Los primeros dos hijos de Adán y Eva fueron Caín y Abel, pero tuvieron muchos otros (Gn. 5, 3). Uno de esos otros fue Set.
Caín era agricultor y Abel era pastor. Caín actuaba contrario a los deseos del Señor. Dios no le agradó el sacrificio de Caín.
Se enojó mucho y tuvo envidia de su hermano y terminó asesinando a su hermano Abel. La falta de fe le llevó a la ira, la ira a la envidia, la envidia al asesinato.
Noé, que fue un hombre justo y se portó bien en todo, caminaba con Dios.
Dios instruye a Noé directamente y con lujo de detalles para que fabrique un Arca, en el cual se protegerán él y su familia del Diluvio que iba a mandar sobre la tierra.
Noé tardó ¡100 años! construyendo el Arca, él y sus hijos, tal como Dios le había instruido.
Porque el Arca de Noé resultó ser como los grandes trasatlánticos que se construyen modernamente. Medía 150 metros de largo, 25 de ancho y 15 de alto con varios pisos y compartimientos. (Ver modelos del Arca de Noé construido en Holanda en 2005).
Allí llevaron una pareja de cada animal y ave para conservar también la especie animal, tal como Dios había instruido a Noé.
Noé tenía 600 años. A los 7 días, tiempo que recuerda los días de la creación: Dios va a hacer algo nuevo. Llovió 40 días y 40 noches seguidas. Y 150 días duró la inundación, que barrió con todo: gente, animales y vegetación.
Noé ofrece sacrificios de acción de gracias a Yavé. Dios promete nunca más destruir a la humanidad entera por un diluvio. Y en señal de esa promesa, envía el Arco Iris. (Gn. 9, 8-11). Después del Diluvio Dios manda a Noé y a sus hijos a crecer y multiplicarse y poblar la tierra (Gn. 9, 1). Así la humanidad pasa a constituir "una familia de Dios".
Los hijos de Sem se difundieron por Asía. Son los semitas. Los de Cam por Africa. Los de Jafet por Europa.
Sem = Nombre. Los semitas, sus descendientes, son los del Nombre. Los demás, los que no son semitas, quieren hacerse de un nombre por ellos mismos (Gn. 11, 4), es decir, quieren hacerse famosos. ¿Qué hacen entonces? Deciden construir una ciudad y una torre que llegue al cielo. Llegaremos al cielo nosotros mismos, tenemos nuestro propio plan. Repetición de la caída: nuevamente un pecado de orgullo y de independencia de Dios. * ¿Qué hace Dios? Hasta ese momento la humanidad tenía una sola lengua. Pero para evitar el éxito de la Torre de Babel, Yavé hizo que los constructores comenzasen a hablar diferentes lenguas. No pudieron entenderse, reinó la confusión y se dispersaron.
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