendiente de David. José sería carpintero de oficio, pero era de linaje real: era rey. José subió a Judea, a la ciudad de David, llamada Belén, porque era descendiente de David. (Lc 2, 4) El que José sea descendiente de David es de suma importancia, porque el Mesías debía venir de la Casa de David. San Lucas remarca lo más importante que Jesús hereda de San José, su padre adoptivo: su linaje davídico. Y no importa que fuera sólo hijo adoptivo, porque todos los derechos se heredaban por adopción. 32. ¿Dónde tiene lugar el nacimiento de Jesús? Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto, y dio a luz a su Hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa. (Lc 1, 6-7) Ningún Evangelista nos habla de una cueva, sino que no había sitio para ellos en donde se hospedaba la gente, por lo que el Niño Jesús fue puesto sobre un pesebre, que es un dispositivo donde se pone la comida para que coman los animales. Por este detalle se cree que nació en una cueva de las que solían servir de refugio para dormir los campesinos con sus animales. Plano de la cueva donde nació Jesús Es una tradición del siglo 2 que sostiene y así ha venido a nosotros que Jesús nació en una cueva en las afueras de Belén. En una de esas cuevas fue construida por Constantino la Basílica de la Natividad y está marcado con una estrella de plata el sitio exacto donde nació Jesús, el Redentor del mundo. Estrella de plata del sitio donde nació Jesús Pero, pensándolo bien: el milagro del nacimiento del Dios-Hombre debe haber sido algo muy impactante, que requería mucha privacidad y reserva. Una cueva solitaria, con la mula y el buey como únicos testigos, era mucho más apropiado que el compartir habitación con muchos viajeros alojados en salas comunes. Así, el nacimiento del Mesías no fue notado por la mayoría de las personas por las que El vino al mundo. Sin embargo, se veía que sus orígenes humildes anunciaban ya su muerte humillante. No es casual que San Lucas use este paralelismo: Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre (Lc 2, 7) Lo envolvió en una sábana y lo depositó en un sepulcro(Lc 23, 53) Relato místico del Nacimiento de Jesús 33. ¿A quiénes fue anunciado el nacimiento del Mesías? Lc 2: En otros anuncios de nacimiento hechos por los Ángeles, la noticia es dada a los padres del niño. Pero cuando el Ángel del Señor anuncia el nacimiento del Mesías en Belén lo hace a unos pastores que están en los campos. (Por cierto, en los mismos campos donde posiblemente David pastoreaba sus ovejas antes de ser rey, pues David era de Belén). Y esos pastores no tienen ninguna relación familiar con el recién nacido. Es más, son gente totalmente extraña a la familia. 34. ¿Qué significación tiene este anuncio? Esta proclamación pública de un evento tan reservado como el nacimiento de Jesús en la cueva de Belén indica que el Niño que ha nacido tiene una misión universal. La alegría del nacimiento de Jesús no es sólo para sus padres, sino para todo el mundo, como bien lo anuncia el Ángel. 35. ¿Cómo se sentirían estos pastores al recibir tal anuncio? El Evangelio nos dice que la gloria del Señor los rodeó de claridad. Y quedaron muy asustados. (Lc 2, 9). Ya sabemos lo que es la gloria del Señor. Es la manifestación de su presencia, como sucedía sobre el Arca de la Alianza o cuando se inauguró el Templo de Salomón. Ahora la gloria del Señor los rodeó de claridad en medio de la noche oscura. Y el Ángel les da un mensaje intimidante: ¡Ha nacido el Mesías! Hoy, en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el Señor. Y luego el Ángel que les da esta noticia (suponemos que es Gabriel, el anunciador) es acompañado por una multitud de seres celestiales que aparecieron junto al ángel, y alababan a Dios con estas palabras: «Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia.» ¡Cómo no iban a estar asustados! La gloria de Dios abruma, extasía, intimida. Así estaban estos humildes pastores. 36. ¿Qué hacen los pastores? Lc 2: 37. ¿Cómo responden los pastores y cómo podemos imitarlos? Responden con fe, creyendo todo lo que se les ha dicho y manifestado. Pero lo más importante es que fueron apresuradamente. Respondieron igual que María cuando fue a visitar a Santa Isabel: sin demora. Así debe ser nuestra respuesta a las gracias que Dios nos está enviando constantemente: sin demora y sin titubeos, ni dudas, creyendo lo que El nos ha dicho. Respondiendo así podemos irnos asemejando más a Jesús para un día vivir eternamente en su presencia en el Cielo. 38. ¿Qué significa que María, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los volvía a meditar en su interior? La Virgen meditada todas estas cosas y las comparaba con lo que conocía de las profecías sobre el Mesías, con lo que el Ángel Gabriel le había dicho a ella. Y así iba descubriendo las maravillas del Niño nacido de ella que era el Hijo de Dios. 39. ¿A quiénes más les fue manifestado el nacimiento del Rey de los Judíos? Mt 2: 40. ¿Qué significación tiene el que los Reyes Magos, que no pertenecían al pueblo judío, supieran del nacimiento del Mesías? Jesús ha nacido para redimir a toda la humanidad, a los judíos y también a los gentiles, como eran estos reyes. No sólo se reveló a los pastores judíos, sino a los reyes gentiles. 41. ¿Qué destacar de los Reyes Magos? Ellos eran reyes de sus países y sabios, pues eran astrónomos. Dios les reveló el misterio del Dios hecho Hombre. Respondieron sin dudar y con tenacidad hasta llegar al sitio donde estaba el Rey de Reyes. Y al verlo se arrodillaron y le adoraron. Ellos eran reyes pero adoraron al Rey de Reyes. Ellos eran reyes y sabios, pero eran humildes y pudieron reconocer a Jesús, Rey de los Judíos, que no era un rey como los demás, sino que era Dios mismo. Por eso la fiesta de los Reyes Magos se llama “Epifanía”, que significa “manifestación”: Dios se manifiesta a los gentiles también. 42. ¿Por qué le regalaron incienso, oro y mirra? El incienso era usado sólo para el culto a Dios. Al llevarle incienso reconocían que ese Niño era Dios. Con el oro lo reconocían como rey. Y con la mirra reconocían la naturaleza humana de Jesús, pues la mirra se usaba para la sepultura. Así que ofrecieron oro al Rey, incienso a Dios y mirra al Hombre. Relato místico: La visita de los Reyes Magos 43. ¿Por qué sobre la visita de los Reyes Magos no se le anunció a los Escribas y Fariseos, a los Doctores de la Ley el nacimiento del Mesías? ¿Llegaron a saberlo? ¿Por qué sería el primer anuncio del Evangelio (de la Buena Noticia) a los Pastores? Porque los “sabios” no lo hubieran creído, como de hecho no lo creyeron al saberlo. Los Pastores, que sí eran humildes, respondieron enseguida al anuncio que recibieron. Las autoridades religiosas sí conocieron del nacimiento del Mesías. Lo supieron por los Reyes Magos. Estos, después de averiguar en Jerusalén dónde habría nacido el Rey de los Judíos, fueron solos a Belén: ninguno de las autoridades civiles o religiosas los acompañaron. La visita de los Reyes Magos al Mesías también lo supo todo Jerusalén. Lo sorprendente es que no nos dice el Evangelio que alguno de los jefes o algún habitante de Jerusalén hubiera ido a presentar sus respetos al Mesías. (!!!) Uno podía imaginar que, ante el aspaviento de los Reyes Magos, con sus caravanas de camellos, dromedarios y sirvientes, Jerusalén entero hubiera ido con los Reyes Magos o tal vez después, a ver al Rey de Reyes, pero no fue así. El Mesías siguió pasando inadvertido. La actitud de los Jefes de los Sacerdotes y de los Escribas es inconcebible. Conocían las profecías sobre el Mesías, señalaron a los Reyes Magos dónde lo podían encontrar, pero ellos no se movieron a buscarlo. Lo insólito es que sí se movieran a buscarlo 33 años más tarde y lo entregaran a los Romanos para que lo crucificaran. 44. LA PRESENTACION DEL NIÑO EN EL TEMPLO:
Lc 2: 45. ¿En qué consistía esta ceremonia que cumplieron a los cuarenta días de nacido Jesús? El texto habla del rito de la purificación y de presentar al Niño al Señor. Son dos exigencias que se cumplen en un mismo momento, justamente a los 40 días después del nacimiento. Después de pasar ese tiempo, se consideraba que la madre ya podía presentarse en el Templo y tenía que ofrecer un sacrificio de purificación, que solía ser un cordero y un pichón de paloma. Pero, si era pobre, podía presentar dos pichones. María y José presentaron dos pichones. Por este hecho podemos ver que de veras eran pobres. No pudieron hacer la ofrenda de los pudientes que era un cordero. Pero nos dice Juan Pablo II (Catequesis 11-12-1996) que ellos llevaron una ofrenda muchísimo más valiosa, porque llevaron al Verdadero Cordero que redimiría la humanidad. María entraría por el gran portón del Templo en la entrada este, la cual le daba acceso al patio exterior de mujeres. (Ver Plano del Templo) Allí la Virgen entregaría al Sacerdote las dos tórtolas. Entonces el Sacerdote proseguiría hacia el patio de los sacrificios para regar la sangre de una tórtola a un lado del altar como ofrenda de pecado, y quemaría la otra como ofrenda de agradecimiento. La Santísima Virgen tuvo que permanecer fuera, y se ofrecería ella misma como ofrenda al Padre. Ver imagenes del Templo en Power Point Ver: Luego venía la presentación del Primogénito, es decir, del Niño Jesús, a Dios. Ella se lo entregaría al Sacerdote y al pagar 5 siclos (cada siclo eran como 10 gramos de plata) de rescate, debió haber recibido de vuelta a su Hijo. Esto del rescate de los primogénitos se basaba en que antes del sacerdocio levítico los primogénitos de cada familia eran los Sacerdotes. Como en la ley originaria los primogénitos eran consagrados, la ley judía ahora requería que se pagara un rescate por cada primogénito. Y los 5 siclos que se pagaban iban para mantener al que sustituía a ese primogénito como Sacerdote. Siendo el primogénito de una familia judía, Jesús se sometió a la Ley de Moisés. Y José y María lo presentaron al Templo para cumplir con esta obligación. 46. ¿Qué nos dice de la Sagrada Familia el hecho de que cumplan con tanto cuidado todo lo prescrito? Nos habla de la humildad y la obediencia. ¿No tendrían que estar exentos de tantas exigencias los que traían al mismo Dios al Templo? ¿No era Jesús el autor de la Ley? ¿No era María la Pureza misma para tener que ofrecer dos pichones para ser purificada? ¡Qué inmensa humildad! 47. ¿Quién aparece en escena en este momento de la Presentación de Jesús en el Templo? María estaba pasando por el patio exterior con su Divino Hijo, pero a nadie llamaba la atención, pues el gentío no sospechaba en lo más mínimo que el Mesías acababa de entrar por primera vez a la Casa de su Padre. Pero sí hubo un hombre, uno solo, que reconoció al Niño Jesús como el Salvador del mundo: gloria de Israel y luz de las naciones. Simeón esperaba a un Redentor diferente al que esperaba el resto del pueblo judío. Los judíos esperaban un redentor terreno. Simeón esperaba a Aquél que traería la verdadera redención: la redención del pecado. El Espíritu Santo le había asegurado que no moriría sin conocer al Mesías prometido que salvaría al mundo de sus pecados. Lc 2: Podemos comprender la emoción de Simeón cuando, iluminado por Dios, fue al Templo el día de la Presentación de Jesús y, reconociendo a ese bebé como el Mesías, exclama que es Luz para iluminar las naciones y gloria de su Pueblo Israel (Lc 2, 32) La gloria de Dios no vino en forma de nube, como antes por el desierto, sino en la presencia de un bebé que Simeón y Ana reconocieron como el Mesías, el Salvador. Y es la Santísima Virgen María la que trae la Gloria de Dios al Templo, pues ella es el Arca de la Nueva Alianza, que llevó en su seno al Hijo de Dios y ahora trae al Templo a Jesús para ser presentado al Padre.
Ante todo lo dicho por Simeón, iluminado por el Espíritu Santo, José y María estaban maravillados. Deben haberse sorprendido de que Simeón pudiera saber quiénes eran y que justamente esto sucediera en el momento en que el Niño Jesús estaba siendo redimido como cualquier niño judío. También se impresionarían de que Jesús no sólo era gloria de Israel, sino también luz de revelación al resto de las naciones. El que San Lucas nos diga que estaban maravillados, nos lleva a pensar que con las palabras de Simeón los padres de Jesús tendrían una más profunda inspiración acerca del Misterio de la Redención. Al presentar a su Hijo al Altísimo en el Templo, María debió haber tenido una elevada oración de entrega de Jesús al Padre, pensando los sufrimientos que debía pasar para completar la Redención. Los presentimientos de su Madre, se ven confirmados por lo que Simeón le revela: una espada te atravesará el alma. Y ese dolor lo tuvo la Madre desde ese momento y lo vivió de manera superlativa en la cruz, cuando una espada también atravesó el alma de ella. Nos decía Juan Pablo II en su Encíclica Madre del Redentor, que las palabras de Simeón fueron una segunda Anunciación para la Virgen. Es cierto, aquí en la Presentación en el Templo, María tiene un panorama más completo sobre el dolor que ella compartirá con su Hijo para la realización de la Redención. Ya ella había dado su fiat. Y lo volvió a dar en esta segunda Anunciación y lo siguió dando durante toda su vida, hasta entregarlo como el Cordero muerto en la Cruz para la salvación del mundo. 48. ¿Qué significa el que Jesús sería signo de contradicción? Ya desde su infancia comenzó la contradicción, la oposición, la disputa. Fue perseguido por Herodes y por eso tuvieron que huir a Egipto. Cuando comenzó su vida pública, tuvo la oposición acérrima de Fariseos y Saduceos. Lo acusaron de estar ligado a Satanás. En la Fiesta de la Dedicación del Templo trataron de apedrearlo por blasfemo. Lo acusaron ante Pilato de alebrestar al pueblo. Sus enemigos no cejaron hasta no verlo muerto en la Cruz. Inclusive después de su Resurrección, la oposición a su doctrina y a su Iglesia continúa. 49. ¿Alguien más se dio cuenta de la llegada del Mesías al Templo por primera vez? Lc 2
Impresiona que Ana haya hablado del Niño a todos los que estaban viendo la escena. No nos dice San Lucas si creyeron o no, si fueron luego seguidores de Jesús. ¿Qué habrán pensado esos afortunados que pasaban por allí en ese momento? No lo sabemos, pero deben haber recibido muchísimas gracias. 50. ¿Cómo y cuándo se celebra la Fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo? Cada 2 de Febrero se cumplen los 40 días después del Nacimiento el 25 de Diciembre. Ese día se celebra la Presentación de Jesús y la Purificación de su Santísima Madre. Pero ¿por qué es la Fiesta de la Candelaria? Porque, como Cristo fue anunciado por Simeón como la Luz del Mundo, ese día se bendicen las velas que a todo el mundo le interesan tanto. Lamentablemente, no porque quieren reconocer a Cristo como Luz del Mundo, sino porque buscan las velas benditas como protección y a veces hasta como superstición. Nuestra Señora de la Candelaria es la Santísima Virgen representada con una vela o candela en sus manos, la cual se venera ese día. 51. EL NIÑO HALLADO EN EL TEMPLO
Lc 2: 52. ¿Cómo y por qué se desapareció Jesús? Indudablemente la desaparición del Niño Jesús, ya un jovencito de 12 años, fue por deseo de Dios. Pero el medio humano pudo haber sido la cantidad de peregrinos (unos 500.000) que estaban en ese momento saliendo de Jerusalén al terminar la celebración de la Pascua y los siguientes 7 días de la Fiesta de los Ácimos. La costumbre era que en las caravanas de viaje las mujeres viajaban en grupos femeninos y los hombres en grupos masculinos. Los niños iban con uno u otro progenitor. María pensó que estaría con José y viceversa. Al encontrarse, ambos pensaron que podía estar con parientes. 53. ¿Por qué la angustia? Se cree que San José y la Virgen ni comieron ni durmieron durante esos tres días. María sabía que su Hijo estaba destinado al sufrimiento a manos de los Romanos. ¿Habría llegado su hora ya? ¿Sería que Arquelao, el hijo de Herodes el Grande, que gobernaba en Judea, podía haberlo apresado para torturarlo y matarlo? 54. ¿Dónde lo encuentran? Columnata del Templo de Jerusalén donde se reunían los rabinos a enseñar a sus discípulos Lo encontraron en el Templo en el patio exterior, posiblemente en las columnatas donde los Doctores se reunían para explicar la Ley y para responder preguntas y objeciones. A estas reuniones venían, tanto los curiosos, como los que querían aprender; todos éstos se sentaban en bancos más bajos que los Doctores. El joven Jesús, sin embargo, está ubicado en medio de los Doctores!!! Se cree que deben haber discutido profecías de las Escrituras. Jesús los escuchó y les respondió, y en ese diálogo mostró algo de su divinidad y su mesianismo, tanto así que se sorprendieron de su sabiduría y conocimientos. Pero lo más probable es que ninguno llegó a imaginarse que ese jovencito fuera el Mesías. Sin embargo, algunos de los que lo oyeron deben haber recibido gracias venidas de ese Niño que ellos veían como un niño prodigio, pero que era Dios. 55. ¿Qué significa «¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que Yo debo estar donde mi Padre?» No debían buscarme, ni haber temido, pues debían recordar que Yo los dejo solamente cuando debo estar con mi Padre o hacer lo que mi Padre me pide. Ocuparse de las cosas de su Padre podría significar que El debía llevar su mensaje -lo que sea que haya dicho a los Doctores de la Ley- a estos personajes tan importantes en el gobierno y guía del pueblo judío. El detalle más importante, sin embargo es que ésta es la primera declaración de Jesús de su divinidad, pues llama a Dios su Padre. 56. ¿Qué fue lo que no entendieron José y María? Ellos sí entendieron el sentido literal de lo que dijo el Niño Jesús, pero no captaron el sentido profundo de su respuesta. Ellos ya sabían que Jesús era el Hijo de Dios, el Redentor, pero no entendían de qué manera El lograría la obra de la Redención, ni tampoco cómo estaba ésta relacionada con su desaparición en Jerusalén y su conversación con los Doctores de la Ley. 57. ¿Qué paralelismo con un suceso futuro puede tener este incidente de Jesús y sus padres? En la desaparición de Jesús en Jerusalén y el encontrarlo a los tres días, hay un paralelismo entre este momento y el tiempo en que María sufrió la desaparición de su Hijo al ser sepultado después de morir en la Cruz. En ambos momentos suben a Jerusalén para la Fiesta de Pascua. Jesús niño desaparece, y vemos a María angustiada durante tres días, símbolo de otros tres días de futura angustia, cuando su Hijo, después de celebrar la Pascua, muere en la Cruz y desaparece al ser enterrado en el sepulcro. Al encontrarlo en el Templo discutiendo con los Doctores de la Ley, María y José se emocionan mucho al verlo. ¡Cuánta sería la emoción de la Santísima Virgen al recibir la visita de su Hijo Resucitado! María y José no comprendieron la respuesta que Jesús les dio: «¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que Yo debo estar donde mi Padre?» Pero su madre, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón. María ciertamente aprendía a desprenderse de su Hijo en preparación a esa separación que tendría que sufrir en el momento de su Muerte. 58. ¿Qué enseñanza práctica podemos inferir de este momento en la vida de la Sagrada Familia? José y María no perdieron a Jesús por culpa propia. Aún así, lo buscaron diligentemente y con angustia, alegrándose cuando lo consiguieron. Pero nosotros perdemos a Jesús por nuestra culpa cada vez que pecamos. El pecado mortal es la peor de las desgracias: es la verdadera des-gracia, pues perdemos la Gracia. Y al sufrir esta desgracia debemos buscar diligentemente a Jesús en el Templo, o sea, en la Iglesia donde podemos reconciliarnos con El en el Sacramento de la Confesión, una vez arrepentidos de nuestro pecado. 59. ¿Qué discutiría Jesús con los Doctores de la Ley en el Templo que los dejó admirados por su inteligencia y sabiduría? Sólo por algunos relatos de los Místicos podemos atisbar algo de lo que pudo ser ese maravilloso diálogo teológico que tanto sorprendió a los Doctores que estaban en el Templo en ese momento. Todos los Místicos coinciden en que la discusión versó sobre la llegada del Mesías. Entre los "doctores" había un grupo capitaneado por uno llamado Gamaliel y por otro, viejo y casi ciego, que apoya a Gamaliel en la disputa. Se llama Hil.lel, que es o maestro o pariente de Gamaliel, dada la confidencia y al mismo tiempo respeto con que éste le trata. El grupo de Gamaliel es de mentalidad más abierta, mientras que el otro grupo, que es el más numeroso, está dirigido por uno llamado Siammai, y luce esa intransigencia llena de resentimiento, tan claramente descrita por el Evangelio. Gamaliel, rodeado de un nutrido grupo de discípulos, habla de la venida del Mesías, y, apoyándose en la profecía de Daniel, sostiene que el Mesías debe haber nacido ya, puesto que ya han pasado unos diez años desde que se cumplieron las setenta semanas profetizadas contando desde que fue publicado el decreto de reconstrucción del Templo. (Dan 9,20-26) (El Profeta Daniel anunció que sí regresarán del exilio, pero que de regreso también estarán en exilio, hasta que fuera ungido el Santísimo y el Ungido fuera muerto. Y el nuevo exilio será de 70 veces 7=490 años. Siammai le plantea batalla afirmando que, si bien es cierto que el Templo fue reconstruido, no es menos cierto que la esclavitud de Israel ha aumentado, y que la paz que debía haber traído Aquél que los Profetas llamaban "Príncipe de la paz"Ageo 2, 9 está bien lejos de ser una realidad en el mundo, y especialmente en Jerusalén, oprimida bajo el peso de un enemigo que osa extender su dominio hasta incluso dentro del recinto del Templo, controlado por la Torre Antonia, que está llena de legionarios romanos dispuestos a aplacar con la espada cualquier tumulto de independencia patria. Cada uno de los maestros hace su alarde de erudición, no tanto para vencer a su rival, cuanto para atraerse la admiración de los que escuchan; este propósito es evidente. Del interior del nutrido grupo de fieles se oye una tierna voz de niño: «Gamaliel tiene razón». Movimiento en la gente y en el grupo de doctores: buscan al que acaba de interrumpir; de todas formas, no hace falta buscarle, Él no se esconde; antes bien, se abre paso entre la gente y se acerca al grupo de los "rabíes". Es Jesús adolescente. Se le ve seguro y franco, y sus ojos centellean llenos de inteligencia. «¿Quién eres?» le preguntan. «Un hijo de Israel que ha venido a cumplir con lo que la Ley ordena». Gusta esta respuesta intrépida y segura, y obtiene sonrisas de aprobación y de benevolencia. Despierta interés el pequeño israelita. «¿Cómo te llamas?». «Jesús de Nazaret». Y aquí acaba la benevolencia del grupo de Siammai. Sin embargo, Gamaliel, más benigno, prosigue el diálogo junto con Hil.lel. Es más, es Gamaliel el que, con deferencia, le dice al anciano: «Pregúntale alguna cosa al niño». «¿En qué basas tu seguridad?» pregunta Hil.lel. Jesús: «En la profecía, que no puede errar respecto a la época, y en los signos que la acompañaron cuando llegó el tiempo de su cumplimiento. Cierto es que César nos domina. Pero el mundo gozaba de gran paz y estaba muy tranquila Palestina cuando se cumplieron las setenta semanas. Tanto es así que le fue posible a César ordenar el censo en sus dominios; no habría podido hacerlo si hubiera habido guerra en el Imperio o revueltas en Palestina. De la misma forma que se cumplió ese tiempo, ahora se está cumpliendo ese otro de las sesenta y dos más una desde la terminación del Templo, para que el Mesías sea ungido y se cumpla lo que conlleva la profecía para el pueblo que no le quiso. ¿Podéis dudarlo? ¿No recordáis que la estrella fue vista por los Sabios de Oriente y que fue a detenerse justo en el cielo de Belén de Judá, y que las profecías y las visiones, desde Jacob en adelante, indican ese lugar como el destinado a recibir el nacimiento del Mesías, hijo del hijo del hijo de Jacob, a través de David, que era de Belén? ¿No os acordáis de Balaam? "Una estrella nacerá de Jacob". Los Sabios de Oriente, cuya pureza y fe abría sus propios ojos y sus propios oídos, vieron la Estrella y comprendieron su Nombre: "Mesías", y vinieron a adorar a la Luz que había descendido al mundo». Siammai, con mirada maligna: «¿Dices que el Mesías nació cuando la Estrella, en Belén Efratá?». Jesús: «Yo lo digo». Siammai: «Entonces ya no existe. ¿No sabes, niño, que Herodes mandó matar a todos los nacidos de mujer de un día a dos años de edad de Belén y de los alrededores? Tú, Tú que sabes tan bien la Escritura, debes saber también que "un grito se ha oído en lo alto... Es Raquel que está llorando por sus hijos". Los valles y las alturas de Belén, que recogieron el llanto de la agonizante Raquel, se llenaron de llanto revivido por las madres ante sus hijos asesinados. Entre ellas estaba, sin duda, también la Madre del Mesías». Jesús: «Te equivocas, anciano. El llanto de Raquel hízose himno, pues donde ella había dado a luz al "hijo de su dolor", la nueva Raquel dio al mundo al Benjamín del Padre celestial, Hijo de su derecha, Aquel que ha sido destinado para congregar al pueblo de Dios bajo su cetro y liberarle de la más terrible de las esclavitudes». Siammai: «¿Y cómo, si le mataron?». Jesús: «¿No has leído de Elías que fue raptado por el carro de fuego? ¿Y no va a haber podido salvar el Señor Dios a su Emmanuel para que fuera Mesías de su pueblo? El, que separó el mar ante Moisés para que Israel pasase sin mojarse hacia su tierra, ¿no va a haber podido mandar a sus ángeles a librar a su Hijo, a su Cristo, de la crueldad del hombre? En verdad os digo: el Cristo vive y está entre vosotros, y cuando llegue su hora se manifestará en su potencia». La voz de Jesús, al decir estas palabras, resonaba en un modo que llenaba el espacio. Sus ojos centellean aún más, y, con un gesto de dominio y de promesa, tiende el brazo y la mano derecha, y luego los baja, como para jurar. Es todavía un niño, pero ya tiene la solemnidad de un hombre. Hil.lel: «Niño, ¿quién te ha enseñado estas palabras?». Jesús: «El Espíritu de Dios. Yo no tengo maestro humano. Esta es la Palabra del Señor que os habla a través de mis labios». Hil.lel: «Ven aquí entre nosotros, que quiero verte de cerca, ¡oh, niño!, para que mi esperanza se reavive en contacto con tu fe y mi alma se ilumine con el sol de la tuya». Y le sientan a Jesús en un asiento alto y sin respaldo, entre Gamaliel e Hil.lel, y le entregan unos rollos para que los lea y los explique. Es un examen en toda regla. La muchedumbre se agolpa atenta. La voz infantil de Jesús lee: «"Consuélate, pueblo mío. Hablad al corazón de Jerusalén, consoladla porque su esclavitud ha terminado... Voz de uno que grita en el desierto: preparad los caminos del Señor... Entonces se manifestará la gloria del Señor..."». Siammai: «Como puedes ver, nazareno, aquí se habla de una esclavitud ya terminada. Y nosotros somos ahora más esclavos que nunca. Aquí se habla de un precursor. ¿Dónde está? Tú desvarías». Jesús: «Yo te digo que tú y los que son como tú, más que los demás, necesitáis escuchar la llamada del Precursor. Si no, no verás la gloria del Señor, ni comprenderás la palabra de Dios, porque las bajezas, las soberbias, las dobleces, te obstaculizarán ver y oír». Siammai: «¿Así le hablas a un maestro?». Jesús: «Así hablo y así hablaré hasta la muerte. Porque por encima de mi propio beneficio está el interés del Señor y el amor a la Verdad, de la cual soy Hijo. Y además te digo, rabí, que la esclavitud de que habla el Profeta, que es de la que Yo hablo, no es la que crees, como tampoco la realeza será la que tú piensas. Antes bien, por mérito del Mesías, el hombre será liberado de la esclavitud del Mal que le separa de Dios, y la señal del Cristo, liberados los espíritus de todo yugo, hechos súbditos del Reino eterno, signará a éstos. Todas las naciones inclinarán su cabeza, ¡oh, estirpe de David!, ante el Vástago de ti nacido, árbol ahora que extiende sus ramas sobre toda la Tierra y se alza hacia el Cielo. Y en el Cielo y en la Tierra toda boca glorificará su Nombre y doblará su rodilla ante el Ungido de Dios, ante el Príncipe de la Paz, el Caudillo, ante Aquél que, tomando de sí mismo, embriagará a toda alma cansada y saciará toda alma hambrienta; el Santo que estipulará una alianza entre la Tierra y el Cielo; no como la que fue estipulada con los Padres de Israel cuando Dios los sacó de Egipto (siguiendo considerándolos de todas formas siervos), sino imprimiendo la paternidad celeste en el espíritu de los hombres con la Gracia de nuevo infundida por los méritos del Redentor, por el cual todos los hombres buenos conocerán al Señor y el Santuario de Dios no volverá a ser derruido y hollado». Siammai: «¡Pero, niño, no blasfemes! Acuérdate de Daniel, que dice que, cuando hayan matado al Cristo, el Templo y la Ciudad serán destruidos por un pueblo y por un caudillo venideros. ¡Y tú sostienes que el Santuario de Dios no volverá a ser derribado! ¡Respeta a los Profetas!». Jesús: «En verdad te digo que hay Uno que está por encima de los Profetas, y tú no le conoces, ni le conocerás, porque te falta el deseo de ello. Y has de saber que todo cuanto he dicho es verdad. No conocerá ya la muerte el Santuario verdadero. Al igual que su Santificador, resucitará para vida eterna y, al final de los días del mundo, vivirá en el Cielo». Hil.lel: «Préstame atención, niño. Ageo dice: "...Vendrá el Deseado de las gentes... Grande será entonces la gloria de esta casa, y de esta última más que de la primera". ¿Crees que se refiere al Santuario de que Tú hablas?». Jesús: «Sí, maestro. Esto es lo que quiere decir. Tu rectitud te conduce hacia la Luz, y Yo te digo que, una vez consumado el Sacrificio del Cristo, recibirás paz porque eres un israelita sin malicia». Gamaliel: «Dime, Jesús: ¿Cómo puede esperarse la paz de que hablan los Profetas, si tenemos en cuenta que este pueblo ha de sufrir la devastación de la guerra? Habla y dame luz también a mí». Jesús: «¿No recuerdas, maestro, que quienes estuvieron presentes la noche del nacimiento del Cristo dijeron que las formaciones angélicas cantaron: "Paz a los hombres de buena voluntad"? Ahora bien, este pueblo no tiene buena voluntad, y no gozará de paz; no reconocerá a su Rey, al Justo, al Salvador, porque le espera como rey con poder humano, mientras que es Rey del espíritu; y no le amará, puesto que el Cristo predicará lo que no le gusta a este pueblo. Los enemigos, los que llevan carros y caballos, no serán subyugados por el Cristo; sí los del alma, los que doblegan, para infernal dominio, el corazón del hombre, creado por el Señor. Y no es ésta la victoria que de Él espera Israel. Tu Rey vendrá, Jerusalén, sobre "la asna y el pollino", o sea, los justos de Israel y los gentiles; mas Yo os digo que el pollino le será más fiel a Él y, precediendo a la asna, le seguirá, y crecerá en el camino de la Verdad y de la Vida. Israel, por su mala voluntad, perderá la paz, y sufrirá en sí, durante siglos, aquello mismo que hará sufrir a su Rey al convertirle en el Rey de dolor de que habla Isaías». Siammai: «Tu boca tiene al mismo tiempo sabor de leche y de blasfemia, nazareno. Responde: ¿Dónde está el Precursor? ¿Cuándo lo tuvimos?». Jesús: «Él ya es una realidad. ¿No dice Malaquías: "Yo envío a mi ángel para que prepare delante de mí el camino; en seguida vendrá a su Templo el Dominador que buscáis y el Ángel del Testamento, anhelado por vosotros"? Luego entonces el Precursor precede inmediatamente al Cristo. Él es ya una realidad, como también lo es el Cristo. Si transcurrieran años entre quien prepara los caminos al Señor y el Cristo, todos los caminos volverían a llenarse de obstáculos y a hacerse retortijados. Esto lo sabe Dios y ha previsto que el Precursor preceda en una hora sólo al Maestro. Cuando veáis al Precursor, podréis decir: "Comienza la misión del Cristo". Y a ti te digo que el Cristo abrirá muchos ojos y muchos oídos cuando venga a estos caminos; mas no vendrá a los tuyos, ni a los de los que son como tú. Vosotros le daréis muerte por la Vida que os trae. Pero cuando - más alto que este Templo, más alto que el Tabernáculo que está dentro del Santo de los Santos, más alto que la Gloria que está sostenida por los Querubines - el Redentor ocupe su trono y su altar, de sus numerosísimas heridas fluirán: maldición para los deicidas; vida para los gentiles. Porque Él, ¡oh, maestro incipiente!, no es, lo repito, Rey de un reino humano, sino de un Reino espiritual, y sus súbditos serán únicamente aquéllos que por su amor sepan renovarse en el espíritu y, como Jonás, nacer una segunda vez, en tierras nuevas, "las de Dios", a través de la generación espiritual que tendrá lugar por Cristo, el cual dará a la humanidad la Vida verdadera». Siammai y sus seguidores: «¡Este nazareno es Satanás!». Hil.lel y los suyos: «No. Este niño es un Profeta de Dios. Quédate conmigo, Niño; así mi ancianidad transfundirá lo que sabe en tu saber, y Tú serás Maestro del pueblo de Dios». Jesús: «En verdad te digo que si muchos fueran como tú, Israel sanaría; mas la hora mía no ha llegado. A mí me hablan las voces del Cielo, y debo recogerlas en la soledad hasta que llegue mi hora. Entonces hablaré, con los labios y con la sangre, a Jerusalén; y correré la misma suerte que corrieron los Profetas, a quienes Jerusalén misma lapidó y les quitó la vida. Pero sobre mi ser está el del Señor Dios, al cual Yo me someto como siervo fiel para hacer de mí escabel de su gloria, en espera de que Él haga del mundo escabel para los pies del Cristo. Esperadme en mi hora. Estas piedras oirán de nuevo mi voz y trepidarán cuando diga mis palabras últimas. Bienaventurados los que hayan oído a Dios en esa voz y crean en Él a través de ella: el Cristo les dará ese Reino que vuestro egoísmo sueña humano y que, sin embargo, es celeste, y por el cual Yo digo: "Aquí tienes a tu siervo, Señor, que ha venido a hacer tu voluntad. Consúmala, porque ardo en deseos de cumplirla"». Está Jesús con su rostro inflamado de ardor espiritual elevado al cielo, con los brazos abiertos, erguido entre los atónitos doctores. Adviento - Canastilla al Niño Jesús
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